Usted está aquí: jueves 5 de mayo de 2005 Cultura Investigador del IPN desarrolla brazo biónico

Investigador del IPN desarrolla brazo biónico

JOSE GALAN

Ampliar la imagen Luis Armando Bravo Castillo, ingeniero en bi�a egresado del Instituto Polit�ico Nacional, muestra el brazo artificial que invent�a pr�is ya ha sido puesta a prueba en un obrero y es � en el mundo FOTO Jes�llaseca

Obet Cruz García es un joven obrero de 22 años residente de Chiapas. Un día, al trabajar en un camión de volteo, no se fijó que la caja se enredó en unos cables de alta tensión y recibió una descarga eléctrica que le carbonizó el brazo izquierdo. Fue trasladado al Hospital de Urgencias de Xoco, en el Distrito Federal, donde tuvieron que amputarle la extremidad.

Su caso fue conocido por Luis Armando Bravo Castillo, ingeniero en biónica egresado de la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingenierías y Tecnologías Avanzadas (UPIITA) del Instituto Politécnico Nacional (IPN). Ahora Obet mantiene a prueba una prótesis única en el mundo: un brazo artificial diseñado por Bravo Castillo con base en una plataforma miomecánica (del griego myos, músculo) que prácticamente realiza los movimientos de un brazo normal mediante sensores que ''leen''.

Se trata de un proyecto desarrollado por Bravo Castillo, investigador de 27 años, respaldado por un estudiante de la carrera de mecatrónica, Javier Heredia Díaz, de 22 años, para ayudar a personas con miembros amputados a recuperar en gran parte su calidad de vida, incluida su posibilidad de trabajar. Se trata de un brazo artificial de sólo 600 gramos -cercano al peso promedio natural de dicha extremidad-, que permitirá a Obet realizar dos tipos de tareas: pesadas, como levantar objetos o controlar una palanca de velocidades, y finas, como escribir y comer con cubiertos.

Según cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), la amputación de extremidades constituye la cuarta causa de discapacidad de la población del país. Y aunque no existen cifras definitivas sobre el número total de discapacitados por accidentes o enfermedad, tan sólo la Unidad de Rehabilitación de Medicina Física, región norte, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) -ubicada en la ciudad de México-, atiende casi 60 personas al mes. En su mayoría, las amputaciones de miembros inferiores son resultado de los efectos de enfermedades como la diabetes, pero las amputaciones de extremidades superiores casi siempre se derivan de accidentes de trabajo entre obreros de los cinturones industriales, principalmente del valle de México.

Bravo Castillo conoció de cerca muchos casos porque en un principio cursó sus estudios profesionales en la Escuela Superior de Medicina del IPN. Al mismo tiempo asistía como voluntario al hospital Magdalena de las Salinas, en el área de urgencias de ortopedia. Al año ingresó al área de cirugía reconstructiva, donde dice que se le despertó la inquietud de tratar de ayudar a las personas sometidas a cirugías de amputación, las cuales enfrentan una dramática disminución en su calidad de vida, sin mayores perspectivas a futuro.

Cuando el IPN abrió la carrera de biónica, comenzó a tomar forma el proyecto de brazo diseñado por Luis Bravo Castillo y, como él refiere, "me gustan las matemáticas, y me llamó sobremanera la atención la fusión entre medicina e ingeniería, porque pensé entonces que me podía otorgar un marco de referencia más amplio para desarrollar prótesis bien articuladas, ligeras y durables".

Agrega que en México se hacen investigaciones sobre prótesis para miembros superiores, pero acotadas a un pedestal o una mesa de trabajo, y añade que su proyecto, más que de investigación científica, tiene una motivación social: "se trata de ayudar en la rehabilitación de las personas con miembros amputados".

 
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