Marco Rascón

Unyr: ša zurcir retazos!

Mostrando un activismo sorprendente, el fin de semana pasado los grupúsculos facciosos del PRD abandonaron su autocomplacencia habitual y se lanzaron a la "lucha": unos para disputarse la candidatura de López Obrador y otros para reorganizar la pedacería que dejó la incapacidad del conjunto para dirigir al partido. En todos los casos se manifestó la misma mentalidad acomodaticia, de minoría y el mismo modus operandi: crear nuevas corrientes ante la incapacidad manifiesta, insultante, de no tener voluntad para construir un verdadero partido. Parafraseando a Samuel Beckett en Esperando a Godot diríamos: "Una vez mal. Dos veces mal. Lo hacen mal siempre..."

La llamada Unyr (Unión Nacional y Renovación) surge de la desbandada que provocó la pésima conducción de Rosario Robles, quien mediante un doble discurso entregó su gestión a las corrientes en detrimento de quienes la apoyaron. Ahora, curados en salud, van de nuevo a la carga en defensa de sus intereses, luego que los de Nueva Izquierda (chuchos), Izquierda Democrática (bejaranos) y los amalios -quienes en la lid por sus candidaturas ni tiempo tienen de dar un nombre eufemístico a su tribu- se han lanzado ya a campaña, siguiendo la gran fuerza y liderazgo de las encuestas.

La gran movilización de asambleas en el Distrito Federal, promovidas por los grupos de Jesús Ortega, Jesús Zambrano y René Bejarano, tiene un trasfondo simple, ya que lo último que les interesa es la candidatura de López Obrador a la Presidencia de la República. La disputa real es por la sucesión y el presupuesto del gobierno del Distrito Federal, el cual los grupos actuales, incluyendo a la megacorriente, consideran patrimonio propio. ƑCómo explicar a López Obrador que sus apoyadores son personajes subsidiados por gobernadores, como es el caso de Zambrano y de los representantes del PRD en Sonora, donde se demostraron contribuciones personales, más allá de las prerrogativas? ƑAdónde va una presunta candidatura que desde hoy ya es patrimonio y usufructo de la burocracia perredista y sus facciones?

No es nuevo el argumento de que todos se usan a todos como parte de la "institucionalidad" y la habilidad política. No obstante, frente a esta práctica, repetida desde la fundación del partido, lo seguro es que el PRD perderá la Presidencia e incluso el gobierno del Distrito Federal, el cual quedará como premio de consolación para la segunda fuerza en la disputa entre el frente opositor (PRI, Verde Ecologista, Convergencia, PT) y el PAN.

Después de lo que vimos en meses recientes, queda claro que Rosario Robles es al PRD lo que Elba Esther al PRI: la supuesta renovación o reforma, nombres de corrientes que ahora comparten, para salir al paso del laberinto de alianzas que ambas hicieron con Marta Sahagún bajo la premisa "género mata principios".

Es inconcebible que ahora, cuando el amplio espectro democrático y progresista del país reclama al PRD su estructura de corrientes, cuya crisis se manifestó con claridad en las elecciones federales de 2003, se insista y responda con la creación de otra corriente: Unyr. ƑCuál es la razón?: la profunda ineptitud política para hacer un partido verdadero y anteponer sus intereses de grupo a los del país.

Los grupos que hoy controlan al PRD llegaron tarde en 1988, cuando las plazas estaban llenas de gente. El movimiento se formó sin pedir permiso a estos grupos. Gracias a la visión estatutaria de mi amigo Pablo Gómez, las corrientes empezaron la escalada hasta vaciar al partido de ciudadanos y controlarlo. La vida de asamblea se acabó y la diferencia fue tener que pagar hasta por tener representantes de casilla y activistas (Brigadas del Sol), lo que antes se hacía por convicción, de manera generosa y como parte del compromiso con el país.

Apoderados del partido, lo que se reflejó en las elecciones de 1994 y 2000, cuando a contrasentido del discurso švamos a ganar! los grupos sólo veían sus intereses, para 2006 siguen haciendo lo mismo, sólo que ahora utilizan a López Obrador, cuya responsabilidad es dejarlos crecer sin deslindar claramente la traición anticipada que hará del PRD un partido de 8 por ciento. A eso van al congreso simulado en Oaxtepec, donde negociarán con anticipación los votos de López Obrador, quien pareciera satisfecho de ver cómo se hacen negocios en su nombre. Prueba de ello es la ausencia de definiciones del PRD frente a la Cumbre de Monterrey, así como ante el debate de las leyes migratorias propuestas por Bush y del mismo congreso "renovador", porque para las corrientes el único discurso que vale es el de sus intereses.

El PRD tiene solución en cinco minutos: tiempo exacto que se llevará firmar las expulsiones de Jesús Ortega, Jesús Zambrano, René Bejarano, Rosario Robles y de todos aquellos que convirtieron la esperanza de 88 y el octavo congreso legítimo, convocado por la convención, en caricaturas.

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