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Obituario   - NUEVO -

E D I T O R I A L
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México D.F. Jueves 1 de julio de 2004

 

IRAK: OCUPACION CON MASCARA

SOL CORNISA 1El lunes pasado el gobierno de Estados Unidos "transfirió" un supuesto control de Irak a las autoridades colaboracionistas nombradas por los jefes de la ocupación militar. La "restitución de la soberanía" fue una maniobra anticipada -toda vez que estaba programada para ayer miércoles-, vergonzante y furtiva, que puso de manifiesto la debilidad de los invasores ante los movimientos de resistencia que se expanden, se consolidan y se articulan en la nación ocupada.

La mascarada del traspaso de poder a una administración "nacional" -que depende en términos absolutos del Pentágono y que carece de cualquier indicio de legitimidad entre la sociedad a la que supuestamente gobernará- tiene una razón propagandística y electoral evidente: hacer creer a la opinión pública de Estados Unidos que el gobierno de George W. Bush ha sacado las manos de la infortunada nación árabe y ha logrado, si no un final feliz, por lo menos un final a secas para su criminal y desastrosa agresión militar contra Irak. Y es que, si en los momentos previos a la incursión militar contra la nación árabe, Bush cifraba sus esperanzas de relección en lo que sus asesores le presentaban como una victoria militar, política y diplomática rápida y barata, y como una oportunidad billonaria de negocios para los clanes empresariales cercanos a la Casa Blanca, el empantanamiento actual en el Golfo Pérsico se presenta como el principal obstáculo para que el actual presidente logre convencer a los electores de que lo dejen cuatro años más en el cargo.

Por supuesto, el flamante "gobierno soberano" de Irak no sería capaz de perdurar más allá de unos pocos días si no estuviera protegido de su propio pueblo por la masiva presencia militar estadunidense. La antigua Mesopotamia sigue en guerra, y la expresión principal del conflicto bélico tiene por protagonistas a las tropas ocupantes y a las organizaciones laicas y religiosas, sunitas y chiítas, baazistas o no, que combaten al invasor. El hecho de que en las semanas recientes las acciones de la resistencia hayan ido dirigidas en forma preponderante contra los cuerpos armados y los establecimientos de los "gobernantes nacionales" indica que estos últimos son el punto más débil y vulnerable del régimen de ocupación. Si se hubiese requerido de un indicativo de la grotesca dependencia del gobierno títere con respecto a las tropas extranjeras, éste fue proporcionado por la extraña "entrega" que ayer las segundas hicieron al primero del ex dictador Saddam Hussein, quien ya no se encuentra formalmente bajo responsabilidad jurídica de los estadunidenses, sino de los iraquíes, pero permanece recluido, vigilado y aislado por los soldados de Washington.

El poder real en Bagdad ha cambiado de nombre. Hasta la semana pasada se apellidaba Bremer y hoy se denomina John Dimitri Negroponte. Pero, pese a los relevos y a las ceremonias, Irak sigue siendo un país invadido y oprimido por tropas extranjeras, las cuales persisten en el asesinato de civiles y en la destrucción sistemática de la infraestructura del país: hay que crear márgenes de negocio para las empresas estadunidenses e inglesas de reconstrucción. Como consecuencia, las fuerzas ocupantes se ven obligadas todos los días a entrar en combate con los integrantes de la resistencia. En tales circunstancias, el "gobierno" y la "soberanía" establecidos el pasado lunes son una mera simulación.


SEDENA: ¿PALABRAS DE ALERTA?

En un lenguaje críptico y más que mesurado, el secretario de la Defensa Nacional, Gerardo Clemente Vega García, formuló ayer un llamado de atención ante los vacíos de poder, las confrontaciones políticas en curso, la exasperación ciudadana ante la ausencia de autoridad y el desgaste de las instituciones republicanas por el uso faccioso que se ha hecho de ellas. En su discurso en una ceremonia de la Academia Nacional, el general evocó el estado en que se encontraba el país en 1847 -circunstancia en la que la descomposición interna hizo posible, en buena medida, la derrota ante los invasores estadunidenses y la pérdida de la mitad de nuestro territorio-, situación que, dijo, "no debe repetirse".

Vega García destacó el compromiso institucional de los militares, refrendó su "obediencia y lealtad hacia la Presidencia de la República" y enfatizó que en ninguna circunstancia buscarán el poder político.

En la presente coyuntura, cuando algunos sectores pretenden montar proyectos autoritarios sobre el justificado hartazgo de la sociedad ante el embate de la delincuencia, los propósitos enumerados por el responsable de la Defensa Nacional no pueden ser tomados como una mera expresión ceremonial. "Querrámoslo o no", "no hay otro camino", "no hay renuncia" de la supeditación de las instituciones castrenses a las instancias civiles, insistió el militar, en lo que parece ser una crítica, lo más discreta posible, a la incertidumbre, el descontrol y la crispación a los que la clase política en general, y el grupo foxista en particular, han introducido la vida republicana del país.

Las palabras de Vega García debieran ser punto de partida para que cada cual realice sus tareas con responsabilidad, mesura y sensatez, empezando por el gobierno federal y sus más altos funcionarios, pasando por los poderes Legislativo y Judicial, así como por los partidos políticos, sin dejar de lado a los medios, especialmente los electrónicos, que en la situación actual parecen más dedicados a atizar las confrontaciones, involucrarse en ellas, amarrar navajas y distorsionar los hechos, que a cumplir con su responsabilidad informativa
 

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