El edil de Cancún critica la tramitología del Fonden

La burocracia del Fondo Nacional de Desastres (Fonden) diferirá la reconstrucción total de Cancún -devastado por el huracán Wilma- hasta abril de 2006, manifestó el alcalde de Benito Juárez, Francisco Alor Quesada.

Después de su participación en el segundo foro internacional Desde lo Local, el edil dijo que no desprecia el dinero federal, pero no es correcto que para tener acceso a él, el municipio siniestrado tenga que aportar 80 por ciento de lo que solicita.

En respuesta a esa burocracia, Alor Quesada presentará al cabildo la propuesta de que el municipio cuente con un mecanismo llamado Fondo Contra Desastres de Cancún, para el cual se destinaría entre uno y dos por ciento de los mil 300 millones de pesos que prevé ejercer en 2006.

Quintana Roo, recordó, genera más de 4 mil millones de dólares por concepto de divisas turísticas, y el gobierno federal le devuelve menos de la cuarta parte.

Cancún, reiteró el edil, necesita mil 500 millones de dólares para su recuperación inmediata; mientras esos recursos no lleguen se perderán unos 7 millones de dólares diarios.

Mientras, el gobierno de Quintana Roo informó que ya dispuso de 18 mil apoyos emergentes, de 2 mil pesos cada uno, los cuales serán entregados a partir del próximo viernes, para las personas cuyos ingresos se vieron afectados por el paso del huracán Wilma, aunque aún dice desconocer la cifra oficial de desempleados que generó ese fenómeno meteorológico.

Además del impacto a hoteles y empresas turísticas de la entidad, que emplean a 75 mil personas (según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo), la Secretaría de Desarrollo Económico ha censado daños a mil 753 pequeñas o micro empresas, pero dice no saber cuántas de han cerrado sus puertas.

Estas empresas generan alrededor de 200 mil puestos de trabajo en el estado y, según informes preliminares de la Coparmex y el Consejo Coordinador Empresarial, serían las más afectadas por el efecto de parálisis económica que dejó el huracán.

Luis A. Boffil y Hugo Martoccia, corresponsales