Digna Ochoa: persiste el clamor de justicia a dos años de su muerte

El obispo Samuel Ruiz externa su rechazo a la tesis de que la abogada se suicidó

VICTOR BALLINAS

El obispo emérito Samuel Ruiz ofició ayer una una misa en memoria de la defensora de derechos humanos Digna Ochoa -de cuya muerte se cumplió el segundo aniversario-, en la que destacó que quienes defienden la tesis de que la abogada se suicidó saben que contradicen "su testimonio de lucha por la vida, por la justicia, por la dignidad".

El religioso recordó ante los feligreses, amigos y compañeros de la activista que ésta "empezó a tener contacto ante situaciones de injusticia cometidas por miembros de las fuerzas armadas en Chiapas durante el levantamiento indígena de 1994. Acudió a una comunidad donde fueron asesinados varios integrantes de ésta y luego, para que el gobierno pudiera dar una visión distinta, les cambiaron la ropa a los victimados . Desde entonces Digna Ochoa entró en contacto con las injusticias cometidas por militares".

A esas injusticias siguieron otras de las que Digna Ochoa llevó los casos, entre ellos "está el de los campesinos ecologistas Teodoro Cabrera y Rodolfo Montiel, quienes fueron torturados por militares y que la abogada asesinada defendió".

El obispo emérito abundó en la homilía que "precisamente las personas que hacen el bien son hostilizadas y perseguidas. Digna antes era conocida en un círculo muy pequeño, pero ahora no sólo ha rebasado las fronteras de su lugar de origen, sino las nacionales, es conocida en el ámbito internacional".

El sermón a cargo del obispo Samuel Ruiz giró en relación al hombre "malo, perverso, injusto, que primero mata en su corazón su conciencia, y persigue a los que hacen el bien y luchan por la justicia. Y cada vez que los combate la semilla de la lucha por la justicia se multiplica, y los hombres malos luchan por acallar su conciencia y no conciben que los que luchan por el bien, a pesar de los embates, siguen adelante".

El Comité de Derechos Humanos 19 de Octubre organizó el acto de conmemoración del segundo aniversario del crimen de la abogada Digna Ochoa y Plácido, junto con los amigos de la defensora de derechos humanos, entre ellos Pilar Noriega, Rafael Alvarez, José Lavanderos, entre otros.

También estuvieron en la misa el secretario técnico de la Red Nacional de Organismos de Derechos Humanos "Todos los derechos para todos", José Antonio Vega; la directora del Centro Nacional de Comunicación Social, Eréndira Cruz Villegas, y miembros del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez y de la Comisión Mexicana de Derechos Humanos y Promoción de los Derechos Humanos, así como visitadores de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal que asistieron a título personal.

En conferencia de prensa al término de la misa, el obispo Samuel Ruiz, la luchadora social y dirigente del Comité Eureka, doña Rosario Ibarra de Piedra, e integrantes del Comité de Derechos Humanos 19 de Octubre -formado precisamente en memoria de la abogada Digna Ochoa- informaron que han solicitado audiencia con el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, para pedirle que no cierre el expediente del crimen de Digna Ochoa y reciba las pruebas que los abogados y la familia de la defensora han pretendido entregar a la fiscalía pero ésta se ha negado a recibir y a analizar.

Rosario Ibarra, en tono similar al del obispo Samuel Ruiz y el general Francisco Gallardo, dijo: "yo no creo que Digna Ochoa se haya suicidado. Miles y miles de mexicanos pensamos que a Digna la mataron. Hay falta de credibilidad en el dictamen de la fiscal Margarita Guerra".

El obispo hizo una semblanza de Digna Ochoa: "su primer caso -luego de que se decepcionara de las instituciones de justicia donde ella laboró como agente del Ministerio Público- fue en Veracruz. Un caso de campesinos detenidos de manera ilegal y torturados por judiciales".

En 1994, abundó el obispo, Digna participó en la defensa de tres indígenas de la comunidad Ejido Morelia, en Chiapas, que fueron detenidos, torturados y ejecutados por militares. "Con esto empieza a involucrarse de lleno en casos graves de violaciones a los derechos humanos por parte de integrantes de las fuerzas armadas. Este fue el primer asunto que el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez llevó a la Comisión Interamericano de Derechos Humanos (CIDH)."

Más tarde, en 1995, prosiguió el religioso, Digna participó en la defensa de los "presuntos zapatistas" de Yanga, Veracruz, y Cacalomacán, estado de México. "Ese año empiezan a llegar amenazas contra el director del Centro Pro, Digna y otros miembros del centro."

Ese mismo año, Digna se involucró con un grupo de abogados en el caso de la masacre de Aguas Blancas, donde 17 campesinos fueron asesinados, el 28 de junio, en el estado de Guerrero. El caso también fue llevado a la CIDH.

A mediados de 1999, Digna y el equipo jurídico del Pro toman el caso de los campesinos ecologistas Rodolfo Montiel y Teodoro Cabrera, "quienes son detenidos y torturados por militares en conexión con la defensa de los bosques que éstos hacían en el estado de Guerrero. En este caso Digna logró carear a los militares que los torturaron, quienes cayeron en contradicciones".

El Comité de Derechos Humanos 19 de Octubre demandó que "el gobierno del Distrito Federal muestre voluntad política y reciba las pruebas que la familia y sus abogados no han podido entregar y que estás sean analizadas".