Usted está aquí: jueves 29 de septiembre de 2005 Política Nada me han regalado ni heredado, afirma Montiel

Toma distancia de Madrazo al empezar su precampaña

Nada me han regalado ni heredado, afirma Montiel

Ayer viajó en Metro a Bellas Artes desde Iztapalapa

CIRO PEREZ SILVA

Ampliar la imagen Arturo Montiel Rojas, precandidato del PRI a la Presidencia de la Rep�a, se traslad�er en Metro de Iztapalapa a Bellas Artes, al comenzar su precampa�roselitista FOTO Mar�Mel�rez Parada Foto: Mar�Mel�rez Parada

En el primer acto formal de su precampaña por la candidatura del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la Presidencia de la República, Arturo Montiel Rojas estableció lo que será su línea discursiva en la etapa proselitista para allegarse el voto de las mujeres, al enfatizar "el valor de su trabajo". Marcó distancia de clase con su contendiente Roberto Madrazo Pintado, al afirmar que "nada me ha sido regalado ni heredado". Y afirmó que él es un político al que "no le espanta recorrer las calles, tocar puertas y pedir el voto, porque cuando miras de frente y hablas con la verdad, no te avergüenza nada".

Fue una breve gira en la que Montiel se trasladó de Iztapalapa a Bellas Artes en un vagón del Metro, atestado de simpatizantes, acarreados, organizadores, reporteros y "priístas de corazón", con la que dio el primer paso en la lucha interna del tricolor hacia las elecciones federales de 2006.

Poco antes del mediodía, varios cientos de pepenadores encabezados por Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre lo recibieron en Iztapalapa, una delegación con más de 2 millones de habitantes y un padrón de un millón 300 mil votantes, en la que el tricolor instalará 350 casillas con unas 190 mil boletas para la elección interna.

"Queremos advertirle al otro que no hay posibilidad de que nos gane en Iztapalapa; queremos decirle que no le vamos a permitir que se apodere del PRI; que no nos atemoriza que nos intimiden y que nos digan que si no votamos por el otro vamos a perder nuestros liderazgos; queremos decirle que Iztapalapa y todo el Distrito Federal es territorio Montiel", arengó Gutiérrez de la Torre en tono desafiante, que se tornó en un angustioso grito de auxilio minutos después, cuando tuvo que enfrentar a decenas de personas que, como ocurre normalmente en cualquier estación, abordaron los vagones del Metro.

Roberto Campa Cifrián, responsable de la presentación del ex gobernador del estado de México en el Distrito Federal y de una próxima gira en Tepito, aseguró que "el ejército electoral de Montiel" en la ciudad de México, "está listo".

Luego, Montiel Rojas exaltó el valor del trabajo de las mujeres. Se definió como uno político de los que les gusta estar con la gente y no encerrado entre cuatro paredes.

Después de los discursos, Montiel y un nutrido grupo de simpatizantes y acarreados caminaron dos cuadras hasta la estación del Metro Iztapalapa. El ex gobernador mexiquense dio muestras de conocer el precio del boleto, porque cuando le ofrecieron un billete de 20 pesos para adquirirlo, dijo que dos pesos serían más adecuados, "porque a lo mejor la boletera no tiene cambio".

Sin objetar los empujones abordó el vagón. Sólo el más entusiasta y corpulento de sus anfitriones, Gutiérrez de la Torre, resintió el contacto con la realidad cotidiana del transporte público.

"¡Ay!, ¡cuidado! ¡No empujen!", se desgañitaba el líder de los pepenadores agitando los brazos para abrirse espacio en el vagón. "¡Estamos en el Metro!", le increpó, molesto por los gritos, uno de los usuarios. "Es cierto", respondió mansamente el rollizo líder -que en segundos perdió la bravuconería exhibida en su discurso-, "pero es que estaba apachurrando a una señora", dijo intentando disculparse, mientras interminables chorros de sudor le corrían por el rostro.

Otro de los "afectados" por el paseo fue uno de los colaboradores del ex gobernador Asención Chon Orihuela, quien empujó a quienes tropezaban con él o simplemente pasaban enfrente, como sucede en toda estación del Metro. "¡Camina!, ¡camina!", ordenaba molesto a los usuarios, quienes lo miraban con enfado, y con sorna gritaron: "¡Arriba El Peje!"

Cerca de ahí, Montiel se interesó por el libro que llevaba un usuario. Habló con otros de la importancia del sistema de transporte público y saludó las manifestaciones de apoyo. Una de éstas provenía de un joven que se encaramó en los asientos del convoy, justo detrás de Roberto Campa, para seguir con la mirada al ex gobernador.

"Me llamo César, pero me dicen El Hulk", respondió a los reporteros, quienes lo interrogaron sobre su entusiasmo por Montiel y su presencia en horas de escuela. "Entro a las dos de la tarde, pero hoy no voy a ir, porque tengo que acompañar a ese güey", explicó al tiempo que sonreía con otros jóvenes que, como él, gritaban consignas en favor de Montiel.

-¿Por qué? -inquirieron los reporteros.

-Porque nos pasan lista, y si no estamos nos multan, por eso mejor venimos, para no pagar.

-¿De a cómo es la multa?

-De a cien varos.

De la estación Bellas Artes, Montiel se dirigió, a bordo de su camioneta, a la sede del PRI capitalino, donde se reunió con la dirigente María de los Angeles Moreno para concluir su primer acto prelectoral.

 
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