.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Migración
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
Fotografía
Cartones
CineGuía
Suplementos
Perfiles
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
Suscripciones
C U L T U R A
..

México D.F. Sábado 22 de mayo de 2004

Juan Arturo Brennan

París mahleriano

París. Hace unos días, por mera casualidad, tres orquestas programaron otras tantas obras de Gustav Mahler en diversas salas parisinas y la capital francesa se cubrió gloriosamente del espíritu del compositor austriaco.

Lunes, Teatro del Châtelet. De visita en París, el espléndido director finlandés Esa-Pekka Salonen programó la sinfonía Resurrección de Mahler con la Orquesta Filarmonía de Londres (y su respectivo coro), y demostró cuán falso es el concepto que se tiene de la supuesta frialdad nórdica en asuntos musicales que atañen al romanticismo. (La notable grabación de Salonen a la Cuarta sinfonía de Bruckner es, por ejemplo, un argumento contundente).

Desde el inicio de la monumental obra, Salonen se apegó a la vertiente apocalíptica de la Resurrección, y entendió a la perfección que para resucitar primero hay que morirse, dando al Totenfeier inicial y al Scherzo toda la furia demoniaca que requieren.

La orquesta inglesa respondió con creces a cada exigencia (que fueron muchas) del director finlandés, y el coro mostró un rango dinámico y una flexibilidad de gran alcance. Gracias a la buena colocación y la profundidad, la banda fuera de la escena sonó realmente de ultratumba y contribuyó de manera notable a la visión global de Salonen a la partitura mahleriana.

Por su parte, las voces solistas (Ruth Ziesak y Charlotte Hellekant) se mantuvieron correctamente apartadas de la visión operística y dieron a los textos de la obra su justa dimensión expresiva, alternativamente lied y plegaria.

En los momentos climáticos de esta Segunda Sinfonía de Mahler, Salonen supo desatar cataclismos capaces de derribar las puertas del infierno, mientras que en las partes contemplativas sacó a relucir delicados matices (tanto de expresión como de ataque, dinámica, fraseo y color) que me provocaron una duda: la infinita nostalgia de Mahler, Ƒera nostalgia por la vida, o por la muerte? En suma, una tormentosa y desgarradora visión mahleriana a cargo del director finlandés y los músicos ingleses.

Jueves, Teatro de los Campos Elíseos. En uno de los conciertos más emocionantes que he escuchado a lo largo de los años, la Filarmónica de Viena se presentó en París para ejecutar la Novena sinfonía de Mahler. Por si la combinación no fuera suficientemente poderosa, la batuta fue la de Bernard Haitink, director grande entre los grandes y uno de los más notables especialistas en Mahler.

Alternativamente dubitativa y enfática, religiosa y pagana, conflictiva y serena, la última sinfonía completa de Mahler contiene algunos de los momentos más desolados y desgarradores de su música postrera.

A lo largo de una velada de belleza inverosímil y agotadora pasión, Haitink y los vieneses reconstruyeron paso a paso uno de los trayectos mahlerianos más complejos, con una soberbia visión global de la obra y un sonido de una pureza impecable.

El Rondó-Burleske, por ejemplo, fue una cátedra de puntillismo tímbrico y virtuosismo orquestal, mientras que en las primeras páginas del Adagio final el director holandés y los músicos austriacos produjeron una textura de cuerdas de una homogeneidad que no recuerdo haber escuchado antes. Y el final de la obra, una auténtica despedida de la vida, dolorosa como pocos momentos en la historia de la música, fue transfigurado por Haitink y la Filarmónica de Viena de tal manera que, literalmente, quitó el aliento. šQué sensibilidad exquisita para prolongar hasta el límite posible la extinción de estos doloridos acordes! Me pregunto si será posible escuchar a Mahler en mejores manos, en mejores circunstancias y con mejores resultados. Lo dudo.

Viernes, Teatro de los Campos Elíseos. Bajo la dirección de su titular, Myung-Whun Chung, la Filarmónica de Radio Francia ofreció un programa en el que sendas obras de Mozart y Strauss, ejecutadas competentemente, flanquearon una lujosa ejecución de las Canciones de Rückert de Mahler. El éxito de este ciclo se debió directamente a la presencia vocal de la mezzosoprano Waltraud Meier.

Empaque vocal, coloración, proyección, rango dinámico, la expresión justa para cada texto, resultaron una combinación infalible en el trabajo de Meier, y si la Filarmónica de Radio Francia simplemente cumplió en las partituras de Mozart y Strauss, se superó notablemente en su acompañamiento a las Canciones de Rückert, sobre todo en el aspecto camerístico de algunas secciones, y permitió el protagonismo cabal de la cantante alemana.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4329 y 4110
Email