Asciende a 821 mil 305 millones de pesos

La deuda por el Fobaproa equivale a la mitad del presupuesto de este año

ENRIQUE MENDEZ Y ROBERTO GARDUÑO

Un análisis del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas destaca que al mes de diciembre de 2003 la deuda derivada de los pagarés del rescate bancario ascendió a 821 mil 305 millones de pesos, cifra que representa aproximadamente la mitad del Presupuesto de Egresos para 2004.

El estudio -con base en el más reciente informe sobre la situación de las finanzas públicas- advierte que la deuda en cuestión genera intereses por 61 mil millones de pesos a favor de los bancos, de los cuales 5 mil 932 millones corresponden a Bital; 10 mil 298 millones a Banamex, 9 mil 231 millones a BBVA-Bancomer, 5 mil 515 millones a Santander y 7 mil 961 millones a Banorte.

También, 4 mil 96 millones de pesos de intereses se destinarán a Nafin, producto de una "nueva deuda" que el IPAB tiene contratada y que a la fecha asciende a poco más de 50 mil millones de pesos.

Por concepto de la emisión de los Bonos IPAB (BPAS), el instituto tiene una deuda con los dueños de estos bonos (que en su mayoría son los mismos bancos) por casi 200 mil millones de pesos y generan intereses anuales por 17 mil 721 millones de pesos.

La deuda del IPAB por dichos pagarés antes pasó de 804 mil 123 millones en diciembre de 2002 a 821 mil 305 millones de pesos a diciembre de 2003. Por lo que, indica el documento, en un año esa cifra se incrementó aproximadamente en 17 mil 182 millones de pesos.

Mario di Costanzo, especialista en el tema del IPAB-Fobaproa, sostuvo que los prepagos anunciados por el IPAB implican una especie de "lavado de deudas porque, en una serie de operaciones que podrían ser similares a los procedimientos utilizados para el blanqueo de dinero, el IPAB está limpiando deudas para que las investigaciones sobre el rescate bancario se dificulten y se pierda el rastro de muchas de ellas.

"Para mostrarlo, conviene mencionar que en octubre de 2002, el IPAB cambió los seis pagarés de saneamiento del Banco del Atlántico, por una línea de crédito simple por 48 mil 779 millones de pesos, que le fue otorgada por Bital, y eso sin duda es equivalente a lavar una deuda."

La operación de referencia se concretó de la siguiente forma: hasta septiembre de 2002, Bital como resultado de su cuestionada fusión con el Banco del Atlántico, se adueñó de los pagarés de saneamiento a favor de este último. Como la operación de fusión fue sumamente criticada, tanto por el costo para el IPAB como por el hecho de que el senador Diego Fernández de Cevallos participó como abogado de Bital en contra del IPAB, el Instituto de Protección al Ahorro Bancario prefirió desaparecer o bien liquidar pagarés, solicitando un préstamo a Bital para liquidarlos.

El beneficiario fue Bital, con la diferencia de que la nueva deuda del IPAB con ese banco ya no es producto de los pagarés de saneamiento (que han desaparecido), sino obedece a una operación de refinanciamiento, es decir, a un préstamo simple de Bital hacia el IPAB.

También hubo un premio adicional para Bital, manifestó la diputada del PRD, Minerva Hernández, porque "los pagarés de saneamiento del Banco del Atlántico que vencían entre 2005 y 2008 fueron modificados, y el crédito simple contratado con Bital por 39 mil millones de pesos, aproximadamente, vence en su totalidad en 2005, acortando casi tres años el periodo de vencimiento del préstamo.

"Más aún, si revisamos el listado de pagarés a cargo del IPAB en su página de Internet, hasta septiembre de 2002 aparecían los pagarés del Banco del Atlántico, pero si revisamos el mismo listado para diciembre de 2002 o marzo de 2003 los pagarés de Atlántico ya no aparecen. De hecho, tal como el IPAB anunció, el primero de octubre de 2002, daba por concluido el saneamiento del Banco del Atlántico, y eso prácticamente cerró la posibilidad de investigación. Es una operación sumamente cuestionada, cuyo costo fiscal se estimó en 48 mil 779 millones de pesos."

Desde hace tres años, el artículo segundo de la Ley de Ingresos otorga la posibilidad al IPAB de "endeudarse con el único objeto de llevar a cabo operaciones de refinanciamiento de deuda". No obstante, Di Costanzo insistió en que "si bien es cierto que esta posibilidad le ha permitido al IPAB cumplir con sus viejas deudas, emitiendo nuevas deudas, también lo es que esto ha permitido al IPAB borrar, con este mecanismo, operaciones que llevó a cabo el Fobaproa y que han sido cuestionadas, como es el caso de la fusión Bital-Atlántico, o como el saneamiento de Banca Serfin, ahora en poder de Santander".