Usted está aquí: martes 12 de abril de 2005 Sociedad y Justicia El de Wojtyla, papado marcado por la fobia a la diferencia sexual

Juan Pablo II, 26 años de un ministerio intolerante que rayó en el fundamentalismo

El de Wojtyla, papado marcado por la fobia a la diferencia sexual

El sexo entre varones, uno de sus más constantes objetos de ataque

Ratzinger, posible sucesor

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Ampliar la imagen El papa Juan Pablo II, durante una misa por la paz mundial celebrada en la Bas�ca de San Pedro, el 1� de enero de 2004 FOTO AFP

El deceso de Karol Wojtyla, el cardenal polaco rebautizado como Juan Pablo II, puso fin a un pontificado de 26 años durante el cual la Iglesia católica concentró su poder en el reforzamiento de las políticas conservadoras, que encontraron en el sexo entre varones uno de sus más constantes objetos de ataque.

Dada la tendencia a la disminución del poder de la Iglesia en lo que respecta a marcar reglas al ejercicio de la sexualidad, las opiniones de la institución se radicalizaron, acercándose peligrosamente al fundamentalismo. En su libro póstumo, Memoria e identidad: conversación entre milenios, Wojtyla considera que la lucha por la reivindicación de los derechos de la comunidad lésbico, gay, bisexual y transgénero obedece a la influencia de la "ideología del mal".

Durante el liderazgo de Wojtyla en el Vaticano, la homosexualidad y su reconocimiento social han sido falazmente enfrentados a la familia, en el concepto con que la Iglesia la considera. Sobre uno y otro temas, éstas son algunas de las tesis defendidas por el Vaticano:

Matrimonio

"La enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio y la complementariedad de los sexos repropone una verdad puesta en evidencia por la recta razón y reconocida como tal por todas las grandes culturas del mundo. Ha sido fundado por el Creador, que lo ha dotado de naturaleza propia, propiedades y finalidades esenciales. Ninguna ideología puede cancelar del espíritu humano la certeza de que el matrimonio en realidad existe únicamente entre dos personas de sexo opuesto, que por medio de la recíproca donación personal, propia y exclusiva de ellas, tiende a la comunión de sus personas."

Sexo entre varones

"En la sagrada escritura las relaciones homosexuales están condenadas como graves depravaciones, juicio que no permite concluir que todos los que padecen esta anomalía sean personalmente responsables de ella; pero atestigua que los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados. Hombres y mujeres con tendencias homosexuales deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Tales personas están llamadas, como los demás cristianos, a vivir la castidad. Pero la inclinación homosexual es objetivamente desordenada y las prácticas homosexuales son pecados gravemente contrarios a la castidad."

Uniones homosexuales

"No existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia. El matrimonio es santo, mientras que las relaciones homosexuales contrastan con la ley moral natural. Se podría preguntar cómo puede contrariar al bien común una ley que no impone ningún comportamiento en particular, sino que se limita a hacer legal una realidad de hecho que no implica, aparentemente, una injusticia hacia nadie. En este sentido es necesario reflexionar ante todo sobre la diferencia entre el comportamiento homosexual como fenómeno privado y como comportamiento público, legalmente previsto, aprobado y convertido en una de las instituciones del ordenamiento jurídico. La legalización de las uniones homosexuales estaría destinada, por tanto, a causar el oscurecimiento de la percepción de algunos valores morales fundamentales y la desvalorización de la institución matrimonial.

"Es falso el argumento de que la legalización de las uniones homosexuales sería necesaria para evitar que los convivientes, por el simple hecho de su convivencia homosexual, pierdan el efectivo reconocimiento de los derechos comunes que tienen en cuanto personas y ciudadanos. Por el contrario, constituye una grave injusticia sacrificar el bien común y el derecho de la familia con el fin de obtener bienes que pueden y deben ser garantizados por vías que no dañen a la generalidad del cuerpo social."

(Tomado del documento Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales, de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cuyo titular es el cardenal Joseph Ratzinger.)

Unión libre heterosexual

"Muchas veces las personas que conviven justifican esta elección por razones económicas o para soslayar dificultades legales. Muchas veces los verdaderos motivos son más profundos. Frecuentemente bajo estos pretextos subyace una mentalidad que valora poco la sexualidad. Está más o menos influida por el pragmatismo y el hedonismo, así como por una concepción del amor desligada de la responsabilidad. Se rehúye el compromiso de estabilidad, las responsabilidades, los derechos y deberes, que el verdadero amor conyugal lleva consigo. No es raro que las personas que conviven en una unión de hecho manifiesten rechazar explícitamente el matrimonio por motivos ideológicos. Se trata entonces de la elección de una alternativa, un modo determinado de vivir la propia sexualidad. El matrimonio es visto por estas personas como algo rechazable, algo que se opone a la propia ideología, una 'forma inaceptable de violentar el bienestar personal' o incluso como 'tumba del amor silvestre', expresiones éstas que denotan desconocimiento de la verdadera naturaleza del amor humano, de la oblatividad, nobleza y belleza en la constancia y fidelidad de las relaciones humanas."

Género

"Ahora bien, a partir de la década 1960-1970, ciertas teorías (que hoy suelen ser calificadas por los expertos de 'construccionistas') sostienen no sólo que la identidad genérica sexual sea el producto de una interacción entre la comunidad y el individuo, sino incluso que dicha identidad genérica sería independiente de la identidad sexual personal, es decir, que los géneros masculino y femenino de la sociedad serían el producto exclusivo de factores sociales, sin relación con verdad ninguna de la dimensión sexual de la persona. De este modo, cualquier actitud sexual resultaría justificable, incluida la homosexualidad, y es la sociedad la que debería cambiar para incluir, junto al masculino y el femenino, otros géneros, en el modo de configurar la vida social. La ideología de género ha encontrado en la antropología individualista del neoliberalismo radical un ambiente favorable."

(Tomado del documento Familia, matrimonio y 'uniones de hecho', elaborado por el Pontificio Consejo para la Familia, presidido por el cardenal Alfonso López Trujillo.)

Wojtyla murió el pasado 2 de abril. El viernes 8 de abril, cuando fue sepultado en las catacumbas de la Basílica de San Pedro, la bandera mexicana ondeó a media asta, por decreto presidencial que marca el día como de duelo nacional. El cónclave en que se elegirá nuevo papa se iniciará el próximo 18 de abril. Entre los nombres que se manejan para convertirse en líder de la Iglesia católica domina el de Ratzinger, artífice de la línea dura que dominó en el papado de Juan Pablo II.

 
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