Usted está aquí: domingo 19 de junio de 2005 Política Posible, un pacto que dé certidumbre a los comicios

Entrevista a BERNARDO BATIZ, PROCURADOR DE JUSTICIA DEL DISTRITO FEDERAL

Posible, un pacto que dé certidumbre a los comicios

El próximo 6 de julio presentará su libro Pido la palabra

"Estamos a tiempo, quizá la prudencia, la necesidad de que las cosas caminen por senderos menos complicados, nos permita a todos llegar a un acuerdo que tendrá que ser desde el marco de las leyes electorales"

ROBERTO GARDUÑO

Ampliar la imagen Bernardo B�z recuerda que Echeverr�y L� Portillo eran muy demag�os FOTO Roberto Garc�Ortiz

Actor de la llamada transición democrática, Bernardo Bátiz Vázquez no se da tregua y considera posible un pacto político y electoral que dé certidumbre al resultado de los comicios federales del año próximo.

"Estamos a tiempo, quizá la prudencia, la necesidad de que las cosas caminen por senderos menos complicados, nos permita a todos llegar a un acuerdo que tendrá que ser desde el marco de las leyes electorales. Es posible y estaríamos todavía, pienso yo, a tiempo de establecer bases mínimas de un convenio que tendría que encabezarlo el gobierno, la Secretaría de Gobernación; sería una prueba para el mismo secretario de Gobernación".

Con tres décadas de empuje político y participación en cuatro legislaturas en la Cámara de Diputados, Bátiz emprendió la tarea de compilar su pensamiento, en un libro que tituló Pido la palabra. Al concentrar su intervenciones en la tribuna camaral, el procurador general de justicia de la capital del país abrió paso al recuerdo de aquel navegar contra el autoritarismo y la demagogia echeverrista y de su oposición sistemática al exacerbado presidencialismo salinista, donde "a muchos nos daba la impresión de que Carlos Salinas de Gortari dominaba todo en el país".

Con la sencillez que le es inherente, Bernardo Bátiz se refiere así al libro que presentará el 6 de julio próximo en el Museo de la Ciudad de México: "es alguna cosa quizá personal, nada más de testimonio, a lo mejor algo de vanidad también, de conservar discursos que en su momento causaron poco y mucho impacto. Son 30 años en los cuales fui en distintas épocas legislador, en conjunto 12 años como diputado. Son discursos que me pareció que tenían alguna importancia en su momento y que podrían todavía estar vigentes en algunas de las cosas que ahí se dicen".

-Al iniciar el echeverrismo usted manifestó en tribuna de la Cámara de Diputados, como panista, su convicción democrática, y mantuvo su reclamo en medio de las administraciones de Miguel de la Madrid Hurtado y Carlos Salinas; esa fue su línea conductual.

-Siempre la democracia... es una lucha permanente, no se puede abandonar nunca, parece que se conquista, pero hay que estarla conquistando siempre y fue probablemente una motivación constante en estos años. Empezamos en una posición muy difícil, se decía allá en los años cincuenta, la década de los sesenta y principios de los setenta que los tres modos de hacerse tonto eran jugar a la lotería, sembrar en temporal y ser candidato del PAN.

-¿Qué es lo que usted recuerda del echeverrismo, aquel poder presidencial cuasi omnímodo?

-Echeverría tenía ambición de pasar a la historia como un presidente revolucionario, como un presidente innovador en cuestiones relacionadas con el mundo agrario, el mundo del obrero; fue la época en que él quería innovar todas las leyes. Fue época de un gran poder presidencial con mucho autoritarismo y también los momentos críticos del 71, del jueves de Corpus, donde hubo alguna participación nuestra, y el recuerdo muy cercano del 68.

Con los años, el maestro Bátiz, quien entonces emprendía la batalla política al lado del Partido Acción Nacional, también recuerda la "gran irresponsabilidad" de José López Portillo, quien con frivolidad optimista condujo al país con la filosofía de administrar la abundancia.

"Ambos eran muy demagógicos (Luis Echeverría y José López Portillo), cada uno en su estilo. Como decía Daniel Cosío Villegas, eran hombres de gran confusión mental. Creo que la enseñanza para entonces, para todos, fue que no era imposible derrotarlos. Le tocó a José Angel Conchello encabezar una época muy brillante del PAN, donde empezamos a ganar presidencias municipales medianas o pequeñas en diversas partes del país y se demostró que no era imposible derrotar al PRI. Y por supuesto que sirvió todo esto. Fue una formación tener contacto con la gente, tener contacto con autoridades, de diversos puntos de vista, desde las antesalas hasta los debates en la Cámara.

-Usted denunció a Miguel de la Madrid como el artífice de importantes fraudes electorales en el país.

-Sí, por supuesto. Desde el Colegio Electoral el contrincante de De la Madrid fue Pablo Emilio Madero. Madero tuvo cuatro millones de votos. Fue una campaña muy popular la de Madero y estamos seguros, desde entonces lo estábamos, que los cuatro millones que nos reconocían a nosotros eran en realidad seis, quizá, y que los once que reconocían a De la Madrid quizá fueron ocho o siete, no sabemos qué tanto. El PAN de entonces, que no recibía ningún subsidio, demostró que sí era posible. Se ganaron entonces muchos votos y se dio un paso adelante. Yo creo que fue esa una elección importante y se señalaba a Miguel de la Madrid, efectivamente, como uno de los artífices del fraude. Al final de su sexenio se cerró y lo que parecía una primera apertura muy positiva se convirtió en una total intransigencia democrática, que hicimos notar los que llegamos entonces a la 54 Legislatura.

Se le refiere aquella fotografía donde él aparece denunciando el fraude electoral de 1988, y se le observa debajo de Carlos Salinas de Gortari mientras era ungido, con una cartulina que desplegaba un leyenda: CSG, demuestre con hechos su compromiso por la democracia.

"Yo era vicepresidente de la Cámara. Entonces mis compañeros en la 54 Legislatura, que eran 100, estaban agrupados abajo y yo estaba solo, arriba, rodeado de priístas. Entonces era más difícil para mí cumplir el acuerdo. Sin embargo, yo me llevé en cada bolsa del saco un cartel y si me arrebataban uno, sacaba el otro. Y no se atrevieron; por ahí está una foto de Hilda Anderson, con la que coincidí varias veces, en la que se le veía la intención, pero se mantuvo a un paso de distancia. No tuve que sacar el que traía en la otra bolsa del saco y fue un buen testimonio, fue una foto especialmente la de De la Madrid, que fue la primera que circuló por todos lados".

Desde entonces (1988) comenzó un distanciamiento entre Bernardo Bátiz y el PAN. Ese hecho coincidió con la llegada de personajes, refiere, como Vicente Fox Quesada, Joel Carabias y Ramón Martín Huerta, quienes alrededor de Manuel J. Clouthier "llevaban un pensamiento distinto al tradicional de Acción Nacional, más pragmático, más cercano al mundo capitalista, liberal; hicieron a un lado las doctrinas, el socialcristianismo de Acción Nacional quedó hecho a un lado.

"Ellos propusieron que sacáramos esos carteles, tanto en el último informe de Miguel de la Madrid como en la protesta, en la toma de posesión de Salinas. Yo me opuse en el debate interno, diciendo que los diputados teníamos nuestra propia manera de expresarnos, que iba a pedir la palabra y hablar en la tribuna. Sin embargo, la mayoría de los panistas decidió que sacáramos nuestro cartel".

-En el sexenio de Carlos Salinas usted abandonó el PAN...

-Sí, una de las varias razones que argumentamos en 1992 fue precisamente que la directiva del Acción Nacional había negociado con Salinas, estaba negociando con Salinas, se había acercado demasiado, tenían reuniones periódicas los directivos con el presidente y parecía que Salinas, lo comentábamos hace un momento, parecía que Salinas era dueño de todo el poder.

Al comentarle que la democracia, como sistema, se encuentra en crisis, porque en su nombre se manifiestan tantas posturas políticas disímbolas, algunas de ellas irreconciliables, Bernardo Bátiz manifiesta, de nueva cuenta, como lo hizo en los pasados 30 años, su postura indeclinable.

"La democracia es más que un sistema político, es una forma de vida que implica igualdad, justicia; esto presenta la democracia como un ideal, pero hay algo insustituible, yo diría, que es el respeto al voto. Lo demás puede ser muy bello como una meta, como una estrella que nos guía, pero para que la democracia baje en instituciones y en decisiones populares, se necesita respetar el voto y eso es a lo que nos hemos acercado ya mucho más ahora que entonces; ya se respeta el sufragio. Hay 20 puertas y una es la correcta. Diría que la democracia es una sistema autocorrectivo, podemos equivocarnos y elegir a alguien mal, pero a los tres años se van corrigiendo las cosas".

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.