El Rey del Acordeón tocó para festejar 25 años de trayectoria musical

Cientos de jóvenes profesaron a Celso Piña su amor demencial en la Macro Plaza de Monterrey

DAVID CARRIZALES Y JORGE CABALLERO CORRESPONSAL Y ENVIADO

Monterrey, NL., 25 de agosto. La noche del domingo cientos de jóvenes se congregaron en la Macro Plaza para rendir tributo a su mesías charanguero Celso Piña por sus 25 años de surcar los intersticios vilipendiados del vallenato y la cumbia, dentro del primer Festival de Baile Popular. Celso interpretó un corte fino de su repertorio musical por 90 minutos, insuficientes para la irreductible concurrencia deseosa de compartir con su ídolo una comunión celestial y profesarle un amor demencial al Rebelde del Acordeón en esta velada infinita de charanga, en esta "noche sagrada del acordeón".

La lluvia no fue impedimento, pues desde que el badajo de la campana de la iglesia equidistante al palacio de gobierno comenzó sus siete oscilaciones, la Macro Plaza ya estaba poblada con las bandas/ crews de los municipios/ colonias de Guadalupe, Santa Catacha, La Joya, Solidaridad, San Nico, Valle Verde, San Jacinto, la Indeco y hasta de Cadereyta, 50 kilómetros al poniente de Monterrey; algunos se guarecían de la persistente precipitación pluvial en el porche del edificio gubernamental, otros descansaban en los escalones de las columnas dedicadas a Miguel Hidalgo y Benito Juárez, cuyas figuras parecían estar esperando la actuación de Celso Piña para charanguear riquísimo o por lo menos para atestiguar el acto. Los aferrados ya habían tomado sus posiciones en las barras frente al escenario, de donde no se moverían.

Gozo para todos

Así la Macro Plaza ya con los torsos, espaldas, ombligos y pancitas al aire de las chicas y con los machines mostrando sus pectorales, tatuajes y gorras esperaba el arribo de Celso Piña, por cierto ni se percataron de que estaban programados dos grupos más: La Sonora de Margarita y Sonido La Congal, que no llegaron al entablado, pero ni hicieron falta, pues cuando llegó el autobús el también llamado Patriarca del Cerro de la Campana apareció y tomó la plaza; todo fue gozo para los flacos, los niños, las gordas, las prietas, los monos, las señoras y hasta para los policías a los que también se les dibujó una mueca de felicidad al estar a pocos minutos de que Celso bajara de su autobús, que tenía rotulado al frente Dios Proveerá y al lado San Judas Tadeo, en sincronía con las vírgenes de Guadalupe plasmadas/ tatuadas/ bordadas en la ropa/ epidermis de los rude kids regios. Luego de unos minutos por fin bajó. Compartido, se tomó unos minutos para saludar a la mayor cantidad de sus fanáticos, incluso ya cuando subía al escenario, de los escalones, regresó para darle un beso a un niño que gritaba su nombre; la entrega de Celso a su público fue emotiva, "por eso lo quieren tanto porque es muy humilde", comentó una rubia regia a su acompañante.

Después de la rigurosa presentación sonidera: "Estás a punto tototo, de entrar a algo que te dejará marcado para siempre preprepre. Caminante, no hay camino, se hace camino al andar dardardar, el camino se abrió hace 25 años ñosñosños, con el surgimiento de alguien guienguienguien que nació al lado del Cerro de la Silla llallalla. Regiomontano de cepa papapa y orgulloso lo pregona en su cantar tartartar, él es El Rebelde del Acordeón y paseo vallenato tototo: Celso Piña y su Ronda Bogotá tatata". Y los 12 músicos dejaron caer la Cumbia sobre el río, los chicos rápidamente comenzaron a saltarse las barras para formar un mosh pit charanguero con su baile de gavilán, "es que se quedaron los movimientos de cuando se metían al baile cepillando, se volvió moda", confesó el escritor Joaquín Hurtado.

Momentos después Celso se dirigió a su público: "Gracias por estar aquí pudiendo estar allá. Es un placer estar aquí con mi gente festejando 25 años; gracias por esperar bajo la lluvia". La gente, que estaba atrás, enfrente y a los lados, envolviendo el escenario, agradeció complacida a su mesías.

Cartulinas y frases bandosas

Los cartelones comenzaron a aparecer, contenían frases bandosas: JC 13SQU, Willy de La Granja. El Moy de los Crazys. Marck y Pongo de Clikitas, Chava de los Poisos, forasteros y Dragones y El David de Clic Loca. A diferencia de los conciertos de música pop, en los que son las chicas las que sacan sus carteles, aquí son los machos quienes alzan sus cartulinas para que Celso les mande saludos, a ellos y a su crew.

Pero el momento más emotivo de esta noche sagrada de vallenato lo protagonizó la sensual y románticamente azotada rola Como el viento, paseo vallenato que caló profundo a las rude girls regias, por lo menos eso se observó: absolutamente todas como un coro de querubinas acompañaron/ corearon la canción, pero la demencia llegó en el colofón del tema: "hay aroma de niña bonita", donde se rasgaron las vestiduras. La frase, por otro lado, les quedó bien puesta a todas.

Llegaron temas como La piragua, Si mañana, Sólo quiero un Xodo, Viviendo sueños, Cumbia de la paz y Ron, tabaco y esperma, rebautizada por Celso como Cumbia para bailadores por motivos estrictamente políticos -estaba frente a un edificio gubernamental administrado por el Partido Acción Nacional.

Poco después de las 22 horas llegó la amarga despedida, el concierto del aniversario número 25 de Celso Piña en la Macro Plaza fue de carácter histórico.