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México D.F. Viernes 21 de noviembre de 2003

Multitudinaria protesta en Londres contra la visita del mandatario estadunidense

"No sabía que me odiaban", afirma el presidente Bush a periodista

Unos 200 mil, los manifestantes: organizadores; entre 100 mil y 110 mil, dice la policía

AFP, DPA, REUTERS Y THE INDEPENDENT

Londres, 20 de noviembre. Más de 100 mil manifestantes se concentraron este jueves en el corazón de Londres para protestar contra la visita de Estado a Gran Bretaña del presidente estadunidense, George W. Bush, y contra su política de guerra en Irak.

La caída simbólica de una estatua de cartón de seis metros de alto con la efigie de Bush, en la céntrica plaza Trafalgar, fue el "broche de oro" del principal desfile organizado durante la estadía de tres días de Bush en el palacio de Buckingham.

Según los organizadores, el desfile congregó a más de 200 mil manifestantes, pero de acuerdo con la policía acudieron entre 100 mil y 110 mil personas.

El colorido desfile pasó inicialmente cerca del Parlamento de Westminster y del número 10 de Downing Street, sede del primer ministro de Gran Bretaña.

"¡Fuera Bush ahora!", "¡George Bush te-rrorista!", "¡Tony Blair terrorista!", gritaba la muchedumbre al pasar frente a las oficinas de Blair.

Pero no tuvieron la mínima posibilidad de ver asomarse al presidente estadunidense, que ha pasado la mayor parte de su tiempo, acompañado de su esposa, detrás de las rejas del custodiado palacio de Buckingham desde su llegada a Londres, el martes por la noche.

Rodeados de un impresionante dispositivo de seguridad, los manifestantes, muchos de ellos jóvenes con pelucas multicolores y banderolas, se habían agrupado a comienzos de la tarde en Euston Square, en el corazón de la ciudad.

"Bush y Blair, buscados por crímenes de guerra" o "Un asesino llegó a la ciudad", se podía leer en las pancartas de los manifestantes contra la intervención de Estados Unidos y Gran Bretaña en Irak.

Un vocero de Scotland Yard, Andy Trotter, había advertido -para desalentar las pro-testas, según los organizadores- que "todos los involucrados en esta manifestación deberían pensar que los terroristas no tienen ningún respeto por nadie y que no dudarían en lanzar un ataque para herir a manifestantes y a inocentes".

Trotter precisó que la policía podría utilizar el controvertido artículo 44 de la ley antiterrorista, que permite detener y registrar a toda persona que sea considerada sospechosa por las autoridades.

El funcionario hizo estas declaraciones después de los atentados de este jueves en Estambul, Turquía, contra el consulado británico y el banco HSBC, que causaron por lo menos 27 muertos.

La policía dijo que actuará "con firmeza, si es necesario", contra los eventuales perturbadores del orden público.

"Algunos individuos conocidos de las fuerzas del orden andan rondando y no nos sorprendería que intentasen algo antes de que termine el día", declaró Trotter, quien no obstante precisó que "los verdaderos perturbadores" no participarán en la manifestación de repudio a la visita del presidente estadunidense.

Redadas contra pacifistas

Por lo menos 43 personas han sido detenidas desde el lanzamiento de la operación policial Sajón, que rodea la visita de Bush, pero ninguna en el contexto de la ley antiterrorista, precisó Trotter.

El miércoles anterior, que fue el primer día completo que Bush estuvo en suelo londinense, 25 personas fueron arrestadas por peleas o rayados de grafitti en repudio a la visita de Bush.

Entre estos detenidos se encuentran va-rios que fueron arrestados frente al palacio de Buckingham debido a que bloquearon el paso de un grupo de caballos, propiedad de la familia real, que fueron sacados a dar un paseo y a los que intentaron impedir regresar a los establos de la residencia.

El desfile incluyó a dos personas disfrazadas como Bush y la reina Isabel II saludando desde un carruaje descubierto, un misil inflable y un "tanque de la paz" pintado de color rosa.

La marcha contó con contingentes de sacerdotes, estudiantes, jubilados, taxistas, prostitutas, sindicatos, homosexuales, clubes deportivos y asociaciones islámicas, conjunto que bien podría incluir a todos los sectores de la sociedad británica.

Muchos de estos grupos llegaron de las provincias, a bordo de trenes y autobuses, para manifestarse.

Sin embargo, personas presentes en las protestas de este jueves afirmaron que nada fue más alegre y emotivo que la caída de la efigie de Bush, planeada para que asemejara lo más posible el derribo de las estatuas de Saddam Hussein en Irak, que colmaron las pantallas de televisión de todo el mundo tras la caída del régimen iraquí, el 9 de abril de este año.

La estatua de cartón de seis metros de altura se meció, luego se inclinó antes de caer lentamente y estrellarse contra el pavimento de la plaza Trafalgar.

Testigos afirmaron que los chiflidos y aplausos que siguieron a ese momento se escucharon mucho más fuerte que los abucheos y consignas que acompañaron, desde horas antes, el desfile.

El miércoles por la noche varios centenares de manifestantes se reunieron frente al palacio de Buckingham para abuchear al presidente Bush, paseando un muñeco que representaba a un vaquero con un sombrero tejano que abrazaba efusivamente un misil.

Otra manifestación, organizada cerca del mediodía del mismo miércoles, consistió en pasear en una procesión un "tanque del amor" repleto de globos en forma de corazones, rodeado de "inspectores en desarme de Naciones Unidas" que sostenían un mi-sil de plástico de seis metros de largo.

Por lo menos 2 mil policías fueron desplegados en Whitehall, sector de los ministerios británicos, donde los opositores al presidente Bush obtuvieron finalmente el derecho a manifestarse.

La marcha comenzó en Mamet Street, en el centro-este de Londres, atravesó el río Támesis y el puente Waterloo antes de volver a cruzar por el puente Westminster, para pasar frente al Parlamento y tomar por la avenida Whitehall hasta Trafalgar Square.

Mientras en Londres varias manifestaciones protestaban por la llegada de Bush y la guerra de Irak, un periodista preguntó al presidente estadunidense por qué "tantas personas lo odian" en el mundo.

"No sabía que me odiaban. Todo lo que sé es que los habitantes en Bagdad, por ejemplo, no estaban autorizados para manifestarse hasta hace poco y que las personas no pasan mucho tiempo en Corea del Norte protestando contra el gobierno", respondió.

En un comunicado conjunto difundido al margen de sus reuniones, Blair y Bush afirmaron que "por primera vez desde hace décadas los iraquíes saborean la libertad. Los iraquíes comienzan a reconstruir su país y pueden vislumbrar un futuro mejor".

"Me han dicho que el último estadunidense conocido que visitó Londres permaneció en una caja de cristal suspendido so-bre el Támesis", señaló Bush en alusión al mago David Blaine, quien estuvo colgado de una jaula de cristal sin comer durante 44 días, en un supuesto y publicitado acto de ilusionismo.

"A algunos pocos les podía haber hecho felices proporcionarme similares facilidades. Agradezco a su majestad, la reina, por interceder. Nos vemos honrados de estar en su casa", añadió Bush, quien se aloja en la residencia real.

El miércoles anterior el alcalde de Londres, Ken Livingstone (apodado Ken el Ro-jo por sus ideas de izquierda) cumplió su promesa de hacer una recepción con toda la pompa y circunstancia en honor de "todos los que no sean George W. Bush", y convocó en la alcaldía a opositores a la guerra.

El invitado de honor fue el estadunidense Ron Kovic, veterano de la guerra de Vietnam, y en el acto estuvieron presentes bandas de rock, artistas, actores y dirigentes políticos, todos ellos opuestos a la guerra y a la ocupación de Irak.

El alcalde, expulsado de las filas laboristas, aseguró hace días que Bush es "la mayor amenaza para la vida en este planeta", y el miércoles instó a los pacifistas a manifestarse mediante protestas no violentas durante la estadía de Bush, para demostrar así "quién está realmente por la paz".

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