Usted está aquí: jueves 24 de marzo de 2005 Mundo Fuerzas de Irak y EU aseguran haber matado a 85 insurgentes

Reportan la toma del más grande centro de entrenamiento rebelde cerca de Samarra

Fuerzas de Irak y EU aseguran haber matado a 85 insurgentes

El Ejército Islámico de Tikrit afirma que sólo perdieron 11 hombres y que hubo "muchas" bajas entre los soldados

Mueren en el operativo 7 policías iraquíes

Estalla coche bomba en Mosul

KIM SENGUPTA THE INDEPENDENT

Ampliar la imagen Ban Abbas, de 12 a� muri� un taque con mortero contra su escuela primaria en Bagdad, otros tres ni�resultaron heridos, seg�portes de la polic�FOTO AP

Bagdad, 23 de marzo. Fuerzas estadunidenses e iraquíes dijeron haber matado a 85 insurgentes y capturado lo que llamaron el más grande centro de entrenamiento y comando de los rebeldes. El ejército de Estados Unidos dio apoyo aéreo y terrestre a la operación de 90 minutos que tuvo lugar en la remota área entre Tikrit y Samarra.

Voceros militares estadunidenses e iraquíes señalaron que el campamento fue el lugar donde se planeó la ola de coches bomba que azotó las ciudades del norte de Irak. Entre los insurgentes muertos, afirmaron, había sudaneses, argelinos, sirios y sauditas. Siete policías iraquíes también murieron en la operación, que se saldó con 92 muertos.

Sin embargo, el grupo rebelde Ejército Islámico de Tikrit aseguró que ellos estaban a cargo del campamento, y que si bien 11 de sus "combatientes por la libertad" fueron asesinados, había "muchos más soldados" entre los muertos.

Richard Goldenberg, de la 42 división de la infantería estadunidense, declaró: "La documentación en las instalaciones de este campamento demostró que algunas de las fuerzas rebeldes eran combatientes extranjeros, y aseguró que no hubo bajas en las filas estadunidenses".

El gobierno iraquí ha impuesto un estricto reglamento de residencia para detener y expulsar a árabes extranjeros, lo que ha provocado protestas generalizadas. Esta ofensiva tiene como objetivo a personas sospechosas de ayudar a la insurgencia. Pero muchos de los arrestados -que fueron más de 200 en un solo día en Bagdad- han sido residentes en Irak durante mucho tiempo y corren el riesgo de ser obligados a dejar sus hogares.

La comunidad palestina se siente particularmente amenazada. Numerosos palestinos han vivido durante generaciones en Irak y se encuentran ahora en la mira debido al supuesto apoyo que los palestinos dieron al régimen de Saddam Hussein. Los palestinos afirman que no tienen dónde ir; dejaron sus hogares en territorios que hoy controla Israel y no hay posibilidades de que Tel Aviv les permita el retorno.

Otros, como los árabes sudaneses, dicen que son víctimas del nuevo reglamento. Afirman que son fácilmente identificables como extranjeros por su piel más oscura y rasgos africanos, y aseguran también que son intimidados por policías y soldados iraquíes en los puestos de control.

Chechenos e iraníes también han sido arrestados en redadas. La frontera con Irán es particularmente porosa y ahí habitan muchas familias iraquíes e iraníes que tienen parientes en ambos países.

La mayor parte de los residentes extranjeros tenía documentos vigentes, del tiempo en que la riqueza petrolera iraquí garantizaba empleos relativamente bien remunerados. Pero ahora se considera que dichos documentos no son válidos si sus titulares no han regresado a su país de origen a renovar pasaportes y visas de ingreso; algo muy difícil de conseguir en un país azotado por años de conflicto y maniatado por las sanciones de Naciones Unidas. Incluso, aunque un extranjero cuente con un contrato laboral, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social tiene la facultad de cancelarlo si su actividad puede ser realizada por un iraquí.

Los funcionarios de Irak no parecen dispuestos a abandonar esta línea dura. El brigadier general, Taif Tariq Hussein, jefe de la sección de residencia del Ministerio del Interior, señaló: "Algunos árabes han destruido la reputación de los extranjeros en Irak. Han ayudado a llevar a cabo operaciones de sabotaje o las han ejecutado ellos mismos".

Algunos medios locales han apoyado abiertamente estas duras medidas. Uno de los principales diarios de Bagdad, Al Taakhi, publicó un reportaje en primera plana titulado: "Cadena perpetua para los residentes árabes ilegales". También han comenzado a aparecer pintas exaltadas en los muros de Bagdad con letreros: "Arabes fuera de Irak" y "Apoyamos al gobierno, árabes, regresen a casa".

En otros actos de violencia, en un ataque con mortero murió una niña en una escuela en esta capital donde, además, un policía iraquí perdió la vida al tratar de desactivar una bomba. En Mosul, un coche bomba dejó heridos a cuatro soldados estadunidenses.

© The Independent

Traducción: Gabriela Fonseca

 
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