El presidente de la AMC lamentó el bajo presupuesto que se proporciona al rubro

Mentalidad de maquila, obstáculo para la ciencia en México: De la Peña

KARINA AVILES

Al señalar que el sistema científico mexicano todavía es muy pequeño, el presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), José Antonio de la Peña, indicó que de un total de 4 mil solicitudes que se presentan cada año para obtener patentes sólo 200, es decir, 5 por ciento, corresponden a mexicanos.

En el tercer día de trabajos de la asamblea general del InterAcademy Panel on Issues expresó que la baja inversión del gobierno en las actividades científicas y tecnológicas se ha mantenido desde 1970 y, a pesar de que el país es la novena economía a escala mundial, en materia de ciencia ocupa el lugar 42.

Al impartir la conferencia La ciencia en México manifestó que el presupuesto para el sector previsto para el próximo año es tan bajo que difícilmente se logrará la meta de alcanzar uno por ciento del producto interno bruto al término de la administración foxista.

Apuntó que la inversión que se realiza en el rubro permite un lento crecimiento del sistema, sin embargo, advirtió, pospone el desarrollo de proyectos. Otro de los problemas preocupantes es el bajo apoyo proveniente de la iniciativa privada.

En este sentido señaló que la industria mexicana se ha desarrollado con una mentalidad de "maquila", por la cual se importa la tecnología. En consecuencia, señaló, menos de 20 por ciento del total de la investigación en el rubro es realizada por el sector privado y sólo un mínimo porcentaje del desarrollo tecnológico se patenta en el país.

Otro de los obstáculos que enfrenta la ciencia mexicana es la falta de una buena distribución, ya que en la capital del país se concentra 40.6 por ciento de la investigación nacional, indicó.

Señaló que el sistema científico todavía es muy pequeño. No hay más de 12 mil investigadores que trabajan en las universidades y sólo 5 mil laboran para el gobierno. Apenas hay 5 investigadores por cada 10 mil integrantes de la población económicamente activa, precisó.

También dijo que la ciencia que se realiza en el país es de muy alta calidad, pero al haber pocos investigadores su impacto es muy limitado.

Por otro lado, en la mesa denominada Armas biológicas y la regulación internacional, el director del Centro Internacional para la Ingeniería Genética y Biotecnológica, Decio Massimo Ripandelli, destacó que es necesario promover la cooperación internacional para dar un uso pacífico a las aplicaciones de la ingeniería genética y la biotecnología.

Recordó que en 1994 se creó un grupo de expertos para verificar que no se fabrican armas biológicas. Sin embargo, el equipo suspendió sus actividades en julio de 2001 y reanudó sus trabajos en noviembre del mismo año.

El grupo tiene cinco tareas que deberán realizarse antes de 2006, entre las cuales están crear una legislación penal de armas biológicas y promulgar códigos internacionales de conducta para los científicos.