Editoriales participantes informan que vendieron 200 títulos diarios, en promedio

Concluye la Feria del Libro del Zócalo; la recorrieron un millón de personas

CESAR GÜEMES

De exitosa calificaron los organizadores la tercera versión de la Feria del Libro del Zócalo -La ciudad, un libro abierto-, que concluyó este domingo: más de un millón de personas asistió al encuentro. Y para las editoriales participantes el balance también fue positivo. Así lo manifestaron a La Jornada representantes de diversos sellos, tanto especializados -como McGraw Hill y Punto de Lectura-, como grupos más amplios: Santillana, Planeta y Ediciones B. El promedio de venta de las casas mencionadas rebasó los 200 títulos diarios, mientras que el acercamiento al lector se vio afectado en algunos casos, según el personal consultado, por el clima lluvioso y las manifestaciones de orden político.

Elianai Vázquez, del Grupo Santillana, señala que hubo una muy buena recepción de los lectores, "tanto que algunos títulos definitivamente se agotaron a lo largo de los días que duró la feria, como fue el caso de Diablo guardián, de Xavier Velasco, mientras en el rubro de autores extranjeros tuvo una venta muy alta el libro titulado En América, de Susan Sontag. De ambos tuvimos que reponer las existencias porque la gente los pidió a diario". Los libros de Santillana, precisa Elianai Vázquez, "se vendieron más por autor que por precio específico. Por ejemplo, una autora muy buscada fue Marcela Serrano, de quien en principio ofrecimos un paquete. También buscaron con frecuencia las obras completas de Julio Cortázar y las de Mario Benedetti. En general el promedio de ejemplares vendidos por día fue de 700. Para nuestro grupo el haber estado en la feria resultó muy satisfactorio, sobre todo porque el público que se acercó a nosotros fue de todas las edades".

Diego Lara y Carlos Arroyo, de Punto de Lectura, coinciden en que si bien el lector respondió al llamado, "hay que tomar en cuenta que tanto el clima como las manifestaciones impidieron que el contacto con el lector fuera al ciento por ciento". Sin embargo, ya que su punto de venta fue uno de los más socorridos durante la semana, concluyen: ''Nuestros libros se venden bien porque el formato de bolsillo ayuda al precio: los costos iban de 35 a 90 pesos por título. El público se inclinó en nuestro caso por apuestas seguras: José Saramago, Anne Rice, Pérez Reverte, Angeles Mastretta, Vargas Llosa, Javier Marías, Carlos Fuentes y también algunos libros de otro corte como La inteligencia emocional".

Aunque para Planeta, como para el resto de los sellos, las condiciones fueron las mismas, Ricardo Mendoza hace el siguiente matiz: ''La semana fue complicada, es verdad, nadie puede controlar, por ejemplo, una marcha. Pero aquí somos optimistas. Si quitamos todo aquello que no está en nuestras manos controlar, la verdad es que el lector se acercó con frecuencia e interés a nuestra oferta editorial. No podemos quejarnos. Nuestros lectores son de los más fieles del medio. Y se acercaron en busca de varios títulos, ya sea de novedades o libros de catálogo. La asistencia fue buena para nosotros, no sólo por toda la gente que visita con regularidad el Zócalo, sino porque ofrecimos una gran cantidad de ofertas y promociones. Estamos hablando de novelas que costaban 30 pesos, dos por 50 y tres por 60 pesos. Esperábamos vender bien Caballo de Troya, de J.J. Benítez, y así fue: se agotó. Tratamos de que nadie que se acercara a Planeta se fuera con las manos vacías".

En el renglón de editoriales especializadas, como McGraw Hill, la respuesta fue benéfica, nos dice su representante, Maurilio Zertuche: "Conseguimos mantenernos en los mismos niveles que en años anteriores, que es un logro. Con nosotros el lector viene con un fin específico. Saben que somos una editorial abocada a la educación y eventualmente encuentran alguna novedad también dentro del tipo de libros que manejamos. Respecto de las ventas, cuando nos solicitaron algún título que no traíamos, canalizamos al lector al departamento de la editorial que satisfará el pedido en días posteriores a la feria. Digamos que cuando el encuentro termina, todavía conseguimos que los lectores continúen acercándose a nuestra propuesta".

Finalmente, Ediciones B espera regresar a su bodega sólo el 20 por ciento del volumen de ejemplares que manejó en la feria. Para Juan Aguilar, a cargo de Ediciones B durante el encuentro, "la respuesta de los paseantes fue muy buena. De hecho tuvimos que hacer varios pedidos de reposición para satisfacer el interés del lector. En cuanto a ventas, llegamos a desplazar hasta mil ejemplares por día. Cuando empezó la feria teníamos una buenas expectativas y hoy que es el día final vemos que se cumplieron con creces".