Usted está aquí: sábado 2 de julio de 2005 Política El candidato Fox criticó lo que ahora promueve como presidente

Descalificó la labor proselitista de Ernesto Zedillo

El candidato Fox criticó lo que ahora promueve como presidente

CLAUDIA HERRERA BELTRAN

Como candidato presidencial, Vicente Fox se quejó cuantas veces pudo de los afanes proselitistas del mandatario Ernesto Zedillo en favor del PRI. El hombre de las botas y sus correligionarios de Acción Nacional lo llamaron "gran mapache", "jefe de la campaña" de Francisco Labastida y le achacaron "absoluta falta de calidad moral" por orquestar una elección de Estado.

A más de cinco años de ese episodio, la historia parece repetirse, sólo que ahora Fox recibe las críticas que hizo cuando buscaba la Presidencia; la diferencia es que cuando éste derrotó al PRI ofreció "quitar los esquemas mentales del pasado" y mantener distancia de su partido.

Un mes antes de los comicios, al pie del Angel de la Independencia -el mismo lugar en el que ahora celebrará el quinto aniversario de su triunfo electoral- Fox y el entonces presidente del PAN, Luis Felipe Bravo Mena, se lanzaron fuerte contra el priísta.

Había concluido una caravana de automóviles por Insurgentes. Los panistas descalificaron al mandatario tricolor como jefe de Estado y le dijeron que se estaba poniendo a la cabeza de la cargada oficial de Labastida Ochoa, el abanderado del PRI.

"Zedillo se ha autodescalificado como jefe de Estado; como tal ha perdido toda autoridad moral y no es ninguna garantía de imparcialidad y estabilidad", afirmó Bravo Mena.

En la plenitud del cinismo, agregó, los priístas tratan de obstaculizar el avance de la Alianza por el Cambio (PAN-PVEM) valiéndose de la "coacción, la presión y la violencia sobre los más débiles; la presión y las amenazas directas sobre los empleados públicos, y la difamación a gran escala que sólo se ha visto en los regímenes fascistas".

Estaban enojados porque unos días antes Zedillo había ofrendado públicamente su apoyo a Labastida y en una visita a Estados Unidos trató de convencer a hombres de negocios de que el sistema electoral operaba "a prueba de fraudes".

Era tal la molestia de los panistas que Germán Martínez, actual diputado y entonces representante de Acción Nacional ante el Instituto Federal Electoral, tildó al presidente de "gran mapache".

No fue la única vez. Los panistas se enfadaron con Zedillo cuando hizo una gira por Guanajuato y contradijo los resultados exitosos que Fox vendía de su paso como gobernador. Dio cifras que ubicaban a esa entidad como la sexta con mayores índices de pobreza en el país y con un promedio de escolaridad inferior en un año al nacional.

Los panistas no tardaron en reaccionar. Fox de inmediato arremetió contra Zedillo, a quien llamó incongruente y lo culpó de estarse entrometiendo en el proceso electoral.

Para Bravo Mena, esa gira y otra igual que el mandatario había hecho a Zacatecas -donde criticó a los perredistas- formaban parte de una estrategia que ponía al presidente a la "cabeza de la campaña de difamación y desprestigio".

Indignado, el dirigente del blanquiazul hizo un llamado al mandatario federal "para que regrese a su papel de jefe de Estado, busque la unidad de los mexicanos y el consenso nacional para salir adelante en problemas que él tiene la responsabilidad de resolver".

Días antes, Fox Quesada acusó a Zedillo de haberse convertido, en los hechos, en el jefe de la campaña de Labastida, y de tratar de influir a la ciudadanía para que los comicios favorecieran al sinaloense.

En sus giras proselitistas, el guanajuatense alertó sobre el creciente involucramiento del presidente en el proceso electoral, por lo que le exigió no utilizar su investidura para beneficiar al candidato de su partido mediante el "chantaje" al electorado.

Cuando se aproximaba la jornada electoral, Zedillo recibió una recomendación del IFE -tal como ahora el presidente Fox- para que retirara propaganda oficial que favorecía al candidato priísta, pero no la acató.

Fox no perdió oportunidad de quejarse de su ahora antecesor y en una visita a Oaxaca lo descalificó para hacer recomendaciones de imparcialidad y democracia electoral.

El panista parece estar dispuesto a reditar los vicios del antiguo régimen que tanto denunció cuando ofrecía el cambio.

 
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