Usted está aquí: lunes 4 de julio de 2005 Cultura Pedro y el lobo, divertido acercamiento a la música por el Ballet de la Ciudad de México

Por medio de un director-narrador, los niños conocen la vida y obra de Prokofiev

Pedro y el lobo, divertido acercamiento a la música por el Ballet de la Ciudad de México

La finalidad es que los menores aprendan "sin darse cuenta" y tengan contacto con el arte

CARLOS PAUL

Ampliar la imagen Momentos de Pedro y el lobo, interpretada por el Ballet de la Ciudad de M�co FOTOS Mar�Luisa Severiano Foto: S Mar�Luisa Severiano

Como una cautivante, divertida y emocionante introducción a la música y la danza es como se podría definir el célebre cuento sinfónico Pedro y el lobo, llevado a escena por el Ballet de la Ciudad de México, en el Teatro de la Danza, del Centro Cultural del Bosque.

La celebre partitura compuesta por Sergei Prokofiev se conjuga con la coreografía creada por Isabel Avalos, para narrar la historia de cómo el pequeño Pedro captura a un peligroso lobo de las praderas.

Con un lúdico y sutil enfoque didáctico, en este espectáculo de tan sólo 55 minutos, pequeños y grandes son llevados por la batuta y la voz de un director de orquesta-narrador, quien -haciendo uso del teatro de sombras y diapositivas-, no sólo explica quién fue Prokofiev y por qué compuso dicha obra; cómo es que cada instrumento representa a un personaje y a una melodía específica, sino muestra también cómo estos personajes y melodías pueden estar asociados a diferentes estilos de danzas.

Durante la escenificación en sí y conforme transcurre la historia, los pequeños se cautivan y emocionan al ver aparecer a un delicado pajarito, que será representado por la flauta, con movimientos de danza clásica; a un pato, por el aboe, con movimientos de danza contemporánea; el travieso gato, por el clarinete, con estilo de jazz; el abuelo, por el fagot, con danza de carácter; el lobo, por los cornos, con movimientos acrobáticos; Pedro, por las cuerdas, con movimientos de danza clásica y de carácter, denominada demi-carácter, y tres cazadores, por la conjunción de esos instrumentos, junto con los timbales y el tambor, realizando movimientos de danza de carácter.

La idea, explicó Avalos -quien, junto con Arcelia de la Peña, realizó la adaptación del libreto-, "es acercar a los niños a la música y la danza. Enseñarles sin que ellos se den cuenta, pues muchos pequeños y jóvenes al escuchar la palabra didáctico, se asustan y piensan que va ha ser aburrido.

"Por ello es que sin saturarlos con demasiada información o movimientos muy complicados, tratamos que los pequeños conozcan -de una manera divertida y sin que se den cuenta-, la vida de Prokofiev y su interés por motivarlos a escuchar atentamente la música, y al mismo tiempo quisimos que los pequeños pudieran igual reconocer o identificarse con diferentes estilos de danza, los cuales se muestran aquí de una manera clara, sencilla y especifica, para que ellos no pierdan el interés en la acción y la historia misma."

Con la narración de Samuel Escobar, escenografía de Carlos Trejo, iluminación de Valentín Orozco y Gabriel Saucedo, vestuario de Sara Salomón, las máscaras de Susana Valero y el apoyo en los movimientos coreográficos de Ana Bernal, Pedro y el lobo se escenifica con el Ballet de la Ciudad de México, sábados y domingos, a las 13 horas, en el Teatro de la Danza, del Centro Cultural del Bosque, Paseo de la Reforma y Campo Marte, atrás del Auditorio Nacional, cerca del Metro del mismo nombre.

 
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