México D.F. Viernes 12 de noviembre de 2004
La pintora abrirá muestra antológica
en el MUCA de Ciudad Universitaria
Revisa Magali Lara su exploración del binomio
imagen-palabra
Mi versión de los hechos... incluye 75
piezas entre pintura, dibujo, gráfica, instalación y libros
En México muchas mujeres luchan por ser vistas
más que como musas, como artistas, dice
MERRY MAC MASTERS
La pintora Magali Lara (DF, 1956) pertenece a una generación
de talentosas mujeres en la que, más allá de hablar de artistas
femeninas a secas, ya había todo un grupo de pintoras, aparte de
poetas, narradoras, compositoras, directoras de teatro, actrices y bailarinas,
claro.
Para
Lara su generación hizo evidente que no sólo se trataba ya
de una mujer con talento extraordinario, sino que existen ''una sensibilidad
y una posibilidad discursiva que vienen desde el posicionamiento de uno
como mujer".
Hoy día las cosas han cambiado mucho y ante el
''trabajo fantástico" que realizan sus congéneres, ya nadie
dice, ''ay, mira, fulana es mujer".
Otra inquietud de Lara que siente compartir con muchos
de su generación es la necesidad de revisar a fondo su trabajo desde
su propio punto de vista.
Con esa idea encaja bien Mi versión de los hechos...,
título de la exposición antológica de 75 piezas entre
pintura, dibujo, gráfica, instalación y libros de artista,
que se remontan a 1978, que la artista inaugurará el miércoles
17 a las 19 horas en el Museo Universitario de Ciencias y Arte (Muca),
de Ciudad Universitaria.
No se trata de una revisión unilateral, así
que la expositora invitó a José Luis Barrios como curador.
Motivos de la infancia
Como Lara siempre ha gustado de escribir, Mi versión
de los hechos... cuenta con un guión curatorial a la manera
de un relato que traza la revisión. Hay motivos de la infancia,
sobre la sexualidad, que se vuelven cada vez más complejos, hasta
culminar en su trabajo actual que aparenta ser más abstracto. Aunque
para la artista ya no funciona ''esta catalogación de figurativo
y abstracto".
Para la entrevistada ''parte del chiste es cómo
uno sigue siendo a sí mismo a pesar del tiempo, de las cosas".
Sin embargo, ''no es la obra por la que soy más
conocida. Hay muy pocas flores y cosas de color".
La muestra más bien subraya su trabajo conceptual
o su relación con los textos, por ejemplo, la poesía. Siempre
le ha interesado el hermanamiento entre imagen y palabra.
Pensamiento circular
-¿Con sólo mirar una obra se puede saber
si la hizo un hombre o una mujer?
-Eso es lo que los críticos sueñan. Así,
cómo se nota que uno es mexicano, que es menor de 40 años.
Hay gente que se le debe de notar, pero hay otros que no.
''Independientemente de qué sexo tengan, hay personas
que pueden pintar de una manera más femenina o más masculina,
entendiendo por esto esa especie de reglamentación de que lo femenino
tiene que ver con tal y lo masculino con tal. Muchos artistas hombres que
pintan, bordan, hacen cerámica o que su estructura de relación
con los diferentes objetos es femenina, mientras que hay otros que no.
''En mi caso sí tengo una sensibilidad femenina.
Me interesa este pensamiento circular, este lugar de asociación,
intuición o inteligencia que parte del cuerpo y de la memoria emocional.
''No sé exactamente qué significa esto,
pero me interesa este lugar misterioso y secreto."
Clichés y pautas
Magali Lara recuerda que ''en México siempre han
habido muchas mujeres, desde las escritoras o las pintoras, que luchaban
por tener una posibilidad de ser vistas, no como musas, sino como artistas.
''Y ellas un poco al reproducir clichés para ser
miradas nos daban una pauta, inclusive, que no era por allí.
''Que uno no podía tratar de ser la musa inspiradora
para tener derecho a ser creadora, sino que se tenía un derecho
para hacer lo que se quisiera.
''Pero había una teoría también.
Esta cuestión de que lo personal es político, de que esta
diferencia, inclusive familiar, en la que la mujer debía servir,
no necesariamente era real, sino cultural.''
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