.. | México D.F. Sábado 23 de agosto de 2003
Luis González Souza
Oventic: himno a la dignidad autonómica
En efecto, otro mundo no sólo es posible, sino
que ya es visible. Así lo vimos y palpamos hace 15 días en
Oventic, Chiapas. Fue una reunión histórica donde nos congregamos
más de 10 mil ciudadanos y ciudadanas de México y de varios
países. Una vivencia de las que marcan para toda la vida.
Desde el comienzo, se respiró la trascendencia.
Esta vez, como casi siempre, decidimos ir con los de abajo. Aunque luego
de las 18 horas que nos tomó llegar a Oventic por la vía
del camión, acompañando así a la última Caravana
Para Todos Todo (bien que cambien, pero mal que no evolucionen), casi nos
arrepentimos, pues nuestra mermada salud no tardó en cobrárselas.
Pero no importa, porque de eso se trataba: de acompañar y acompañarnos.
Eso era más que suficiente para justificar el viaje. Quisimos que
los compañeros y compañeras de Oventic sepan que siguen contando
con nosotros. Simple acompañamiento moral, pues. También
eso importa, y no sólo los pesos y los centavos, ni los acopios
ni las ofrendas, en esa parcela de mundo nuevo, también llamado
Caracol, cuyo nacimiento acompañamos en Oventic.
De principio a fin, nosotros constatamos una virtual oda
a todo tipo de autonomías, ya no sólo para los municipios
zapatistas, sino para todo el territorio nacional y para todos los sectores
de la sociedad. Un poco exagerado, hasta podríamos decir que a las
bandas paramilitares también se les sugirió su autonomía
frente al Ejército, de modo que aprendieran a pelear limpio: donde
quieran, cuando quieran, pero eso sí, asumiendo como mayorcitos,
las consecuencias del pleito.
Un nuevo ciclo de la lucha zapatista, nos pareció
que quedó claro en la reunión de Oventic. Caracoles
para todo el mundo. Sí, no sólo para el mal gobierno como
lo dijo el sup Marcos, en su mensaje radiofónico. Caracoles
también, como autocríticamente lo sentimos nosotros, para
la ex sacrosanta sociedad civil (hoy clara y certeramente llamada: "sociedades
civiles", o para que quede más claro: perros y gatos a cual más
de estorboso para efectos del avance progresista del país). Si no
ayuda no estorbe, dice una de las consejas populares más sabias.
Si no gobierna bien, le retiraremos nuestro apoyo a Fox, dijo la racionalización
más socorrida del "voto útil". ¿Dónde están
ahora esos racionalizadores?, ¿hasta cuándo van a ser consecuentes
con su bravata electoral? ¿Esperarán hasta que México
se convierta en una estrella más de la bandera estadunidense? ¿Aguardarán
hasta que muera de hambre inclusive el perro que se comió a la última
vaca que había en mi pueblo? ¿O esperarán hasta que
movimientos como El campo no aguanta más se conviertan en El campo
estalla otra vez"? ¿Me estás oyendo, "voto inútil"
(Paquita la del Barrio dixit)?
Pero regresemos a las cosas bonitas. Desde que llegamos
a Oventic pudimos respirar el perfume de la solidaridad, de la fraternidad
y de las ganas de construir algo nuevo. Lo primero nuevo que llamó
nuestra atención fue la ausencia, creemos deliberada y acertada
(desde luego), del sup Marcos. Ojalá sea a tiempo, en el
nuevo ciclo zapatista parece que habrá un ataque demoledor y decisivo
a cualquier destello del venenoso culto a la personalidad. Hasta en eso
se percibe el valor de las autonomías. Marcos mismo, modesta
y valientemente, anunció su retiro como vocero de los municipios
autónomos. Ahora, hasta éstos continuarán, hablando
con su propia saliva. Además, algo también nuevo en la reunión
de Oventic es que, salvo lo que pueda derivarse del Plan La Realidad-Tijuana,
ni Marcos ni nadie, tiró "línea". Esta, tendrá
que fabricarla autónomamente, cada sector de la sociedad.
Más y mejor autonomía para todos y todas,
hoy y mañana, lo mismo en las escuelas que en las calles, nos pareció
ser la moraleja de Oventic. Caracoles sí, pero no como los
del gabinetazo, por babosos. Aparte de su trascendente significado
antropológico, Caracol para usarlo también como barrena
que taladre el piso y que permita profundizar las autonomías ya
logradas hasta el fondo. Caracol también, para expandir esas
autonomías en círculos expansivos, por todo el país
y la sociedad, como se expande todo Caracol al emprender su lento
pero gracioso andar. Pero Caracoles también y por último
para dejar claro que toda paciencia tiene un límite, y que ya mejor
cada chango a su trinchera, con su respectiva autonomía.
En nuestra personal trinchera, desde luego, que nos gustaría
emular y cobijar el nacimiento de un Caracol. Tal vez algún
día lo logremos, la brújula será siempre esa, pero
por ahora suena muy ambiciosa. No hace mucho, como recordarán algunos
lectores, sepultaron nuestro embrión de Caracol: Causa Ciudadana.
Pero mucha gente nos lo ha pedido, y estamos de regreso, aunque sólo
sea para sacudir la dignidad. Los "malosos" como les decían a los
Raiders de Oakland hace unos años, estamos de regreso: un puñado
de buenos y buenas compañeras, eso sí, con la dignidad muy
alto, comenzamos a reunirnos para intentar la gestación (si el Instituto
Federal Electoral y Gobernación no estorban mucho), el nacimiento
de una nueva agrupación, eventualmente un nuevo Caracol:
Dignidad Ciudadana EPN (Escuela de Política Nueva), Espíritu
Zapatista en las Urbes del País. A ver cómo nos va, y si
no nos hostigan mucho.
Pero el sólo concebir la idea, desde luego sobre
bases de autonomía, más y mejor, como se propuso en Oventic,
ya nos despabila tanto dignidades como corazones. Por lo pronto, otro saludo
a la histórica reunión de Oventic, y repetimos: cada chango
a su trinchera, la que quieran, pero autónoma.
Pd 1: Suscribo completamente el Plan La Realidad-Tijuana.
Pd 2: Quiero mucho a Cuba, pero quiero más a Chiapas.
Mi pretendida curación física en la bella Habana, será
por lo pronto remplazada (dinero escasea), por mi curación espiritual,
seguramente resultante de mi próximo cambio de domicilio a la bellísima
San Cristóbal de las Casas. Ya informaré cuando sea el caso.
Es parte del derecho (y obligación) a la información.
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