Docencia, investigación y difusión cultural, mutiladas si se carece de capital, dice José Narro

UdeG: la falta de fondos acota autonomía de universidades

A partir de 1980 se frenó el incremento de los recursos a escuelas superiores: Padilla López

Para el CESU, la óptica gerencial en materia educativa profundiza la negligencia en el sector

KARINA AVILES

El rector de la Universidad de Guadalajara (UdeG), José Trinidad Padilla López, advirtió que la búsqueda de financiamiento acota la autonomía académica y administrativa de las escuelas de educación superior.

En la práctica, al cumplir los lineamientos externos que se exigen para lograr apoyos económicos -sostuvo el rector-, las universidades se ven obligadas a ceder autonomía.

Por su parte, el director de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, expresó que aún falta por avanzar en el ámbito de la autonomía financiera y manifestó que esta institución "está muy lejos de tener una franca libertad" en el manejo y aseguramiento de sus condiciones en la materia.

En una mesa de análisis sobre la capacidad de las instituciones públicas de educación superior para gobernarse a sí mismas, el rector de la UdeG expresó que a partir de una política establecida por el Estado en 1980 se determinó "frenar" el incremento de recursos a estas casas de estudio.

Concursar para obtener recursos

Manifestó que actualmente las universidades tienen que concursar para obtener fondos externos como, por ejemplo, programas de estímulos, cuyas reglas son puestas, inclusive, por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. De tal manera que la cuestión del financiamiento, en la práctica, se traduce en una forma de "acotamiento".

Padilla López manifestó que como está conceptualizada en las leyes mexicanas, la autonomía no puede ser equiparada al concepto de soberanía "y está acotada dentro de los marcos que el Estado le pone como límites". Por ello, añadió, se habla de una "autonomía acotada".

Consideró que en términos generales las universidades públicas sí ejercen su autonomía de gobierno; sin embargo, la autonomía "administrativa y académica, en los hechos, a veces ha sido rebasada".

En el auditorio del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM, el director de la Facultad de Medicina, José Narro Robles, destacó que la autonomía es una "conquista irrenunciable" para los integrantes de la máxima casa de estudios.

La UNAM, sin el grado de autonomía que tiene y la posibilidad de acrecentarla, sería una universidad "mutilada", por lo que este valor representa para la docencia, la investigación y la difusión de la cultura.

Consideró que la autonomía universitaria tiene tres grandes ejes: el académico, el de gobierno y el que se refiere al financiamiento. Pero también está inmersa en dos dimensiones, que es la interna y la que tiene que ver con el exterior.

En la parte referente a los recursos, "la UNAM está muy lejos de tener una franca libertad en ese manejo y un aseguramiento de sus condiciones financieras: no es poco lo que recibe, no es de ninguna manera despreciable, aunque siempre resultará insuficiente".

Generadora de capital propio

También destacó la capacidad de la universidad para generar sus propios recursos, mismos que para este año serán de alrededor de mil 600 millones de pesos. El director de la Facultad de Medicina enfatizó que la autonomía es vigente y viable, pero se hace necesario hacer propuestas para que "más que en teoría esto pueda tener una traducción en la vida cotidiana".

Por su parte, el investigador del Centro de Estudios sobre la Universidad (CESU), Raúl Martínez Domínguez, habló sobre los efectos del neoliberalismo y la óptica gerencial en materia educativa, política que ha profundizado el descuido y la negligencia en el sector.

Indicó que las universidades han resentido esta política mercantil, pues se les ha desplazado sobre la base del presupuesto. Lo anterior, subrayó, atenta contra los niveles óptimos de las entidades académicas y se traduce en un problema de insolvencia para las instituciones públicas de educación superior.