Usted está aquí: lunes 21 de noviembre de 2005 Cultura El matrimonio homosexual, derecho que no debe ser condicionado

El reciente número de Debate feminista analiza el tema

El matrimonio homosexual, derecho que no debe ser condicionado

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

El reconocimiento legal del matrimonio homosexual y de la familia homoparental es un asunto de igualdad, el ejercicio de un derecho que no tiene que estar condicionado por la orientación sexual de cada quien.

Al respecto -enfatiza la antropóloga Marta Lamas, directora de la revista Debate feminista- la cuestión de fondo es "si el deseo erótico de cada quien determina que haya ciudadanos de segunda y ciudadanos de primera; ¿hasta dónde la orientación sexual va a seguir siendo un elemento para discriminar a las personas?"

El matrimonio homosexual y la familia homoparental es un tema reciente en términos históricos, propio de las sociedades contemporáneas y, de acuerdo con Lamas, "se encuentra a la cabeza del debate mundial sobre cuestiones de género", porque pone en entredicho lo que las pautas culturales dominantes señalan como propio de los hombres y propio de las mujeres.

Debate feminista dedica su número más reciente al tema, analizándolo desde distintas perspectivas e informando de las experiencias de otros países en la materia.

La homosexualidad y el lesbianismo son manifestaciones antiguas, presentes desde siempre en todas las latitudes y culturas. Lo novedoso -explica Marta Lamas- es su desestigmatización: "lo que está empezando a cambiar son los anteojos con que las vemos".

-¿En qué momento homosexuales y lesbianas empiezan a reclamar su derecho a la paternidad, a la maternidad y a formar una familia?

-Antes que un reclamo jurídico, se trató de una práctica en Estados Unidos, básicamente en California, donde se empiezan a nuclear familias homoparentales todavía sin hacer un reclamo jurídico; grupos de lesbianas empiezan con la reproducción asistida, a veces de manera natural o teniendo relaciones con un hombre -un amigo o alguien a quien le tuvieran confianza- y a veces vía laboratorio.

"El nacimiento de la primera niña de probeta, en 1978, le abre a un sector importante de las lesbianas la posibilidad de embarazarse sin la intervención de un hombre", dice la activista.

Al mismo tiempo "se dieron casos de parejas de hombres que recogían niños o alguno de ellos habían tenido un hijo con una mujer y cuando se enamoraban de un hombre se quedaban con la criatura".

Desde 1979 empieza en Europa el proceso de reflexión teórica y jurídica que concluyen en 1999 con la firma del tratado de Amsterdam, "que modifica totalmente el estatuto sobre la homosexualidad y que firmaron 15 países que actualmente son signatarios de la Unión Europea (UE)".

-¿Cuál es el nivel y los alcances del debate en México, teórico y socialmente?

-En este número de Debate feminista hay un artículo de Alejandro Brito que hace un recuento de cómo estuvo el proceso de la ley de sociedades de convivencia aquí en el Distrito Federal. Se ve muy claramente que había condiciones en la Asamblea Legislativa para que se aprobara y que la intervención de la jerarquía católica y presiones políticas la detuvieron. Pero son tendencias de la modernización que en cinco o 10 años se estarán dando en México. En el próximo sexenio el tema volverá a salir, tanto en el DF como en algunos estados.

(Este lunes a las 19 horas se presenta en El Vicio -antes El Hábito, Madrid 13, Coyoacán- el número de Debate feminista dedicado al matrimonio homosexual y la familia homoparental, con la participación de Jesusa Rodríguez, Alejandro Brito y Rodrigo Parrini, moderados por Cecilia Olivares. El acto será amenizado por Las Moscas Muertas con un espectáculo sobre el matrimonio homosexual).

 
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