Presentaron el volumen del caricaturista publicado por Ediciones La Jornada

Magú crea un Hidalgo que difiere de los libros oficiales bendecidos por el régimen

El prócer, ''especie de conciencia crítica frente a la arrogancia del poder'', dijo Moheno

CESAR GÜEMES

La desacralización de los llamados ''héroes que nos dieron patria'' es resultado de la madurez nacional, a la que han colaborado los cartonistas mexicanos, destacadamente Magú, coincidieron en señalar el historiador César Moheno, y los moneros Rocha, Ahumada, Luis Fernando, Tacho y Rictus, durante la presentación del volumen El cura Hidalgo. Diez balcones y una balconeada, coordinado por Magú y publicado por Ediciones La Jornada. Para el cartonista, quien en 1994 dio a conocer el volumen Hidalgo y sus gritos, ''los héroes de la patria son héroes porque nosotros lo decimos, no porque lo diga el Estado".

La necesidad de ''vivirnos como una nueva nación unida" fue cubierta por los historiadores, quienes ''inventaron a los héroes que nos dieron patria", señaló el investigador César Moheno, director de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, durante la presentación del libro efectuada en el Museo de la Ciudad de México, la noche de este lunes.

Mediante sus cartones sobre Hidalgo, dijo el historiador, ''Magú enciende y ayuda a mantener vivo el altísimo significado que nuestra sociedad contemporánea atribuye a la creación de un idioma distinto al de los libros oficiales bendecidos por el régimen. Desde hace dos décadas, Miguel Hidalgo comienza así a confrontar a los hombres del gobierno, que no del Estado, y a convertirse en una especie de conciencia crítica frente a la arrogancia del poder y el triunfo de la estupidez".

Para Luis Fernando, la enseñanza de la historia nacional requiere despojarse de ''tanta fantasía, tanta ficción y mito en el peor sentido. Al madurar una sociedad, exige que se le diga la verdad". El hallazgo de Magú consiste, señaló el cartonista, en ''traer a nuestro tiempo a un personaje que se consideraba sagrado y haberlo puesto a interactuar con los políticos que nos gobiernan". Por su parte, Ahumada habló también de un Hidalgo desmitificado por el cartón político, del Hidalgo que ''absolvía a los hombres pecadores y pecaba con las mujeres, del Hidalgo de los cartones de Magú".

Respeto por el sentido del humor

Rocha estableció, en su turno, que ''un monero que se respete ha de respetar tan sólo una cosa: su sentido del humor". Y vaticinó: ''Si antes padecimos el nacionalismo ramplón y censor de los priístas, con los panistas que hoy presiden el balcón, la historia no va a cambiar para mejorar. Si antes en un plan muy gandalla nos quisieron expropiar a nuestros héroes, hoy en un plan igual o peor nos los quieren reprivatizar. A aquel grupo de insurgentes que se reunían en tertulias para realizar sus complots, no sería raro que de ahora en adelante los llamaran 'los amigos de Hidalgo', que doña Josefa Ortiz fuera la prestanombres de un tal 'Lino Corregidori' y lavara dineros electorales en su estadio futbolero y que Hidalgo no hubiera sido el Padre de la Patria sin antes haber leído la Guía de padres de la Fundación Vamos, Viva México".

Coordinador del libro y de la mesa, Magú refrendó la idea expresada en el libro: ''Los héroes de la patria son héroes porque nosotros lo decimos, no porque lo diga el Estado. Lo que hacemos es mostrar a los héroes tal como son, y estamos seguros de que podemos convencer al lector y a los gobernantes en turno de que los héroes de la patria son humanos e inclusive más humanos que otros".

Tacho y Rictus iniciaron el sketch político al afirmar en broma, en voz del primero: ''Rictus y yo no fuimos invitados a colaborar en este libro. Estamos en contra de su discurso, moneros alzados y faramalleros". El resto de la escenificación estuvo en manos del Grupo de Teatro Universitario, encargado de montar una cuidadosa parodia en la que aparecieron lo mismo Hidalgo que Josefa Ortiz de Domínguez o Vicente Guerrero. Diez balcones y una balconeada tendrá una segunda presentación mañana a las 16:30 horas en el Teatro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (Río Churubusco y Tlalpan, colonia Country Club).