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México D.F. Martes 9 de marzo de 2004

Vilma Fuentes

El 7 de la calle de Grands Augustins

Paso a menudo por la estrecha y corta calle de Grands-Augustins. Al lado del bulevar Saint-Michel, en pleno barrio latino, da sobre los muelles del Sena. Callejuela donde son escasos los autos, incita a caminar. Así, forma parte de un paseo a pie en el laberinto de callejuelas tendiente a probar que el automóvil no es el único medio para desplazarse. En todo caso, en París, ciudad peatona. Nadie puede presumir conocer esta capital si no se ha paseado por ella a pie durante largos días y noches.

Un excelente libro de Léon Paul Fargue tiene como título El peatón de París. Aragon escribió El campesino de París. Y Nadja, de André Breton, es una larga deambulación en las calles de esta ciudad. Una importante tradición de escritores latinoamericanos sitúan la escena de algunas de sus novelas en París: Julio Cortázar, Carlos Fuentes... Sin olvidar las reflexiones de Alfonso Reyes en sus Crónicas parisienses.

Podría citarse una larga lista de obras escritas sobre París. Para empezar las novelas de Balzac que pertenecen a Las escenas de la vida parisina de La comedia humana. Este escritor, notable urbanista, poseedor de los más variados talentos, fue sin duda conocedor como nadie de los misterios velados por las bellas fachadas como por las leprosas. En fin, tal vez ninguna ciudad en el mundo habrá invadido tanto la literatura: laberinto urbano destinado a ser incesantemente escrito, como si sólo los signos del alfabeto pudiesen ayudar a descifrarla y recorrerla, sin extraviarse, en busca de una salida. Distinta de Venecia, por ejemplo, acaparada por los pintores.

Así, quien pasa por la calle de Grands Augustins puede marcar un alto ante el número 7. Allí, una placa conmemorativa recuerda que Picasso vivió de 1936 a 1955 y que ahí realizó el Guernica. Este solo hecho sería interesante, pero, en la misma placa se puede leer que Balzac sitúa en la misma casa la acción de su célebre relato: Le chef d'Ŗuvre inconnu, la cual es, šqué azar!, la dramática historia de un pintor. La coincidencia es a la vez inquietante y sorprendente, extraña y objetiva.

Balzac narra la aventura espiritual de un pintor en búsqueda de la perfección. Esta búsqueda, transformada en delirio, irá cubriendo de capas y capas de pintura lo que apareció al principio como una obra maestra para terminar por convertirse en manchas de pintura bajo las cuales se esconde esa obra que ningunos ojos podrán ver.

En 1832, Balzac situó en el desván de esta casa el taller del pintor Porbus (en realidad Pourbus, pintor de María de Médicis), donde se encuentran un joven artista, Nicolás Poussin, en compañía de quien le servirá de modelo para la Belle Noiseuse, y el viejo maestro Frenhofer...

Este texto, que tiende a revelar a la vez los meandros del alma humana y los mecanismos de la creación, constituye, en la opinión de Picasso, uno de los más importantes escritos sobre el arte. A tal punto que, en 1929, decide ilustrarlo con una serie de 13 aguafuertes (editadas por Vollard en 1931). Siete años más tarde, Picasso habita el lugar de inspiración de Le chef d'Ŗuvre inconnu. El pintor sucede al joven comediante Jean-Louis Barrault, quien había hecho del taller ''la república ideal de las artes''. Ahí creó su primera compañía teatral. La puerta estaba abierta a todos, al contrario de la época de Picasso que protege como un cerbero su fiel amigo y confidente, el escritor Jaume Sabartès. Madeleine Renaud incita a Barrault a dejar los Grands Augustins para vivir con ella. Dora Maar, vecina de la calle de Savoie, fotógrafa y pintora, amiga de Georges Bataille, amante de Picasso, aprovecha la ocasión y se instala en esa casa.

Picasso había prometido al gobierno español su participación para la Exposición Internacional de París. La destrucción, el 28 de abril de 1937, de la ciudad de Gernika por los bombardeos alemanes, servirá de punto de partida de este fresco que ilustra la revuelta de Picasso.

Hoy, en la casa de Grands Augustins número 7, abierta al público, se exhibe una de las tres tapicerías elaboradas según los esquemas de Picasso para el Guernica.

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