.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
Fotografía
Cartones
CineGuía
Suplementos
Perfiles
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
La Jornada Michoacán
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
Suscripciones
Obituario

P O L I T I C A
..

México D.F. Viernes 12 de noviembre de 2004

Jorge Santibáñez Romellón*

ƑY si de verdad hay un acuerdo de trabajadores temporales?

Las declaraciones recientes, realizadas durante la campaña del presidente Bush y en la reunión binacional que acaba de concluir, nos llevan a pensar que existe una pequeña, pero no despreciable, posibilidad de que Estados Unidos genere, como una de las principales medidas ordenadoras del proceso migratorio, quizá la única, un programa de trabajadores temporales, que permita que los migrantes se desplacen o permanezcan en Estados Unidos para efectos laborales durante determinado tiempo (se habla de hasta tres años).

Un acuerdo de trabajadores temporales sería lo más que habría en el horizonte inmediato y más allá del manejo mediático que presenta a este programa como aquello que por fin ordenará el proceso migratorio, lo cual es totalmente falso (y aun aceptando que el mismo ayudaría a algunos migrantes y efectivamente representa una ventana de oportunidad), es importante analizar sus eventuales características e impactos y, de considerarlo conveniente, prepararnos para su instrumentación.

De entrada, hay que entender que no se trata de un acuerdo migratorio, sino parte de lo que se ha llamado una reforma migratoria, es decir, de un programa pensado y diseñado en función de los intereses de Estados Unidos, totalmente unilateral, no de manera conjunta, no estaría dirigido sólo a los trabajadores mexicanos y en consecuencia sin mecanismo común que certifique su cumplimiento o garantice su funcionamiento, esto es, no se acordarían reglas mínimas de operación del programa ni la duración del mismo, Estados Unidos podría suspenderlo de la noche a la mañana, sin responsabilidad alguna, o instrumentarlo como mejor le convenga.

Dicho programa, si es que existe, no está pensado solamente en los migrantes, tiene otros clientes o destinatarios especialmente importantes en el contexto estadunidense, tales como el sector conservador del Partido Republicano, los trabajadores estadunidenses que esta-rían sobreprotegidos con respecto a los inmigrantes, los empleadores de mano de obra indocumentada o los sindicatos, enmarcados en un contexto de seguridad y, en un escenario realista, debemos esperar que dicho programa atenderá prioritariamente estas últimas cuestiones y en menor medida a los migrantes.

El proceso de aprobación de dicho programa llevaría años y, según los especialistas, es difícil que sea operativo en menos de tres años, y en principio no abriría caminos para que el trabajador temporal que participe en el programa se convierta en residente definitivo. Por último, para que realmente sirva de algo, debería ofrecer por lo menos 350 mil visas anuales a nuevos trabajadores mexicanos y algún mecanismo para que los casi 5 millones de trabajadores indocumentados mexicanos que ya están en Estados Unidos, puedan aplicar de alguna manera al programa.

Del lado mexicano habría que hacer varias cosas antes de festejar un programa de esta naturaleza. Por ejemplo: habría que crear dependencias preparadas para la gestión de cientos de miles de visas, de tal forma que la distribución de las mismas se hiciera sin corrupción y sin clientelismo político, mediante mecanismos transparentes que otorguen oportunidades equitativas a todas las regiones.

Tendríamos que buscar cómo explicar a los mexicanos residentes en Estados Unidos la aceptación de este programa, que potencialmente atraería nuevos migrantes, sin antes resolver el problema de la regularización de su estancia. Se sentirían olvidados por México.

Tendríamos que discutir y asumir una posición clara con respecto al control de nuestros propios flujos migratorios, ya que resulta claro que Estados Unidos otorgaría las visas que México requiere siempre y cuando seamos capaces de garantizar que absolutamente todos los mexicanos que se fueran a trabajar a dicho país, lo ha-rían por la vía de este programa o de algún otro mecanismo aprobado por ellos y no estarían de acuerdo en otorgarnos 350 mil visas para que otros tantos migrantes se fueran por la vía indocumentada. Tendríamos que preguntarnos las expresiones concretas que tendrían esos mecanismos de control interno de nuestros flujos y el costo político que ello tendría. Ya empiezo a escuchar las voces que gritarán al cielo, que nos estamos subordinando a Estados Unidos.

Ciertamente puede ser una ventana de oportunidad, pero... Ƒusted cree que estamos listos?

*Presidente de El Colegio de la Frontera Norte

[email protected]

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm

Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Coordinación de Publicidad
Tels: (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Exts: 4329, 4308, 4137 y 4104

Email
Coordinación de Sistemas
Teléfonos (55) 91 83 03 11 y 91 83 03 77

Email

  © Derechos Reservados 2003 DEMOS, Desarrollo de Medios, S.A. de C.V.
Todos los Derechos Reservados. Derechos de Autor 04-2003-08131804000-203.
Prohibida la reproducción total o parcial del contenido sin autorización expresa del titular.
El título y contenido se encuentran protegidos por la legislación de la materia en la República Mexicana.