René Drucker Colín

Un hombre grandote, pero muy chiquito

Entrando el año nos encontramos con asuntos que, a mi juicio, han sido vergonzosos y harto irritantes. Resulta que el mayor terrorista del mundo, el señor Bush -esperemos que inquilino ya por poco tiempo de la Casa Blanca-, decidió que Estados Unidos estaba en peligro e impulsó la histeria colectiva en el mundo sobre peligros aeroportuarios. Aquí en México, con una penosa actuación del gobierno, se llevó a cabo un operativo que mostró la clara sumisión de esta administración, que se ha puesto de rodillas ante los enfermizos deseos del señor Bush, en lugar de señalar que, si efectivamente hubiera dichos supuestos peligros, México con sus estructuras propias haría los mejores esfuerzos para enfrentarlos.

Desafortunadamente el señor Fox prefiere aclarar que está cooperando, pero para que nos sintamos tranquilos nos indica que si México quisiera montar un operativo similar en el aeropuerto de Houston el acuerdo lo permitiría. Ya quisiera ver que en Houston o en cualquier ciudad gringa nos dejaran tener autoridades mexicanas esculcando pasajeros gringos. Luego resulta que el señor Bush solicita algunas tareas al señor Fox, quien es Presidente de México. ƑSerá que México se ve como parte de la servidumbre o qué cosa? Realmente es increíble lo que sucede, pues Washington se cree con el derecho universal de decidir lo que otros tienen que hacer. Pero lo más increíble y deprimente es ver cómo algunos gobiernos se manifiestan con total sumisión al primer ladrido. Afortunadamente existen algunos jefes de gobierno que no están dispuestos a someterse a la soberbia de Washington, que tiene entre sus mayordomos a un conjunto de personajes dignos representantes del fascismo más recalcitrante. En los últimos días tenemos a este poco creíble carácter Roger Noriega, feroz anticastrista a quien le perturba que países latinoamericanos tengan acercamientos con Cuba, al igual que esa despreciable asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, quien se siente con el derecho de hacer señalamientos, que más bien suenan a amenazas, a países que no llevan a cabo con exactitud las políticas que Washington considera necesarias para salvaguardar su supuesta "seguridad nacional", otro término impuesto para sobornar al mundo.

Dice el dicho que el "valiente vive hasta que el cobarde quiere". ƑQue no sería deseable que nuestro grandote Presidente no se hiciera tan chiquito ante estos envalentonados personajes de Washington? De todos modos, un acuerdo migratorio de veras ventajoso para México no se va a dar nunca, mucho menos con éstos que están ahora en el poder. Y a estos mismos individuos habría que señalarles que no son hoy Cuba y Venezuela los que promueven el sentimiento antiyanqui: Washington solito lo ha promovido desde siempre con sus acciones, y los que lo han logrado exacerbar hoy día son Bush y todo su gabinete. Y aquí le paro, no vayan a decir que lea lo que dijo Steinbeck.