Leonardo García Tsao

Doncellas a lo uniforme

No es un secreto que la mayoría de las producciones hollywoodenses están dirigidas a su público más receptivo, el adolescente. Dueño de mucho tiempo libre y dinero para gastar, el joven clasemediero de hoy pasa gran parte de su vida social en los centros comerciales; y el asistir con sus amigos (as) a una de sus salas múltiplex es un rito fundamental. Ese público joven es lo que los mercadotécnicos llaman target audience -o sea, blanco perfecto en sentido figurado- y, por ello, las producciones se esmeran en atraerlo con la promesa de entretenimiento simple pero cumplidor, sin mayores complicaciones temáticas.

Es por eso, también, que la comedia juvenil es un género tan socorrido. El narrar los enredos amorosos de personajes en la prepa supone a miles de espectadores dispuestos a identificarse con ese dilema. La vieja fórmula de John Hughes sigue funcionando: la protagonista aspira a ser la novia del guapo de la escuela, pero en realidad quien le profesa amor del bueno es su mejor amigo nerd. Una variante de la misma se ensaya en Chicas pesadas, de Mark Waters, película de gran éxito tanto en taquilla como, inexplicablemente, entre la crítica gringa (el sitio web RottenTomatoes reporta 87% de aprobación).

Producida por Lorne Michaels, creador del influyente programa cómico Saturday Night Live, Chicas pesadas fue escrita por la actual colaboradora del programa Tina Fey, que además interpreta un papel secundario (junto con otros compañeros de SNL, como Tim Meadows y Amy Poehler). Si bien la película no participa de la maldición de vulgaridad que aflige a otros derivados cinematográficos del programa -vean, si no, la filmografía de Chris Farley, David Spade o Rob Schneider, por mencionar tres tristes trayectorias- tampoco escapa a los lugares comunes del género.

Una vez más el hábitat es el de una preparatoria gringa y la heroína Cady Heron (Lindsay Lohan, la nueva Lolita de moda) se siente fuera de lugar porque es la primera vez que asiste a una escuela. Por haber vivido antes en Africa, sus padres se encargaron personalmente de su educación (claro, porque Africa -ni siquiera se especifica el país- es vista como la jungla, poblada sólo por tribus de negros y animales salvajes). Adoptada en principio por un par de marginales -un gay y una dark- la chica acepta unirse a las odiadas Plásticas, tres guapas que por su físico están en la posición jerárquica de humillar a sus demás compañeras. El grupo es liderado por Regina (Rachel McAdams), a quien Cady ve como su principal rival en conseguir el amor de Aaron (Jonathan Bennett), Aunque originalmente se había convertido en Plástica para minar al grupo desde dentro, Cady pronto desempeña con satisfacción su rol, ejerciendo la traición y la calumnia. Un tercer acto de contrición será tan predecible como su triunfo en el amor y otros terrenos.

Más acostumbrada a escribir sketches televisivos que guiones, Fey es incapaz de darle una estructura dramática al asunto. La comedia transcurre en una serie de viñetas que, en teoría, son satíricas del actual comportamiento juvenil. En realidad, esas observaciones están filtradas por un aire de complacencia pero también de una insalvable falsedad, porque esas jóvenes carecen de vida sexual. Limitada por la censura de la MPAA que impondría una clasificación prohibitiva para su público natural, Chicas pesadas debe situarse en un mundo tan asexuado y antiséptico como el de Archi y Verónica. Hasta los sketches de Saturday Night Live suelen ser más subversivos o, por lo menos, groseros.

Sorprende encontrar entonces que una crítica neoyorquina la consideró una versión feminista de la comedia juvenil. ƑFeminista? La mirada del director explora como cualquier preparatoriano frustrado la única virtud de las Plásticas, que es lucir piernudas y chichonas. Por otra parte, el eje de la acción es el anodino galán, quien se revela como el único personaje con ética y auténtico consigo mismo. Es él quien define la dinámica de la historia.

Vi Chicas pesadas en un cine concurrido por adolescentes, muchas aún en uniforme escolar. Si bien las risas eran frecuentes, la mayoría de ellas parecía más interesada en usar su teléfono celular con la nueva -e irritante- práctica de mandar y recibir mensajes, al grado que la sala se veía como plagada de luciérnagas gigantes. Tampoco puedo reprochárselo demasiado. Los mensajes del novio en turno han de haber sido bastante más interesantes.

CHICAS PESADAS (Mean Girls)

D: Mark Waters/ G: Tina Fey, basado en el libro Queen Bees and Wannabes, de Rosalind Wiseman/ F. en C: Daryn Okada/ M: Rolfe Kent/ Ed: Wendy Greene Bricmont/ I: Lindsay Lohan, Rachel McAdams, Tina Fey, Tim Meadows, Lacey Chabert/ P: Lorne Michaels Productions. EU, 2004.

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