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México D.F. Domingo 24 de agosto de 2003

Laura Alicia Garza Galindo

La energía eléctrica en China

China es una rara mezcla entre la planificación socialista y la economía de mercado: en 1978 tomó decisiones que sacrificaron a millones, pero ahora su producto interno bruto (PIB) crece 10 por ciento anual, es decir, 1.2 billones de dólares. Su meta para 2020 es crecer 40 por ciento anual y elevar su PIB per cápita anual de 750 dólares a 3 mil. ƑCómo avanzó? Con decisión y sacrificio. Sí, pero arrancó su modelo antes que la señora Margaret Thatcher, en 1979, impulsara el neoliberalismo, desregulando la British Energy, hoy en serios problemas.

China, en 1978, inició su transformación al abrir el Partido Comunista a todas las voces del país, y al reformar su modelo económico en dos grandes ejes: la reforma agraria, que hoy deviene nuevas formas de tenencia y propiedad colectiva, independencia alimentaria nacional y cooperativas agrícolas y agroindustrias, con inmensa capacidad exportadora.

Estos movimientos han permitido que ese sector, que producía 32 por ciento del PIB nacional y ocupaba a 71 por ciento de la fuerza laboral del país, actualmente genere 15 por ciento del PIB y ocupe a 53 por ciento de la personas económicamente activas.

El otro eje es la llamada reforma económica en dos complejas vertientes: la reforma a la industria estatal, la cual poseía 100 mil empresas. Resultados: hoy son 42 mil, adquiridas por los ejecutivos y trabajadores -excepto las estratégicas, en poder estatal- y hoy generan 30 por ciento del PIB. Ahora, el agro, la agroindustria y la industria nacional poseen una inmensa capacidad exportadora, regulada por el Estado, y sí, desplazaron del sector rural a las ciudades a 21 por ciento de la fuerza laboral.

La otra vertiente de la reforma económica china tiene que ver con la apertura al exterior. Inició en 1980, dotando de infraestructura a cinco zonas económicas de su costa frente al mar de China, que en 1982 se convirtieron en zonas especiales, libres de aranceles. A partir de 1984 y hasta 1990 abrieron 25 más, incluyendo Shanghai: son la franja económica abierta del litoral. De 1992 a la fecha abrieron todas las ciudades grandes y medianas al interior del país, incluyendo fronteras y capitales de provincias y regiones autónomas; más 15 zonas libres de derechos aduaneros; 32 zonas de desarrollo industrial y tecnológico, y 53 zonas sólo para desarrollo industrial de tecnología de punta. En cada punto abierto a lo largo de 20 años, se ejecutan diversas políticas preferenciales atractivas a la inversión extranjera. Ninguna compite con el mercado interno. Todas son "vitrinas" difusoras para su economía. Ganan divisas, introducen tecnología de punta y preparan su mercado interno y a su iniciativa privada a la feroz competencia que les atacará, en 2004, al entrar a la Organización Mundial del Comercio (OMC). En 2003, China casi desplazó a México como el segundo socio comercial de Estados Unidos.

Los retos más importantes que ha enfrentado son la conservación del medio ambiente y el agua; la defensa de sus condiciones laborales en las zonas abiertas, y la energía, ahora sí, el objeto de análisis. China es uno de los principales productores de energía en el mundo. En el caso de su energía eléctrica sólo me referiré a la capacidad instalada: en 1978, en una China absolutamente cerrada al mundo, tenía una capacidad de 57 mil mw (megavatios = 1 millón de kilowatts) y para 2001 logró instalar 340 mil mw para una población de mil 250 millones de personas, una revolución industrial y tasas de crecimiento mayores a 9 por ciento; logró reforzar la seguridad de sus redes urbanas y rurales y en las últimas abatir sus tarifas.

Para 2001, México tenía una capacidad instalada de 40 mil mw para atender, con seguridad y tarifas subsidiadas, el consumo doméstico de 95 millones de personas, el riego agrícola, la demanda industrial y de servicios y un crecimiento que pudiendo ser de 6.9 por ciento, igual que en 2000, cayó a 0 por ciento y así continúa, esperando su repunte muy moderado en 2004. Pronto tendremos unos 55 mil mw, excesivo para las expectativas de 2010, por el gran endeudamiento que pone en riesgo a la empresa y por las más altas tarifas que se aplicarán.

En 2001, Estados Unidos, con 300 millones de habitantes, tenía una capacidad instalada de unos 800 mil mw; 2.5 veces la capacidad actual de China, que aún debe bloquear la energía a diversas zonas del país.

El mayor abastecimiento eléctrico de China es por plantas carbón, seguidas por hidroeléctricas y, hasta ahora, mínima energía nuclear, apenas el doble que Laguna Verde, con tecnología atrasada. La producción de carbón en 1978 era de 617 millones de toneladas; en 1997 alcanzó el récord de mil 325 millones de toneladas, y de ahí a ahora ha mantenido una producción de 1 millón de toneladas, con el consecuente deterioro del medio ambiente.

Pero China sorprenderá: en 2009 concluirá la gigantesca hidroeléctrica Tres Gargantas, en el río Yangtze, con un costo de 29 millones de dólares provenientes de su ahorro interno, sin apoyo del Banco Mundial, y cubrirá más de 12 por ciento de su demanda futura. Sus tres institutos de energía nuclear urgen al gobierno a confiar más en la propia tecnología china. Ya contrató tres modernas centrales nucleares, con capital extranjero. Hoy China se abrirá a la OMC. Seguro resistirá y logrará sus metas a 2020, incluyendo un medio ambiente limpio. ƑY nosotros?, "pues, nomás milando".

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