Usted está aquí: miércoles 7 de septiembre de 2005 Cultura La UNAM cumple el sueño de Goeritz; reinaugura hoy el museo El Eco

Se adquirirá el baldío contiguo para garantizar el perfil urbano del inmueble

La UNAM cumple el sueño de Goeritz; reinaugura hoy el museo El Eco

Preparan el calendario de actividades que se desarrollarán en ese recinto

MERRY MACMASTERS

Ampliar la imagen Escultura "transitable" de Dami�Ortega que se presenta en el recinto de la UNAM ubicado en Sullivan 43, colonia San Rafael FOTO Mar�Luisa Severiano Foto: Mar�Luisa Severiano

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) invirtió 4 millones 800 mil pesos en la restauración del Museo Experimental El Eco, sueño truncado del artista alemán Mathias Goeritz y el empresario tapatío Daniel Mont.

A 52 años de distancia, hoy será reinaugurado ese recinto de Sullivan 43, colonia San Rafael, aunque de manera restringida, debido al reducido espacio de las instalaciones. La UNAM compró el predio el año pasado por un costo de 3.5 millones de pesos.

Para garantizar el perfil urbano de esta obra artística, la institución educativa gestiona, y ''casi lo podemos dar como un hecho", adquirir el terreno baldío contiguo y así evitar que se construya un edificio de departamentos de 10 niveles, que sería ''patético" para el patio del museo, informó Felipe Leal, director de la Facultad de Arquitectura.

Responsable de la restauración, con Víctor Jiménez, para Leal, El Eco es una de las tres piezas clave de la arquitectura mexicana del siglo XX. Las otras son las casas que Juan O'Gorman construyó para Diego Rivera y Frida Kahlo en San Angel Inn, y la de Luis Barragán, en Tacubaya.

Alumno de Goeritz en la Facultad de Arquitectura, Jiménez recordó que ''casi, casi, lo primero que nos dijo fue lo que había significado este edificio en su vida". Describió la recuperación del inmueble como la abstención de expresar cualquier decisión personal y tratar más bien de interpretar al autor al ser fiel a sus intenciones y designios. Dijo estar convencido de que éste ''sí es El Eco de Mathias Goeritz" en más de 99 por ciento. También se logró recuperar el poema plástico del artista en la torre amarilla.

Pero, ¿qué hacer con El Eco después de restaurado? En vez de mausoleo, se decidió convertirlo en ''algo vivo", es decir, un espacio experimental que permita cumplir la voluntad de Goeritz, expresó Gerardo Estrada, titular de Difusión Cultural de la UNAM, quien dijo que todavía no se asigna presupuesto al museo, porque apenas se negocian los recursos para 2006, pero tratarán de que sea adecuado.

Apenas se trabaja en la programación

Guillermo Santamarina, director de El Eco, apenas trabaja en la programación, que consistirá en intervenciones o ''diálogos" con el espacio, así como presentaciones de libros y conferencias.

La Sala Daniel Mont, en la planta alta, presentará exposiciones más formales, de tipo documental o de obra de artistas relacionados con Goeritz o con las escuelas de vanguardia con las cuales se vinculó.

Para la reapertura de El Eco, Santamarina invitó a Gabriel Orozco a realizar un proyecto, quien, a su vez, llamó a Damián Ortega y Carlos Amorales.

Orozco presenta dos obras: 670 invariantes, basada en una animación geométrica, y Balones, una colección de pelotas futbol ponchadas que emplazó en el patio a manera de escultura movible.

Ortega exhibe la escultura transitable Crítica al estado filosófico, papalotes negros, hecha el año pasado en colaboración con alumnos de la Facultad de Arquitectura, que hace resonancia a la pieza Papalotes negros, de Orozco, que se encuentra en el Museo de Arte de Filadelfia. Amorales, a su vez, presenta la animación Manimal y un trabajo mural con algunos de los dibujos empleados.

Lo que no se verán son las obras que hace medio siglo se pensaron para el museo, pues el mural El grito, de Rufino Tamayo, nunca se pintó; Henry Moore sólo hizo unos apuntes que después fueron proyectados sobre el muro, se le perdió la pista al mural de Carlos Mérida que estaba en el bar y la serpiente de Goeritz permanece afuera del Museo de Arte Moderno, aunque se está en proceso de hacer una copia.

 
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