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Miércoles 26 de enero de 2005

Había una vez una noche... ilustra la denominada "educación autosustentable"

Lanza revista italiana libro testimonial y lingüístico de alumnos zapatistas

La obra, por esta vez, pone el castellano al servicio de la lengua tzotzil

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

Oventic, Chis., 25 de enero. Erase una vez un libro de cuentos fantásticos que decía "la historia verdadera nunca se termina". Y también un libro de testimonios reales donde el coyote pudo ver un cerro que se quería caer "y fue a sostenerlo para que no se cayera". Donde además de la gente hablan los animales y las armas, y lo que el castellano expresa en su doble traducción al tzotzil lo convierte en el idioma-puente para la consolidación de la escritura de la lengua maya más extendida en los Altos de Chiapas. Por una vez, el arrogante castilla se pone al servicio de una lengua india, y no al revés.

Escrito en castellano, y ocasionalmente en tzotzil, por estudiantes de la escuela secundaria rebelde zapatista (Esraz), Había una vez una noche... acaba de ser lanzado en Italia por la revista Carta (única publicación del mundo dedicada a documentar las "canteras sociales") en dos versiones: italiano-tzotzil y castellano-tzotzil.

"El día primero de enero de 1994 el subcomandante Marcos organizó a sus comandantes y les dijo el Marcos: 'šAquí ya no más el desmadre!' Por eso se levantaron en armas los zapatistas y empezó una batalla que tardó tres días", escribe Daniel, de la comunidad Unenaltic. "De ahí los zapatistas salieron porque no encontraron enemigos, por eso se regresaron a las montañas. Desde ahí se quedó un poco bien, por eso nosotros, como alumnos, estamos luchando por la educación."

La colección de 50 relatos es producto de un taller de "cuenta cuentos" realizado durante dos meses en la Esraz de Oventic, en 2002, por el Laboratorio Social AQ16 de la región Emilia de Italia.

Este grupo presenta ahora Había una vez una noche... recordando aquel "interesante intercambio cultural" en el cual los jóvenes "escribieron los cuentos (leyendas mayas, cuentos populares y de lucha zapatista vista y vivida por los alumnos y sus comunidades) en su lengua materna, el tzotzil, de tradición oral. La fase de desarrollo de la escritura en tzotzil es aún reciente. De hecho, en la Escuela Secundaria Rebelde Zapatista Primero de Enero se lleva a cabo un proceso de desarrollo de la lengua tzotzil que permita su expresión en forma más precisa".

La obra fue presentada aquí la semana pasada ante las nuevas generaciones de la secundaria zapatista, pues los autores ya concluyeron sus estudios. Con tal motivo se desplazaron de sus comunidades los alumnos de entonces y los de ahora, "y contándose el cuento de un libro que escribieron ellos", como dice hoy a La Jornada una maestra de la Esraz, italianos e indígenas celebraron la aparición del volumen.

Estuvieron presentes miembros de AQ16 y de la Asociación Ya Basta (esta última apoyó el proyecto), y entregaron a la secundaria rebelde una edición especial en castellano de 150 ejemplares de Había una vez una noche... (Carta de Roma, y la editora Yema, de Módena, Italia, diciembre de 2004, 95 pp). Ahora se prepara una edición mexicana, con un tiraje mayor. La versión italiana constó de 4 mil 500 ejemplares, y casi se agotó en pocas semanas.

Ante lo que hoy producen los escritores mexicanos en lenguas indígenas, se trata sin duda de un volumen modesto e inclusive naif, pero, además de ofrecer algunas páginas memorables, ilustra los frutos de lo que, en un segundo prólogo, los promotores y promotoras de la escuela indígena denominan "una educación autosustentable". El ejercicio testimonial y lingüístico se da en distintas direcciones. Los noveles autores piensan en tzotzil, y traducen al castellano para escribir sus relatos. Luego, en un ejercicio colectivo, los textos se trasladan al tzotzil de vuelta, y de paso producen algunos de los primeros escritos zapatistas en lengua originaria.

Además, comentan a su vez los italianos de AQ16, la "puesta en escena" de estas historias confrontadas con otras de la tradición popular italiana, así como las formas de resistencia y socialidad de los zapatistas, poseen validez "también en los contextos urbanos industrializados, adaptando claramente las modalidades propias a los diferentes parámetros de vida, y manteniendo como punto de referencia la participación activa de la colectividad en la toma de decisiones. Es por eso que el zapatismo cruza océanos y logra tanto consenso".

El librillo se divide en tres secciones: leyendas, cuentos populares, y la lucha zapatista vista por las comunidades. En El pinito escribe Virgilio, nativo de Jolik'alum, una leyenda que explica alegóricamente la bizarra economía de los rebeldes:

"Hay un pinito en el medio del bosque. Ven sus compañeros que todas sus hojas verdes son iguales. Dice el pinito que no quiere que todas sus hojas sean iguales. Entonces el pinito cambia sus hojas. Pone sus hojas de oro. Cuando empezó a anochecer, vino un ladrón. El ladrón vio un árbol que tiene sus hojas de oro y entonces el ladrón llevó todas las hojas del árbol. El árbol empezó a llorar. Vio que ya no tenía sus hojas y que se quedó desnudo. 'ƑEntonces qué voy a hacer?', dijo el árbol. 'Mejor voy a pedir hojas de vidrio para que ya no se las roben', dijo. Entonces pidió sus hojas de vidrio. Dice que un día vino un remolino que al pinito quebró todas sus hojas. Dijo el pinito: 'ƑQué voy a hacer? Robaron mis hojas de oro, rompieron mis hojas de vidrio, entonces voy a pedir mis hojas como estaban antes para que ya no las quiten'."

En los cuentos de Felipe, originario de Potobtic, el narrador es un don Antonio que inevitablemente remite al Viejo Antonio del subcomandante Marcos. Felipe es el más prolífico de los autores aquí, y sus fábulas y leyendas (acerca del fuego, el "cuete del mal hombre", la piedra sobre otra piedra y el cerro guardián de Junalvitz) hablan de una apropiación y traducción dentro del mismo zapatismo.

Eduardo, de San Antonio el Brillante, opta en El helicóptero por el tono puntual y periodístico para una escena de la vida cotidiana en tiempos de guerra de baja intensidad: "En la tarde del día viernes, como a las tres de la tarde, se chocó un helicóptero en la rinconada. ƑSabes por qué se chocó? Porque estaba muy nublado y vino bien bajito. Los habitantes de San Antonio el Brillante pensaron que era una piedra, cuando vieron que era un helicóptero militar lo denunciaron a sus compañeros. Llegaron muchos helicópteros y aviones y bajaron algunos, y por fin lo llevaron los muertos y sus armamentos de guerra".

Producto colateral del proceso educativo autónomo de los Altos, Había una vez una noche... permite recordar que en la Esraz hay más de 100 alumnos de diferentes edades y comunidades, más de 20 promotores indígenas, nueve aulas, una biblioteca, una sala de computación, comedor, cocina, tres dormitorios y un centro de español y lenguas mayas que ofrece cursos de idiomas para visitantes de diversos países. Parte de lo que AQ16 llama "el relanzamiento de una lucha con dimensión mexicana y mundial (que) ha marcado los nuevos tiempos del zapatismo".

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