Apagón desata la protesta; prestadores de servicios presionan a Néstor Kirchner

Cacerolazo en Argentina contra empresas privatizadas que suministran electricidad

Gaseras, telefónicas y operadoras de agua buscan elevar tarifas y no invierten: diputado

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 24 de octubre. Las cacerolas volvieron a sonar otra vez en Buenos Aires. Fue anoche, en un barrio del norte de la capital, pero ahora contra las empresas privatizadas que suministran electricidad, después de un apagón que dejó sin luz por varias horas una zona residencial, mientras que el gobierno del presidente Néstor Kirchner trató de bajar los decibeles al enfrentamiento que mantiene con esas industrias, las cuales presionan por aumentos de tarifas.

Los vecinos sacaron otra vez sus viejas cacerolas, golpeadas durante la crisis de diciembre de 2001, para hacerlas sonar nuevamente cuando se fue la luz por un desperfecto de la empresa Edenor. Algunos funcionarios pidieron a la población no crear una sicosis por los apagones, ya que el gobierno tomará medidas de emergencia.

El nuevo corte, que sigue a uno que recientemente dejó sin luz a la llamada city porteña, donde se concentran bancos y ministerios, se presenta en el contexto de la polémica entre el gobierno y las empresas, algunos de cuyos gerentes han hablado inclusive de desabasto y colapso. Voceros del Ejecutivo dijeron hoy que el gobierno siempre propuso una negociación seria para hallar solución, pero también que no se negociará bajo presión.

A su vez, autoridades de Enargas, ente que controla y regula a las empresas privatizadas de gas, advirtió a las distribuidoras que deberán garantizar el suministro o abandonar sus operaciones, y solicitaron un informe para dentro de 10 días sobre los trabajos que se están realizando para asegurar el suministro para el invierno (austral) del próximo año.

El diputado socialista Héctor Polino, quien ha mantenido una fuerte lucha contra las irregularidades durante las privatizaciones de los años 90, sostiene que existen razones legales que impiden el aumento de las tarifas. "En el país está vigente la Ley de Emergencia Pública y Reforma del Régimen Cambiario, que aprobó el Congreso el 6 de enero de 2002, la cual establece la renegociación global de los contratos. Esta norma dice que quedan sin efecto las cláusulas de ajuste en dólar y otras divisas extranjeras, así como cualquier mecanismo indexatorio".

Polino también advierte sobre los criterios que deben imperar en la renegociación. "El argumento de las empresas de que las tarifas están pesificadas y la compra de insumos y deudas están dolarizadas es fácilmente rebatible". Se pregunta: "Ƒquién obligó a las empresas a prescindir de la industria nacional proveedora de equipamientos e insumos, que existía en la década de los 80, o a repartir en concepto de dividendos entre los accionistas 80 por ciento de las enormes ganancias obtenidas, en lugar de reinvertir parte importante de esas ganancias?"

También habría que preguntarse, señala, quién las obligó a endeudarse en dólares en el exterior, la mayoría de las veces con sus casas matrices o empresas vinculadas, prestándose dinero a sí mismas. "Realmente debemos decir que lo hicieron porque hasta la devaluación de las tasas de interés, en dólares, eran muchísimo más bajas que en pesos".

De acuerdo con el balance de la Cámara de Comercio, en el primer semestre de 2003 la empresa Telecom (telefónica) ganó mil 288 millones de pesos (más de 300 millones de dólares). Las compañías de servicios públicos obtienen mensualmente, en conjunto, unos 200 millones de dólares (600 millones de pesos).

Otro ejemplo que expone Polino es Aguas Argentinas, aunque vale para la mayoría de las empresas. "Dice que invirtió mil 700 millones de dólares en los nueve años de concesión, pero 700 millone fueron endeudamiento externo y mil millones salieron de las tarifas. No hubo inversiones propias de capital. La inversión real fue de 120 millones de dólares, integrados en tres años".

Afirma que en los primeros nueve años la compañía tuvo una utilidad neta de 427 millones de dólares. "La empresa prefirió solicitar préstamos en el exterior, al 6 por ciento anual, para invertirlos en la operación que le daba una rentabilidad de 24 por ciento anual. Fue un negocio redondo".

También recuerda que en Francia las compañías de agua y saneamiento tuvieron 6 por ciento de rentabilidad en promedio. En Argentina, la empresa de aguas tuvo una rentabilidad de 400 por ciento, superior a la obtenida en Francia por la casa matriz. Sostiene que esto se repite en la mayoría de las industrias privatizadas, si se observan las ganancias que tuvieron en Argentina.

Para el legislador, resulta "increíble" que algunos funcionarios extranjeros de los países sedes de las casas matrices sostengan "que no pueden seguir invirtiendo si no tienen aumentos de tarifas, porque no han realizado ninguna inversión propia de capital y cuando lo hicieron fue mínima". Inclusive las telefónicas, dice, tuvieron una rentabilidad de 43 por ciento, aunque el pliego de licitaciones establecía un máximo de 16 por ciento.

Durante más de 10 años el margen de rentabilidad en las ventas de Telecom y Telefónica fue tres veces mayor que el registrado por el grupo de las 10 operadoras de telecomunicaciones más importantes del mundo, incluyendo a Telecom de Italia, Francia y Telefónica de España.

Polino realizó una investigación para demostrar que el llamado apagón del siglo, a finales de los años 90, que durante 11 días afectó a los habitantes de un sector de Buenos Aires, que correspondía a Edesur, se hubiera resuelto rápidamente "si la compañía no se hubiera desprendido irresponsablemente del capital más valioso: el capital humano; es decir, los trabajadores experimentados de la ex empresa Segba de Argentina".

El diputado señaló a La Jornada que, debido a incumplimientos contractuales, quedaron en condiciones de ser rescindidios los contratos de Aguas Argentinas, todas las concesiones ferroviarias, el Correo y Aeropuerto 2000, pero advierte que el daño producido a la red ferroviaria nacional en los pasados 10 años podría colapsarse. "Si analizamos a fondo la situación veríamos que el traslado de la variación de precios en Estados Unidos a las tarifas les permitió a las empresas privatizadas apropiarse ilegalmente, hasta la devaluación, de 11 mil millones de dólares. Se indexaban las tarifas cuando en el país había recesión y regía la ley de convertibilidad, lo cual impedía todo aumento de precios, tarifas y repotenciación de deudas. Además, en la mayoría de los casos las tarifas fueron pactadas en pesos".

Estas son las dramáticas consecuencias de privatizaciones tocadas por la corrupción, tanto en los contratos como en la vista gorda, que hicieron muchos funcionarios sobre las obligaciones que nunca se cumplieron.