Usted está aquí: sábado 24 de septiembre de 2005 Política Cambió su ruta el helicóptero y se desplomó, declara un testigo

Descarta la PGR narcotráfico o sabotaje; fue un accidente, insiste Presidencia

Cambió su ruta el helicóptero y se desplomó, declara un testigo

Niega la SCT que el piloto De León haya pedido instrucciones; fuentes oficiales reiteran que sí llamó

ISRAEL DAVILA Y GUSTAVO CASTILLO CORRESPONSAL Y REPORTERO

Ampliar la imagen Un perito camina entre los restos del Bell 412 que cay� mi�oles en territorio mexiquense, ocasionando la muerte a nueve personas FOTO Jos�arlo Gonz�z Foto: Jos�arlo Gonz�z

Antes de precipitarse contra la parte rocosa de la cima del cerro Las Canoas, en el poblado de San Miguel Mimiapan, estado de México, el helicóptero en que fallecieron nueve servidores públicos, entre ellos el titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) federal, Ramón Martín Huerta, realizó un giro que lo habría desviado entre un kilómetro y kilómetro y medio de la ruta que llevaba, y que tenía como destino el penal de máxima seguridad de La Palma.

En sus declaraciones a la Procuraduría General de la República (PGR), Tomás Mancilla González, un campesino que cada mañana lleva sus animales a pastorear al manantial de la región, reconoció haber sido quien avisó a las autoridades sobre el lugar exacto en que cayó la aeronave, y afirmó haber visto cuando ésta cambió su ruta y se estrelló.

Mancilla González no pudo precisar a la PGR si el helicóptero estaba en llamas antes de caer.

Este viernes, el gobierno federal, por medio de la Presidencia de la República y la PGR, reafirmó su hipótesis de que se trató de un accidente.

Incluso, Daniel Cabeza de Vaca, titular del Ministerio Público Federal, afirmó: "el fuego que nosotros hemos visto que hubo fue posterior al impacto". Parece ser, dijo el funcionario, que la parte trasera de la nave chocó con un árbol, lo que la descontroló y la proyectó hacia la ladera de la montaña.

Aseguró que los elementos recabados por la PGR, "lejos de apuntar hacia otra causa", como el narcotráfico, algún tipo de sabotaje o incendio en el interior de la aeronave, "nos han reforzado la línea del accidente".

Agregó que en lo que se ha revisado de los restos del helicóptero "no aparece nada de pólvora, algún tipo de disparo o de explosión", por lo que estaría en condiciones de dar un dictamen preliminar, junto con la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC).

Ayer, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) envió una carta a este diario en la que asegura que la DGAC no realizó reunión alguna con pilotos civiles y militares en la que se informara que dentro de la aeronave se suscitó un flamazo, ni en instalaciones de esa dependencia se recibió llamada alguna por parte del piloto Habacuc de León García para solicitar instrucciones para salvar el banco de niebla que había encontrado en su ruta.

Sin embargo, las fuentes consultadas por La Jornada, y que forman parte de las más altas esferas gubernamentales, agregaron a la información publicada ayer por este diario que el piloto Habacuc de León García hizo contacto con la torre de control del aeropuerto internacional de Toluca, y que ahí, el piloto de otra aeronave que minutos antes había pasado por el lugar, entró a la frecuencia e informó que había logrado esquivar el banco de niebla subiendo 12 mil pies sobre el nivel del mar.

Asimismo, dijeron que la reunión convocada por la DGAC, en la que participaron pilotos civiles y militares, fue parte del cumplimiento dado a las órdenes recibidas del presidente Vicente Fox de investigar para esclarecer los motivos del siniestro.

Incluso, revelaron a este diario que durante el encuentro se consideró que fue correcto el procedimiento realizado por los pilotos del Bell 412, Habacuc de León García y Rafael Esquivel Arreguín.

Sin embargo, se estimó que el flamazo generado en la parte posterior de la nave, y que afectó el rotor trasero, impidió que el helicóptero pudiera seguir ascendiendo y provocó que girara.

En tanto, el campesino Tomás Mancilla declaró que poco antes del mediodía vio sobrevolar el helicóptero muy bajo, "a menos de 100 metros", pero debido a la neblina que prevalecía en el lugar no pudo percatarse si llevaba fuego en la parte trasera, como presumen los expertos.

Pero no sólo eso. Mancilla, quien rindió su testimonio durante cuatro horas en el palacio municipal de Jilotzingo, reveló que la ruta del helicóptero fue irregular. "Iba volando bajo y luego se dio la vuelta, en un giro como de 180 grados, y luego volvió a su posición normal. Después vino el impacto".

El testigo mencionó que la nave iba hacia el poniente -Toluca- y luego intempestivamente giró hacia el sur -La Marquesa. Después regresó a su ruta inicial, para finalmente estrellarse.

El campesino relató que tardó como media hora en llegar del sitio donde pastoreaba a sus animales al lugar del incidente, y ahí se percató de que el aparato estaba envuelto en llamas y por la niebla y el humo no pudo ver ningún cuerpo.

En su declaración ministerial indicó que bajó la montaña para comentar a su patrón lo que había sucedido, quien fue el que dio aviso al presidente municipal, y cinco horas después lograron volver al lugar del accidente, pero "ya estaba todo acordonado".

El testimonio y los reportes elaborados por la policía municipal de Xonacatlán ponen en duda la hora en que fue localizada la aeronave siniestrada, pues a pesar de que las autoridades locales fueron informadas y supuestamente constataron cer-ca de la una de la tarde el lugar exacto en que cayó, los trabajos de búsqueda y rescate realizados por la policía del estado de México, el Ejército Mexicano, la Policía Federal Preventiva e incluso elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI), se prolongaron hasta después de las 5 de la tarde en zonas de los municipios de Huixquilucan, Lerma y Ocoyoacac.

Las maniobras que se realizaron de manera aparentemente descoordinada en las zonas conocidas como La Cañada, el cerro de La Campana, Dos Ríos, Piedra Grande, Llano Grande y La Magdalena ocuparon a la mayoría de los centenares de hombres que participaron en la búsqueda y rescate en esos sitios.

En esas acciones incluso estuvieron presentes el subsecretario de la SSP federal, Rafael Ríos García, y el subprocurador de la PGR Gilberto Higuera Bernal.

Al respecto se debe agregar que según el titular de la PGR, Daniel Cabeza de Vaca, el helicóptero sí contaba con un mecanismo de localización que emitía señales, y que éstas se empezaron a "registrar aproximadamente a las 2 de la tarde, debido a que es una señal débil que se percibe casi volando encima de ella", pero que fue imposible recibirla "porque no se podía volar encima de la zona donde fue el accidente y, ciertamente, se estaba buscando en un área diferente".

Esta situación pone en duda la hora en que las autoridades federales estuvieron realmente en el lugar del percance, pues el campesino interrogado por la PGR señaló que avisó después de la una, y cinco horas más tarde el lugar ya estaba acordonado; poco después de las 7 de la noche del 21 de septiembre, la Presidencia de la República dio a conocer que los nueve ocupantes del aparato habían fallecido; en la zona cercana al lugar donde cayó la nave se decía que los primeros en llegar fueron efectivos del cuerpo de fusileros paracaidistas, y eran cerca de las 20 horas.

Por otra parte, ayer, en un comunicado de prensa, la SCT informó que "la aeronave marca Bell 412-EP, matrícula XC-PFI, despegó a las 10:32 horas del Campo Marte en la ciudad de México para cubrir un plan de vuelo hacia el penal de La Palma, en el estado de México".

La hora en que afirma la SCT que partió la aeronave se contradice con la señalada por la Secretaría de Gobernación el 21 de septiembre, en su "primer reporte técnico del accidente del helicóptero de la SSP", pues refiere que "el vuelo del helicóptero partió del Campo Marte a las 10:45 horas".

Comunicaciones y Transportes aseguró que la DGAC es la instancia responsable de llevar a cabo la investigación y el peritaje de estos sucesos, y que para ello "aplicará un procedimiento apegado a las normas en materia de aeronáutica, que consiste en el análisis de las evidencias y la cuidadosa evaluación de todos los elementos que puedan coadyuvar en la investigación", como son declaraciones del personal técnico y de mantenimiento que tuvo alguna relación con esta aeronave.

Además, se revisarán todos los antecedentes de mantenimiento y reportes de fallas, el historial técnico y de adiestramiento de los pilotos, el análisis de laboratorio de restos de estructura y de motores, el plan de vuelo y las condiciones meteorológicas imperantes en el momento del accidente.

La SCT precisó que "una vez concluido el proceso de investigación se podrá conocer con más precisión las causas probables del accidente y los diferentes factores que intervinieron en el mismo".

Sin embargo, el subprocurador Gilberto Higuera Bernal admitió que lo fundamental para las autoridades era la recuperación de los cadáveres de los funcionarios que perecieron con el percance, que el trabajo técnico pericial apenas está en proceso y que lo único que se sabe es la versión de los testigos de los acontecimientos.

 
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