México D.F. Domingo 24 de agosto de 2003
Miles recordaron su famoso discurso, a 40 años
de haberlo pronunciado
Aún no se convierte en realidad el sueño
de Martin Luther King, asegura su hijo
A los negros les siguen negando oportunidades de empleo
y educación, dice en Washington
AFP Y DPA
Washington, 23 de agosto. A 40 años del
histórico discurso Yo tengo un sueño, del activista
por los derechos civiles Martin Luther King, las desigualdades y los rencores
hacia la población de raza negra continúan y "el sueño
aún no se convierte en realidad", re-cordaron este sábado
su hijo y miles de personas que se reunieron en esta capital.
Para Martin Luther King III, de 45 años, hijo del
pastor, "los problemas que habrían debido abordarse se agravaron"
en los pasados 40 años. "A pesar del progreso que he-mos hecho en
las pasadas cuatro décadas, a los negros se le continúa negando
oportunidades de empleo y educación, y persisten los incidentes
de violencia racial.
"Estamos
aquí reunidos para hacer un llamado y terminar con la opresión
racial en el sistema de justicia; debemos poner fin a la persecución
selectiva y la discriminación en las sentencias judiciales que deben
ser abolidas, así como el perfil racial y la pena de muerte contra
los negros", indicó.
Luther King III señaló que "sé que
mi padre era más que un soñador. El no hablaba por hablar,
el hablaba con hechos. Hoy estamos aquí para aceptar el reto, sabiendo
que tenemos mucho trabajo por hacer para crear una comunidad armónica
de ese sue-ño, sembrar la bomba de la justicia y curar las heridas
de la opresión racial".
Martin Luther King expuso en su famoso discurso, el 28
de agosto de 1963 ante cerca de 250 mil personas, su visión sobre
una sociedad sin distinciones de raza.
Entre las principales frases de ese discurso se encuentra
el siguiente pasaje: "Tengo un sueño, que mis cuatro hijos vivirán
un día en un país en el cual no serán juzgados por
el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad".
Muchas personas de raza negra no podían votar en
1963, o entrar a restaurantes, baños y hoteles frecuentados por
blancos.
Luther King fue asesinado el 4 de abril de 1968 por James
Earl Rey, cuando estaba en el balcón de un motel en Memphis, Tennessee.
El homicida murió en prisión en 1998.
Los negros salidos de las clases medias y superiores de
esta comunidad de 36 millones de personas (12.8 por ciento de la po-blación
de Estados Unidos en 2002) son hoy presidentes de empresas, periodistas
y universitarios de renombre.
Treinta y ocho años después de la instauración
del derecho de voto para todos, los negros se convirtieron en una fuerza
política capaz de influir en el resultado de una elección,
al punto que desde que llegó al poder George W. Bush trata de restaurar
en esa comunidad la popularidad de su partido, el del republicano Abraham
Lincoln, quien abolió la esclavitud, señalan analistas.
La comunidad negra cuenta con numerosos abogados y jueces,
inclusive en la Corte Suprema, con Clarence Thomas, así como legisladores
(39 en 2000, contra 10 en 1970) y alcaldes (451 en 2000, contra 48 en 1970).
El delito sigue teniendo principalmente a los negros como
protagonistas. Uno de ca-da 10 (97 por ciento) negros de 25 a 29 años
se encuentra en la cárcel, contra 2.9 por ciento de los latinos
y 1.1 de los blancos.
Desde 1976, 12 blancos fueron ejecutados por la muerte
de un negro, contra 180 ne-gros por la de un blanco, según el Centro
de Información sobre la Pena de Muerte.
La pobreza afecta mucho más a negros que a blancos:
22.7 por ciento de los primeros vive por debajo de la línea de pobreza,
contra 11.7 entre los blancos. La diferencia era de 50.5 contra 19.5 por
ciento en 1963, según la Oficina Federal de Estadísticas.
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