Las instancias de vigilancia, limitadas por el presupuesto

Proponen ONG la creación de un ombudsman del medio ambiente

ANGELES CRUZ MARTINEZ

La voluntad política del gobierno federal para crear los instrumentos de protección al ambiente no se ha reflejado en las asignaciones presupuestales que permitan a los organismos involucrados una efectiva vigilancia y supervisión sobre la protección al medio ambiente, afirmó Gustavo Alanís, presidente del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda).

Por el contrario, señaló, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) enfrenta recortes presupuestales, este año de 18 por ciento. De continuar esa tendencia, para 2005 será de 30 por ciento. En tanto, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente carece de capacidad económica y de infraestructura necesarias para dar seguimiento a las demandas ciudadanas.

Al participar en el seminario Derechos Humanos y Medio Ambiente, Alanís resaltó la necesidad de crear los tribunales ambientales, similares a los agrarios, los que con una visión autónoma e independiente tendrían la responsabilidad de dirimir las controversias. Al mismo tiempo, la Profepa tendría que transformarse en una dirección general de inspección y vigilancia de la Semarnat para poder dar paso a la creación de la Comisión Nacional de los Derechos Ambientales.

Este ombudsman ambiental tendría el mismo peso y la fuerza moral que la Comisión Nacional de Derechos Humanos, con capacidad para vigilar y emitir recomendaciones cuando fuera el caso, apuntó.

Durante el seminario organizado por el Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, Samantha Namnum García, coordinadora de Derechos Humanos y Medio Ambiente del Cemda, refirió que según estimaciones de organismos internacionales entre 25 y 33 por ciento de las enfermedades en el mundo se pueden atribuir a factores ambientales.

Según la Organización Mundial de la Salud, indicó, cada año los riesgos ambientales matan a 3 millones de niños menores de cinco años. Cálculos actuales señalan que entre 40 y 60 por ciento de esos decesos se deben a infecciones respiratorias agudas provocadas por factores ambientales, especialmente emisiones de partículas.

Por su parte, Lorena Gudiño, de la Unión de Grupos Ambientalistas, señaló que cada 10 segundos muere un niño en el mundo por beber agua contaminada. También mencionó el caso de los transgénicos, de los cuales no existe la certeza de su inocuidad. Entonces, las personas consumen estos alimentos sin saber cuáles serán las consecuencias para su salud, advirtió.