Usted está aquí: domingo 13 de marzo de 2005 Política BAJO LA LUPA

BAJO LA LUPA

Alfredo Jalife-Rahme

¿Choque petrolero saudita?

BABY BUSH LIBRA una guerra multidimensional contra cuatro integrantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP): en forma obscena, contra Irak e Irán (dos miembros del obsoleto "eje del mal", segundo y tercer productores mundiales de crudo, respectivamente); en forma novedosa, contra Venezuela (cofundador de la OPEP), y en forma subrepticia, contra Arabia Saudita, principal productor del cártel de 10 miembros: ocho islámicos, uno híbrido (Nigeria, mezcla de cristianos e islámicos) y uno católico (Venezuela).

LAS TEORIAS RACISTAS del manual bélico del unilateralismo bushiano, Choque de las civilizaciones: reconfiguración del nuevo orden mundial, de Samuel Huntington, son aplicadas para intentar controlar la pletórica producción de la OPEP. Huntington se acaba de transmutar en mexicanófobo en su libro ¿Quiénes somos?, que propugna la pureza étnica anglosajona frente a los "inmigrantes mexicanos", y quien reconoce haberse inspirado, según una nota inolvidable de El País, en los asertos descabellados de Jorge Castañeda Gutman, ex canciller del foxismo desbrujulado, quien profesa un patológico desprecio hacia los migrantes mexicanos, cuando él mismo proviene de una familia étnicamente perseguida de Rusia.

EL ARABOFOBO CASTAÑEDA Gutman -quien avaló el bombardeo ilegal de Baby Bush en las afueras de Bagdad, coincidente con la visita del presidente texano al rancho de San Cristóbal-, canciller malabarista del mortinato foxismo, cerró la embajada de México en Arabia Saudita para complacer a sus aliados raciales del partido Likud, que busca el derrocamiento del reino wahabita y su balcanización (existe una generosa casuística). Si con algún país debe México, genuina potencia petrolera y gasera, mantener relaciones obligadas, es justamente con Arabia Saudita, con el fin de estar atentos a los vaivenes de las cotizaciones que repercuten en el bienestar nacional, que rebasan la banalidad racial y afectiva para situarse en el campo de la seguridad nacional de México, lo cual le importó un bledo a la primera fase de la cancillería foxiana y que, justo es reconocer, fueron reanudadas por su segundo canciller, Luis Ernesto Derbez Bautista, menos insensato que su antecesor, quien manejaba una agenda personal racista y cuya coordinación ideológica con Huntington no es nada casual.

EN LA FASE DE transición multidimensional que tiende hacia el nuevo orden multipolar, cuyo diapasón lo marca la aceleración de la decadencia de Estados Unidos, el petróleo y el gas se volvieron las materias primas de disputa entre los grandes y pequeños países del planeta. Mientras el dólar se desplomaba, el mendaz Departamento de Energía estadunidense elevaba en forma abrupta su pronóstico de precio promedio del barril para este año de 30 a 50 dólares (Financial Times, 8 de marzo). La caquexia del dólar va en razón inversamente proporcional al ascenso irreversible de las materias primas, como exhibe el "índice CBR" de Reuters (que comprende en su canasta básica desde el oro negro hasta la plata), que alcanzó niveles históricos.

EN VISPERAS DE su reunión en Isfahan, Irán, y en el contexto de la trascendental visita a Venezuela del presidente iraní, Mohamed Jatami, la OPEP insiste en que carece de capacidad tanto para incrementar sus cuotas de abastecimiento como para lidiar con las interrupciones de los flujos. En dos meses y medio, el precio se ha incrementado 25 por ciento, y el abastecimiento de la OPEP alcanzó sus niveles más altos el año pasado, por lo que goza de un mínimo margen de maniobra para elevar su producción frente a una demanda vigorosa de China e India. Así que no hay que hacerse muchas ilusiones sobre la reunión de la OPEP en Isfahan para abatir en forma artificial los precios.

EN MEXICO, LA triada neoliberal maligna del salinismo-zedillismo-foxismo ha secuestrado el petróleo a un sicótico esquema ultrafiscalista (para subsidiar el Fobaproa-IPAB y sus banqueros parasitarios), el cual regalan a precios ridículos al peor postor y al mejor impostor, ante la ceguera del Congreso, donde brillan los perredistas de ocasión y el hankismo tropical. En contraste, la estatal Compañía Nacional Iraní elevó -por encima de la cotización mundial- los precios del petróleo de la isla Kharg, tanto en la variedad ligera como la pesada (¡lo contrario de Pemex!), en 1.75 dólares. Lo más relevante es que la variedad pesada del crudo iraní exhibe ya un diferencial de 7.40 dólares con el crudo tipo Brent británico (periódico libanés The Daily Star, 11 de marzo), mientras en México la brecha descabellada entre la variedad pesada (tipo Maya) y el crudo ligero texano es de 18.43 dólares, es decir, 2.5 veces a su equivalente iraní. ¿Cuál es la explicación racional, que no sean las presuntas triangulaciones crapulosas y/o las comisiones criminales bajo la mesa, de Fox y su subsecretario de Hacienda, el cordobista ultrafiscalista Carlos Hurtado López, quienes literalmente están regalando el petróleo mexicano a las trasnacionales texanas, ante las narices, o la colusión, del ignaro Congreso?

SIN ADENTRARNOS EN la espectacular renacionalización de las empresas petroleras rusas, que habían sucumbido en las garras de la cleptoplutocracia neoliberal global (en Moscú se les conoce como "oligarcas"), Venezuela obligó a las trasnacionales texanas a pagar regalías de 20 por ciento, además de 30 por ciento de impuesto sobre la renta, cuando los gobiernos neoliberales anteriores recibían unas grotescas regalías de uno por ciento (¡un solo dígito!), según enseña el libro, Conversaciones con Hugo Chávez, de Heinz Dieterich (editorial JORALE, 2004). Con razón Condi Rice, que perteneció a la petrolera Chevron-Texaco, cataloga a Chávez como una "fuerza negativa". ¿A poco Baby Bush y Condi, ya no se diga Santiago Creel, representan "fuerzas positivas" para la biosfera? Más allá de las trivialidades hilarantes de sicoanálisis pueril dedicado a los mandatarios enemigos de Estados Unidos (quienes todos estarían "locos", mientras sus siervos todos estarían "cuerdos"), lo real es que el gobierno venezolano ha entendido lúcidamente la transición multidimensional hacia el nuevo orden hexapolar, que lo ha llevado a establecer vínculos geoestratégicos con Rusia, China, India, Brasil y, ahora, Irán.

LOS RIESGOS QUE ha asumido Venezuela son enormes, como los que corre Arabia Saudita, que sufre los brutales embates conjugados de la prensa petrolera texana y los financieros israelíes de la globalización. En un libro por salir, ¿Crepúsculo en el desierto?, Matthew Simmons arremete contra el reino wahabita y pone en tela de juicio su capacidad de reserva para colmar la galopante demanda de petróleo en el planeta. Matthew Simmons es nada menos que el banquero texano de inversiones en energía aliado de la dupla Cheney-Bush, quien con siete años de retraso se agrega a los teóricos de la escuela de pensamiento que propugna el "pico del petróleo" (ASPO, por sus siglas en inglés), es decir, su agotamiento extractivo. Desmonta la "falsa suposición", a su juicio, de que el "mundo cada vez más dependiente seguirá siendo provisto por el petróleo medioriental, en particular de Arabia Saudita, que podría inundar el mercado con 15 millones de barriles diarios (MBD) adicionales. El banquero texano se aventura a conjeturar que una "muy amplia proporción de la producción saudita proviene de un pequeño número de campos petroleros gigantes que estarían por alcanzar su estadio crepuscular"; al contrario: "entre más rápido sea extraído el petróleo de estos yacimientos, más pronto advendrá el crepúsculo". En la misma frecuencia musical que Richard Wagner, ahora resulta que el Gotterdämmerung, el "crepúsculo de los dioses", alcanzó también al petróleo saudita. ¿Las nada virginales petroleras texanas jugarán el papel de las sanguinarias walkirias wagnerianas para aniquilar al reino wahabita en el altar del holocausto energético que vaticina Matthew Simmons?

NO OBSTANTE SU nihilismo saudífobo de entonaciones apocalípticas, el banquero petrolero texano calcula que la demanda global del año pasado alcanzó 82 MBD y que este año agregará otros 2 MBD adicionales debido a la superdemanda de China e India. Simmons se centra en los modelos de la Agencia Internacional de Energía (que, por cierto, se ha equivocado bastante, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial), que supone que para el próximo cuarto de siglo el Medio Oriente, en particular el reino wahabita, podrá satisfacer 32 MBD de los 121 que requerirá el planeta. Al unísono del grueso del pelotón desinformativo de 1998 (ver Bajo la Lupa: "Los cinco precios del petróleo militarizado", 9 de marzo), confiesa que "durante varios años creyó" (sic) en el "ilimitado (sic) petróleo medioriental" (otro cuento de vaqueros texanos). Después de fustigar la desinformación (sic) de ARAMCO, la petrolera estatal saudita que, a su decir, infla sus reservas y su capacidad extractiva, no se muerde la lengua y descubre hasta el año 2003 (¡ah, caray!: fecha de la ilegal invasión anglosajona a Irak) -cuando realizó una "revisión exhaustiva (sic) de más de 200 (sic) publicaciones técnicas (sic) sobre las condiciones actuales" de los principales yacimientos sauditas muy añejos- la probabilidad de un choque petrolero saudita: "será virtualmente imposible que Arabia Saudita jamás incremente su producción, aunque hubiera un brote productivo, a niveles de 20 o 30 MDB". Simmons despedaza las cifras, a su juicio tramposas (sic), de ARAMCO sobre sus reservas, que "no han sido escrutadas por una auditoría (sic) independiente (¡supersic!) de terceras partes (sic)". ¿Dónde existirá tal cosa en la industria petrolera trasnacional, consagrada a la desinformación deliberada, para así recomendarlo tanto a Pemex como a la triada neoliberal entreguista Salinas-Zedillo-Fox, quienes han jugado al antojo texano con las cifras sobre las reservas en el Golfo de México? ¿A quién le conviene la degradación brutal de las reservas sauditas y el derrocamiento muy cantado de la casa real wahabita, lo que llevaría el precio del oro negro a la estratosfera? Lo principal: ¿a qué enemigos del unilateralismo bushiano perjudicaría el escenario del choque petrolero saudita?

 
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