El huracán
El paso del huracán Katrina por el sur de Estados Unidos mostró una vez más la miseria existente en ese país, el desamparo en que se encuentran los pueblos en el escenario de la globalización, y el cinismo de las elites gobernantes que ante una catástrofe de esta magnitud, lejos de actuar con criterios éticos, aprovechan la situación para profundizar en la imposición del modelo neoliberal.
1. Katrina, que destruyó Nueva Orleáns y decenas de otras poblaciones de los estados de Luisiana, Mississippi y Alabama el 29 de agosto, ocasionando miles de muertos, no es nada más la catástrofe natural más importante en la historia de Estados Unidos, sino un escenario clave del desastre neoliberal que vive el mundo.
2. La corresponsabilidad por la destrucción de la ciudad de Nueva Orleáns y por la magnitud de la catástrofe se deben tanto al fenómeno natural como a las omisiones deliberadas del gobierno de Bush antes de la catástrofe al confiscar los fondos destinados a reparar los diques del lago Ponchartrain y al no instrumentar un plan ante un desastre largamente anunciado, como a la indolencia de su gobierno después de ésta, pues no respondió con eficacia y celeridad. Bush, cuya renuncia exigen varios sectores, no sólo ha actuado como "un incompetente y un racista", según lo calificó el día 7 el senador Jesse Jackson, sino como un individuo de mala fe.
3. Katrina ha mostrado al mundo tanto la miseria en la que sobreviven amplios sectores del pueblo estadunidense -y no sólo las comunidades de afroestadunidenses y de migrantes mexicanos- como la de su régimen político.
4. El paso de Katrina por la costa sur de Estados Unidos evidenció dos aspectos fundamentales de la globalización neoliberal que sus defensores han desdeñado y que ilustran bien la naturaleza del régimen económico y político que se busca instaurar en todo el mundo, pues en Estados Unidos, el país que se asume como el más poderoso del planeta, a) no existe un Estado que pueda tomar medidas preventivas ante un desastre anunciado de esas magnitudes, ni tampoco responder a éste de manera eficiente, y b) no hay tampoco una sociedad civil que responda con celeridad y eficacia ante desastres de estas magnitudes. ¿Dónde han estado desde entonces las trasnacionales?
5. El gobierno de Washington no sólo se desentendió del problema antes y después de que ocurriera, sino ante las exigencias airadas de amplios sectores de que actuara conforme a sus responsabilidades, Bush se limitó a hacer recorridos para fotografiarse, a arrojar lo esencial de las tareas a las autoridades locales y a demandar el respaldo económico de los europeos, hasta terminar por llamar a las fuerzas armadas para imponer una solución de fuerza: el desalojo total de Nueva Orleáns, ciudad que jamás debió sufrir esa destrucción de haber existido un gobierno responsable, para terminar ayer anunciando en un mensaje televisivo un apoyo muy restringido.
6. La ciudad de Nueva Orleáns, que fue escenario de un episodio brillante de la historia mexicana, pues entre 1853 y 1855 vivieron ahí Benito Juarez, Melchor Ocampo y Ponciano Arriaga como refugiados políticos durante la última dictadura santannista, preparando la revolución de Ayutla, ahora es escenario de uno más de los vergonzosos episodios de la diplomacia mexicana encabezada por Fox, quien ha pretendido utilizar la tragedia para subordinar más a México a Estados Unidos.
7. El Departamento de Estado, que ha aprovechado los acontecimientos para seguir impulsando sus políticas agresivas, guardó silencio cuando, al día siguiente del Katrina, el presidente cubano Fidel Castro anunció su disposición a enviar cientos de médicos y ayuda asistencial, y el presidente venezolano Hugo Chávez hizo saber que su país haría llegar un millón de barriles de gasolina y 5 millones de dólares. Pero cuando al tercer día, con rapidez inusitada para lo que acostumbra, Vicente Fox manifestó que su gobierno cooperaría con Washington, se tejió un plan perverso para abrir la vía a la anhelada subordinación.
8. El gobierno de Fox anunció que estaba enviando, en absoluta connivencia con la administración de Bush, en una de las decisiones más vergonzosas de su gobierno, una supuesta "ayuda humanitaria" a Estados Unidos, que no lo es por su irrelevancia, pero que fue transportada ilegalmente por un convoy del Ejército Mexicano y por el buque Papaloapan de la Armada, que tuvo el propósito de sentar el precedente de que contingentes de las fuerzas armadas mexicanas pueden y deben actuar en supuestas "misiones de paz" en el exterior, dándose así un primer paso para doblegar las oposiciones que existen en México para satisfacer las exigencias de Bush de enviar soldados mexicanos a Irak y Afganistán como a otras eventuales guerras imperiales de Washington. El Ejército Mexicano está actuando así de manera inconstitucional, cumpliendo misiones que le prohíbe expresamente el artículo 129 constitucional y ahondando su desprestigio.
9. Los migrantes mexicanos en Estados Unidos se hallan en el más absoluto desamparo, pues no han recibido ayuda alguna como era de esperarse. Los que se hallaban en la zona del desastre perdieron todo, incluyendo su empleo, como lo pueden perder también los de otros estados por la situación económica que se avecina. Fox mintió cínicamente a López Dóriga el lunes 5 cuando le dijo que ya había hablado con Bush, lo que no era cierto, para que las autoridades migratorias les dieran una tregua, y que por consiguiente no deberían preocuparse. La tregua anunciada por Washington es para quienes los emplean y no para ellos, y los mexicanos abandonados por Fox, quien se desresponsabiliza por su destino, siguen siendo perseguidos con saña por la migra estadunidense.
10. Los regímenes políticos del neoliberalismo están quedando al desnudo una vez más tras el paso del Katrina, y los pueblos del mundo no parecen tener aún conciencia de la gravedad de lo que acontece.