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México D.F. Viernes 24 de septiembre de 2004

Adolfo Hitler o la obsesión por destruir

El peor error sería decir que no era humano: Hirschbiegel

EVA USI ESPECIAL PARA LA JORNADA

Berlin. El político más poderoso de su tiempo, dotado de una fuerza de voluntad monstruosa y con una férrea determinación de destruir. Eso era Adolfo Hitler, y no un demonio o un sicópata, en opinión de Oliver Hirschbiegel, director de la cinta Der Untergang (El hundimiento), que ha levantado gran polémica en Alemania y que probablemente llegue a México el año próximo. "El peor error que podría cometerse es decir que Hitler no era un ser humano, porque eso le daría un atenuante, una disculpa", dice el cineasta en entrevista para La Jornada. "Siempre me ha molestado esa creencia de que había algo fascinante en la figura del dictador. Hitler era un genocida que con plena conciencia y en todo momento tomó decisiones que condujeron a un cataclismo."

El director señala que su propósito al llevar al cine el libro del historiador Joachim Fest no fue "plantear algo", sino propiciar entre los alemanes una nueva manera de pensar y de ser honestos consigo mismos, con el fin de "entender no sólo el trasfondo, sino qué pasaba en el alma alemana, qué tan alemán fue este fenómeno, si hubiera podido suceder en otros países o si fue algo que sólo los alemanes podíamos haber hecho de manera tan brutal y precisa".

-¿Por qué ahora una película de este tipo sobre Adolfo Hitler? ¿No estaba antes el cine alemán preparado para esto?

-Fue el historiador Joachim Fest, con su libro Der Untergang (El hundimiento), quien dio el impulso para su realización. En él describe los últimos días con los que culminan los 12 años de nacionalsocialismo. Con él prácticamente produjo la estructura de un guión y creo que Bernd Eichinger fue el primero en percatarse de ello y de la viabilidad de llevarlo a la pantalla. ¿De qué otra manera habría sido posible acercarse a esta complejidad histórica? Para mí es imposible mostrar a los judíos en los campos de concentración. La magnitud del sufrimiento y la desesperación, aquella crueldad inconmensurable, me provoca profundo respeto y creo que desde el punto de vista fílmico es imposible representar la dimensión de este horror en una cinta. Si como cineasta hiciera una película sobre el complejo tema del Tercer Reich tendría que mostrar el sufrimiento de las víctimas, y por ello una película de esa índole es para mí imposible y creo que otros colegas han visto la misma dificultad.

-¿Qué se proponían usted y el productor Bernd Eichinger con esta representación humana de Hitler?

-Mi deseo es que terminemos con esa manera ritualizada de enfrentar nuestra historia que conocemos en Alemania con el término Geschichtsaufarbeitung (revisar y digerir la historia). Si nos tomamos en serio como un pueblo de vieja cultura tenemos que sacar a la luz el trasfondo y hacernos otras preguntas; pensar con matices y no de manera tan cuadrada. Y, por cierto, la película no puede dar respuestas ni aclarar nada: hay 35 mil libros sobre la figura de Adolfo Hitler y ninguno puede dar una idea de cómo era ese hombre en realidad. Eso no significa de ninguna manera que se presente al dictador como una figura inofensiva. Uno de los fundamentos del nacionalsocialismo fue que los horribles crímenes cometidos partieron del supuesto de que las víctimas -judíos, polacos o rusos- eran seres sin dignidad, infrahumanos, y por tanto, el peor error que podría cometerse es decir que Hitler no era un ser humano, porque eso le daría un atenuante, una disculpa. Eso trastornaría la figura de Adolfo Hitler y crearía un mito. Siempre me ha molestado esa creencia de que había algo fascinante en la figura del dictador. Hitler era un genocida que con plena conciencia y en todo momento tomó decisiones que condujeron a un cataclismo.

-Entonces ¿qué era Adolfo Hitler? ¿Un patriota enloquecido, un traidor, un sicópata?

-Nada de eso. Fue un hombre con una fuerza de voluntad monstruosa, probablemente el político más fuerte de su tiempo y un hombre con una férrea determinación de destruir. Esa voluntad destructiva puede observarse claramente a lo largo de su biografía.

-¿Por qué la gente se siente fascinada ante la encarnación del mal? Hay otros ejemplos, como el famoso Hannibal Lecter.

-Porque este Hannibal Lecter es una excepción y era de carne y hueso. Aunque sólo mata a unas 20 o 30 personas. Lo contrario sucede con Hitler y sus hombres, quienes exterminan a millones y, para colmo, como parte de una visión, de una idea, por sórdida que haya sido. Eso trastorna a la gente porque desde la Ilustración la civilización cree que la humanidad es buena, que, dado un contexto social sano, se puede convivir en paz con otros pueblos. La historia prueba lo contrario y esa situación provoca miedo en la gente. Como fenómeno individual el mal provoca fascinación, pero cuando me toca a mí en lo personal, o a mi pueblo, a mi nación y al mundo, la gente se niega a ver la realidad, lo que es comprensible. Sin embargo, tenemos que enfrentarnos a estos hechos.

-¿Ofrece esta película algún elemento para resolver el trauma emocional de los alemanes?

-Creo que la cinta no es más que un intento por plantear algo. Es una exhortación a comenzar con una nueva manera de pensar y a ser honestos con nosotros mismos. Que sigamos estudiando y preguntando a quienes vivieron esa época y entender no sólo el trasfondo, sino qué pasaba en el alma alemana, qué tan alemán fue este fenómeno, si hubiera podido suceder en otros países o si fue algo que sólo los alemanes podíamos haber hecho de manera tan brutal y precisa.

-Usted ha señalado que la película abre brecha porque ha roto muchas reglas del cine: no hay héroes, etcétera. ¿Cómo espera que sea recibida en el extranjero?

-En ese aspecto tengo una actitud virginal, porque no puedo estimar la reacción en el extranjero. Fuera de Alemania es sin duda mucho más fácil lidiar con ese fenómeno que fue Hitler, aunque predomina una imagen unidimensional: se le ve como a un demonio, un monstruo.

-¿Cuándo se verá la película en México? ¿Ya hay negociaciones?

-Ya se ha vendido en algunos países europeos partiendo de los cortos de adelanto de la cinta. Yo doy por descontado que podrá verse a partir de principios del próximo año.

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