Usted está aquí: jueves 28 de abril de 2005 Cultura Seducción sonora de 90 minutos

Concierto de Los violines del rey en el Casino Español

Seducción sonora de 90 minutos

ANGEL VARGAS

Un Bach renovado, vigoroso, conmovedor, fue el que se desprendió de las cuerdas prístinas de Los violines del rey en el concierto que esa orquesta ofreció anteanoche en el Casino Español, como parte del ágape musical que brinda el XXI Festival de México del Centro Histórico.

La primera parte de la velada estuvo dedicada sólo a la música de Dios Padre (el flautista Horacio Franco, dixit), es decir, a Johann Sebastian Bach, con cuatro de sus creaciones: el coral Despertad, la voz nos llama, De profundis, Ricecare A6 y la Suite para orquesta en re mayor.

No fue un concierto común, pues desde el título del programa, Permutaciones, se aludía a la naturaleza del repertorio de transcripciones y versiones para orquesta del canadiense Jean François Rivest, quien además actuó como director huésped.

Además de las obras de Bach, pudo disfrutarse una lectura diferente del Cuarteto de cuerdas no. 15 del Espíritu Santo (otra vez Franco dixit), entiéndase Mozart, y del preludio de la ópera Capriccio para sexteto de cuerdas, de Richard Strauss.

Fueron 90 minutos de seducción sonora, de ráfagas emocionales donde, primero, la música del barroco, de la mano de Bach, inundó la atmósfera del recinto.

El público, humedecido en sus ropas por el calor de la noche, cayó en regocijo más adelante con la refulgente pieza de Strauss, en no menos brillante interpretación, llena de acariciantes sutilezas, de los 15 atrilistas de la orquesta visitante.

Y por si fuera un poco, en gran detalle de generosidad, un encore para terminar de cimbrar y estremecer la dermis: Aire de la Suite 3 para orquesta de Bach.

 
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