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México D.F. Miércoles 7 de enero de 2004

BAJO LA LUPA

Alfredo Jalife-Rahme

ƑArgentinización financiera de EU?

"Hacia una economía de tercer mundo"

SE SUGIERE LEER detenidamente a alguien que, además de ser un excepcional economista, ha demostrado saber detectar las crisis financieras de la globalización. Desde luego, no estamos hablando ni de Salinas ni de Zedillo -dos locuaces y mediocres economistas que andan más desregulados mentalmente que nunca y sólo han sabido servir a la oligarquía plutocrática trasnacional-, sino del talentoso israelí-estadunidense Paul Krugman, quien predijo la crisis financiera asiática de 1997 y ha sentenciado que Estados Unidos va que vuela hacia una economía de "tercer mundo", en similitud a Argentina ("Rubin, el chillón", The New York Times 6-1-04), lo cual es un poco ofensivo para nuestros amigos del país sudamericano, quienes tenían el mejor ingreso per cápita de Latinoamérica hasta que los buitres megaespeculadores (entre ellos el ineludible George Soros) decidieron en forma deliberada, según reportó en su momento The New York Times, descuartizarla para mejor digerir su carroña financiera -lo que Bajo Lupa denominó "el efecto tango sin tanga", al haberse quedado sin la protección brasileña durante su catástrofe económica, pese a haber seguido ciegamente las recetas "reformistas" (sic) fondomonetaristas del descalabrado Consenso de Washington.

EN SU LIBRO más reciente: El gran desembrollo: la pérdida de nuestra conducta en el nuevo siglo (un resumen de sus excelentes ensayos en The New York Times), Krugman exhibe con toda crudeza la triste realidad de la globalización y, en especial, el deterioro alarmante de la economía bushiana que puede arrastrar en su jalón al mundo entero. Va mucho más lejos en su crítica que el también clintoniano, pero más titubeante, Joseph Stiglitz (La globalización y sus descontentos), quien intenta suavizar la globalización después de haber colaborado a su despliegue desde el Banco Mundial y la Casa Blanca (de los que fue funcionario), sin dejar de ser aliado de Soros y de nunca atreverse a abordar el sensible tema de los paraísos fiscales y la especulación de los "derivados" financieros, a nuestro juicio, la piedra de toque de la globalización económica clintoniana. Sin dejar de omitir la extraordinaria virtud de la crítica muy exitosa a escala popular de Stiglitz, imperativamente necesaria pero insuficiente y deficiente, como anterior operario de la globalización clintoniana. A cada quien sus muy respetables gustos, pero intentar atribuir en exclusiva los errores económicos y financieros de EU a uno solo, entre Baby Bush y Clinton (el primero exageradamente limitado, mientras el segundo peca de brillantez), es como desear descargar el desastre del neoliberalismo del "México changarrizado" y del "águila mocha" a uno solo de los miembros de la tríada fracasada Salinas-Zedillo-Fox (ni a quien irle).

KRUGMAN COMIENZA a tambor batiente el año, al basar sus asertos sobre la "argentinización financiera de EU" en la ponencia que realizó el domingo pasado Robert Rubin, en nombre de Citigroup, ante la Asociación Económica Estadunidense (AEA, por sus siglas en inglés), en la que concurrieron personalidades de la talla del straussiano Ben Bernanke, del consejo de la Reserva Federal, quien se ha vuelto portavoz oficioso de su correligionario Alan Greenspan.

EL COLUMNISTA más crítico de The New York Times -acusado de ser "chillón histérico" cuando la economía bushiana creció en forma espectacular y obtuvo enormes ganancias en la bolsa en 2003- se deleita en enunciar que Robert Rubin, "el anterior legendario (sic) secretario del Tesoro, se ha unido formalmente a la coalición de los chillones" sobre la irresponsabilidad de la política económica estadunidense. Antes que nada debe existir propiedad en los calificativos y dejemos corregido "histérico" (viene de útero) por "neurótico", a lo que Krugman pregunta si los bushianos van a fustigar a Rubin de ser un "chillón neurótico" cuando una de sus grandes virtudes radicaba justamente en "su habilidad en permanecer tranquilo frente a las grandes crisis y calmar a los mercados".

PUES SI: parecería una locura que Krugman y Rubin indiquen en estos momentos la probabilidad de un "desastre en EU similar" al de Argentina, cuando la NASA realiza hazañas científicas inenarrables en Marte, el índice Nasdaq vuelve a romper la barrera antigravitatoria, la economía crece en forma espectacular (en las cifras que no se comen, pese a la anómala "recuperación sin empleos") y su "competitividad" (la nueva fijación clínica de los fracasados Salinas y Serra Puche, que ni entienden de qué se trata) se coloca entre las mejores del mundo (no importa que sea a costa de los empleados desahuciados: el criminal "síndrome Enron")

ESTA BIEN QUE de vez en cuando el "catastrofista" Gil Díaz nos aseste el susto de la argentinización para exclusividad de México cuando no se le aprueban sus reforma inservibles (en la coyuntura presente), pero sonaría desmedidamente descabellado, en caso de carecer de la fidedigna y rigurosa información de datos duros, aplicar el mismo paradigma a Estados Unidos de parte del irreverente Krugman: "Argentina retuvo la confianza de los inversionistas internacionales casi hasta el final de los 90. Los analistas despreciaban sus amplios déficit comerciales y presupuestales (...), pero cuando la confianza se colapsó, el optimismo probó ser una locura. Argentina, otrora modelo del nuevo orden mundial, pronto se volvió sinónimo de catástrofe económica".

EN SU PONENCIA, Robert Rubin -con la coautoría de Peter Orszag, del Brookings Institution, y Allan Sinai, de Decision Economics- señaló que EU "ostenta amplios déficit comercial y presupuestal. Las proyecciones oficiales de que estos déficit declinarán en el tiempo no se basan en supuestos creíbles. Las proyecciones realistas muestran un inmenso apilamiento de deuda en la próxima década que se acelerará cuando los baby boomers se jubilen a gran escala". Ninguna novedad que no haya sido señalada con antelación por los críticos del bushnomics, la economía bushiana (incluyendo Bajo la Lupa, desde luego). So what? La novedad ultrasensible radica en que lo profiera Rubin: no solamente en su calidad del último mohicano de la globalización clintoniana desde su nuevo púlpito de Citigroup, el primer banco trasnacional del planeta con inmensas ganancias en el año que transcurrió, sino también frente a las caras del fundamentalismo del bushnomics: Ben Bernanke (portavoz oficioso de Greenspan, el mago que se quedó sin conejos, pero no sin tontos) y Glen Hubbard (despedido jefe de economistas de la Casa Blanca).

KRUGMAN, QUIEN no suelta su prenda, y después de burlarse de los "apologistas bushianos", quienes "insisten en tener un plan para recortar el déficit a la mitad, en desafío a los hechos", comenta que, por primera vez, Rubin y coautores abordan las consecuencias de los multidéficit: "en lugar de enfocar el daño gradual que infligen, ponen en evidencia el potencial para la catástrofe". ƑAsí empezamos el año?

EN LA PLUMA inigualable de Krugman, Rubin y coautores advierten: "los déficit sustanciales pueden afectar adversa y severamente las expectativas y la confianza, que a su vez pueden generar un ciclo negativo de autorreforzamiento entre los subyacentes déficit fiscal, mercados financieros y la economía real (...) Los costos potenciales y la lluvia radiactiva de tales desórdenes alimentan quizá la mayor motivación para evadir los sustanciales déficit presupuestales". Ni más ni menos que una clásica situación Catch-2: hágase lo que se haga el resultado será peor, por lo que mejor se opta por la política del avestruz. Muy oportuno, Krugman sabe traducir en forma sarcástica los asertos de Rubin (a quien conoce muy bien y halaga en forma ditirámbica como el "más celebrado secretario del Tesoro desde Alexander Hamilton": šoh, la, la!). "Llora por nosotros Argentina, que nos descarrilamos en la misma vía". Nadie detiene a Krugman, quien cita a Lawrence Ball y a N. Gregory Mankiv, quienes en otra ponencia (en la que se basaron Rubin y coautores en forma irónica y elegante) formulan lo mismo, es decir, la alegoría de la "argentinización financiera de EU". Con sobrada malicia, Krugman se cobra de paso varias afrentas de los bushianos y ejecuta lapidariamente a Mankiw: "ahora jefe de los asesores económicos del presidente, puesto que requiere apoyar las políticas de su jefe para reasegurar al público que el déficit presupuestal producido por tales políticas es manejable y no constituye ningún problema". šLetal!

ANTES DE DESPEDIRSE, Krugman tritura literalmente a Mankiw (hasta parece encargo de Rubin) y resucita una ponencia en la que lee la cartilla al clintonomics que escribió en 1995 en el mismo sentido que Rubin -cuando éste era secretario del Tesoro y aquél "académico libre". Pero falta lo fulgurantemente nodal del epílogo de Krugman, quien extrae el denominador común de Rubin y Mankiw: "la inmunidad tradicional de países avanzados como EU a las crisis financieras al estilo de naciones tercermundistas, no constituye ningún derecho de cuna (...) Conforme avanza la incapacidad, los inversionistas concluirán eventualmente que Estados Unidos se ha vuelto un país del tercer mundo, y lo empezarán a tratar como tal. Y los resultados para la economía de EU no serán nada halagüeños". šPero, diantres! ƑPor qué denigran tanto a los tercermundistas?

SIN SALIRNOS del contexto económico de Krugman, Rubin y Mankiw, en referencia a la qaedización de la escenografía desagradable en el aeropuerto de la ciudad de México (en espera del resguardo de los yacimientos petroleros y gasíferos de Cantarell) por la FBI -con la ayuda de sus conspicuos aliados bushianos dentro del gabinete Fox (con los "reformistas" incrustados en el Senado, la Cámara y el IFE)-, y para no dejar aislados a los neoconservadores straussianos con sus "soluciones temerarias", Bajo la Lupa se atreve a enunciar su "hipótesis audaz" al respecto: se trataría de una escalada, doblada de una fuga hacia adelante, bajo la megaescenografía montada de la "guerra contra el terrorismo global", que busca desde ahora el chivo expiatorio idóneo para echarle la culpa del crack bursátil anglosajón en puerta que no impida la relección de Baby Bush. Después de que Gordon Thomas, autor del libro clásico sobre el Mossad (los célebres servicios secretos israelíes), denunció no hace mucho desde Colombia (šojo!) que las células de Al-Qaeda operan ya en México (lo cual es un enorme cuento texano que nadie del gobierno foxiano se atrevió a replicar en su momento), el "México changarrizado" y del "aguila mocha" de la tríada Salinas-Zedillo-Fox perdió su inocencia virginal en la "guerra contra el terrorismo global". Ya está muy vista la jugada: atentado terrorista de gran envergadura de Al-Qaeda (whatever that means), con cualquier tipo de "armas de destrucción masiva", al que se le endosaría el subsecuente derrumbe bursátil anglosajón (no al revés). Apenas nos encontraríamos en la fase de los preparativos a escala global del acondicionamiento pavloviano y skinneriano para encubrir la verdadera escenografía de la grave crisis económica y financiera de Estados Unidos. Amén.

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