Los Pidiregas son un mecanismo ''perverso'', advierten académicos e investigadores
En este sexenio, la menor inversión física presupuestal en 40 años, señala el CIDE
En el mejor de los casos, la economía mexicana registrará un crecimiento anual de 2.2 por ciento en promedio en este sexenio, durante el cual se habrá ejercido el nivel más bajo de inversión física presupuestal de los últimos 40 años, señalaron investigadores del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE).
En conferencia de prensa en la que dieron a conocer las perspectivas de la economía para la segunda mitad de 2005 y el último año de gobierno del presidente Vicente Fox, los especialistas consideraron que la estabilidad alcanzada es ''precaria'' y se sustenta en el ''dispendio de los ingresos'' obtenidos por los elevados precios de exportación del petróleo.
El gobierno federal contará en 2006 con un ''presupuesto inercial, sin grandes diferencias respecto a los anteriores, por lo que quedará para la siguiente administración combatir la pobreza y promover el crecimiento económico vía infraestructura'', señaló el profesor investigador Fausto Hernández Trillo.
El gran reto para la siguiente administración, apuntó, será elevar la inversión física presupuestal, la cual alcanza niveles de 2.3 por ciento como proporción del producto interno bruto (PIB) y ''ha sido la más baja de los últimos 40 años'', incluso si se considera el pago de amortizaciones por Pidiregas incluidas en las cuentas oficiales.
Hernández Trujillo advirtió que el peso de los Pidiregas es cada vez mayor en el costo financiero del sector público, y sugirió la conveniencia de transparentar este mecanismo ''de inversión sin riesgo para la iniciativa privada'', en el cual subrayó que ''si la obra fracasa se la lleva el gobierno, pero si es un éxito se la lleva la iniciativa privada''. Enfatizó que ''sencillamente se trata de un mecanismo perverso que debe ser auditado a mayor profundidad''.
En materia fiscal, dijo, los recursos petroleros subsanaron las deficiencias. En 2000, los ingresos tributarios representaban 9.4 por ciento del PIB, mientras en 2006 esa proporción habrá disminuido a 8.9 por ciento, porque ''hay fallas en la eficiencia administrativa, los cambios del SAT no han funcionado y esto quedará también para el siguiente gobierno''.
En perspectiva
Raúl Aníbal Feliz, profesor investigador de la División de Economía del CIDE, presentó las perspectivas para lo que resta de este sexenio. En 2005, indicó, el crecimiento estimado por el área de análisis es de 2.8 por ciento dentro de un contexto en el que ''es probable que la tasa de inflación en México sea menor a la de Estados Unidos''.
Para el último año de gobierno del presidente Vicente Fox el producto interno bruto podría elevarse hasta 3.7 por ciento, con lo cual el promedio anual del sexenio se situaría en un crecimiento económico de 2.2 por ciento, ''una de las tasas más bajas en la historia del país y muy distante del 7 por ciento ofrecido''.
Pero la economía mexicana ha perdido competitividad y se encuentra entre 2 y 3 puntos debajo de su potencial de crecimiento, además de que se ha disociado del ciclo económico de los Estados Unidos, sobre todo en el sector manufacturero.
China elevó de 9 a 16 por ciento su importancia en las compras que realizan los estadunidenses de 2000 a la fecha; mientras México pasó de 11 a menos de 10 por ciento.
En el sector externo, el especialista explicó que ''la exportación de trabajadores ha compensado la falta de dinamismo de las exportaciones manufactureras'', de tal manera que en el balance de ingresos de divisas se pasó de un déficit de 7 mil millones de dólares, a un superávit de 6 mil millones entre 2000 y 2005.