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México D.F. Viernes 30 de enero de 2004

José Cueli

Helmut Newton: fotógrafo de lo pulsional

Helmut Neustaedter, conocido en el mundo de la fotografía y la moda como Helmut Newton, nació en Berlín el 31 de octubre de 1920 en el seno de una familia judía acaudalada. Poco interesado por los estudios, a los 16 años se inició como aprendiz en el campo de la fotografía en el estudio de Elsie Simon (Yva).

En 1938 emigró a China por mandato paterno, pero el hijo rebelde e inquieto decidió viajar a Singapur, donde consiguió su primer trabajo en el Strait Times. A comienzos de los años 40 viajó a Australia donde, además de naturalizarse, cambió su apellido. Allí conoció a June Brunell, mejor conocida como Alice Springs (actriz y fotógrafa), con quien contrajo matrimonio y compartió su pasión por la fotografía.

Sus trabajos para las revistas Vogue y Playboy (1961), condujeron a Newton rumbo a la fama. Sus fotos con desnudos femeninos cimbran no sólo el mundo de la moda, sino que generan una estruendosa y controversial respuesta que oscila entre la admiración más exaltada hasta la repulsión y el rechazo más contundentes.

Newton se coloca en la cima convirtiéndose en un personaje controversial. Baste recordar las fotos cargadas de erotismo de White women, sobre todo la serie Big nudes.

Las contradicciones, los opuestos y la controversia son piedra de toque en su vida y su obra. De origen germánico y ascendencia judía se convierte en artífice de la transgresión y con su lente difumina los límites y los márgenes.

Sus imágenes, además de hacer gala de perfección técnica y estar dotadas de gran mérito artístico, velan y develan, mezclan y desmezclan lo más íntimo del ser, lo más arcaico, lo más pulsional en el sentido freudiano del término. Es decir, la energía síquica en su estado más puro.

La pulsión, que en palabras de Sigmund Freud es un estímulo para lo síquico, estímulo que no proviene del exterior sino del interior del propio organismo con su fuente, su fuerza, su meta y su objeto. Pulsión cuya naturaleza es biológica, entendida como ''un proceso somático, interior a un órgano o a una parte del cuerpo, cuyo estímulo es representado en la vida anímica por la pulsión (...) Concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático (...) como una medida de la exigencia de trabajo que es impuesta a lo anímico a consecuencia de su trabazón con lo corporal".

Pulsión freudiana de la que sólo podemos saber por medio de su representante. Coexistencia en el individuo de los pares opuestos sadismo/masoquismo, voyeurismo/exhibicionismo descritos por Freud. Cimientos de la sexualidad que se manifiestan en la infancia como un estado perverso polimorfo inherente a la evolución de la sexualidad. Predominio, al inicio, de las pulsiones parciales (pulsión anal, pulsión oral, pulsión de ver, pulsión de apoderamiento) que tienden a la unificación que nunca se logrará ad integrum y cuyas reminiscencias aparecerán en la mal llamada sexualidad adulta.

Todo este devenir es magistralmente ilustrado por las imágenes de Newton que muestran, como en un juego especular los extremos de los opuestos: vida y muerte, santidad y perversión, blanco y negro, elegancia y vulgaridad, desdoblando y plegando sobre sí a la vez masculino y femenino, amor y odio, realidad y ficción, materia viva e inerte, homo y heterosexualidad, exaltación y degradación, animalidad y sofisticación, lujo y miseria, sadismo y masoquismo, voyeurismo y exhibicionismo.

Newton sacudió con su obra los cimientos de los criterios estéticos de la época enlazando lo bello con lo siniestro. Esto siniestro también en el sentido freudiano de aquello íntimo, primario, familiar y a la vez desconocido que nos llega de manera abrupta y nos enfrenta con la experiencia de lo siniestro, lo ominoso.

Por tanto, aquél que fue denominado el fotógrafo de la transgresión, en mi opinión, podría ser conocido como el fotógrafo de lo pulsional, sin concesiones, sin ambages pero eso sí con maestría y dominio del arte fotográfico.

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