Acuerdan colonos y comuneros el retorno de 60 familias de Chalchijapa

Pacto de no agresión en los Chimalapas

Seis horas de encuentro "catártico": Reforma Agraria Nueva reunión, en dos semanas

MATILDE PEREZ U.

Después de seis horas de diálogo, que tuvo momentos de tensión y rispidez, los habitantes de la colonia agrícola y ganadera Cuauhtémoc y los comuneros de Santa María Chimalapa, Oaxaca, acordaron ayer firmar un pacto de no agresión; el retorno a su lugar de origen de las 60 familias de la congregación de Chalchijapa, acompañadas por personal de las comisiones de Derechos Humanos Nacional y de Oaxaca -porque se dicen amenazadas-, y nueva reunión en dos semanas.

La colonia Cuauhtémoc y Santa María Chimalapa, zonas localizadas en la región del Istmo, en Oaxaca, se disputan 13 mil hectáreas desde hace 47 años; en los dos más recientes las confrontaciones aumentaron y la situación se tornó tensa cuando los comuneros reiniciaron el brecheo para delimitar las tierras entre ambas partes.

El 20 de marzo de este año, 60 familias de la congregación de Chalchijapa salieron de sus tierras tras la advertencia de las autoridades de la colonia de que tenían 10 días para integrarse o partir; el 18 de abril, un grupo de 118 comuneros fue secuestrado por los colonos para advertirle que se detuviera el brecheo; a partir de ese momento se desataron las amenazas entre ambos grupos.

El 30 de abril colonos y comuneros firmaron, ante el gobernador de Oaxaca, José Murat Casab, un pacto de civilidad y en la mesa quedó formalizado el aviso de que los zoques de Santa María Chimalapa continuarían con los trabajos de brecheo.

El 10 de junio, colonos y comuneros protagonizaron un tiroteo y horas después de la rencilla apareció el cadáver de Andrés Luis Luis, presidente de la colonia, por lo que las confrontaciones verbales subieron de tono.

Las autoridades federales y estatales llamaron a las partes a la conciliación y al diálogo y hasta ayer, en las instalaciones de la Secretaría de la Reforma Agraria (SRA), se sentaron en una misma mesa.

Después de tres meses y medio de distanciamiento, comuneros y colonos, encabezados por sus respectivas autoridades, aceptaron sentarse a dialogar y tener como testigos del encuentro al secretario de la Reforma Agraria, Florencio Salazar Adame; al gobernador de Oaxaca, José Murat; a los presidentes municipales de Matías Romero, Ernesto Altamirano, y de Santa María Chimalapa, Artemio Jiménez, así como al director de Asuntos Indígenas de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Fernando Mendoza Elvira, y un representante de la Secretaría de Gobernación.

La reunión fue "catártica", según la definió el titular de la SRA. Los presidentes de la Cuauhtémoc, Eulogio Olivera, y de bienes comunales de Santa María Chimalapa, Reynaldo Cruz Pérez, con sus 10 respectivos acompañantes, reconocieron que habían cometido errores y se declararon en favor de un compromiso de paz, olvidándose de rencores y resentimientos.

Maximiliano Cruz Sarmiento, de Santa María Chimalapa, pidió a los colonos de la Cuauhtémoc: "Sembremos y cultivemos paz y amor, pero si desde el inicio ustedes nos amenazan de que tienen la razón, no vamos a avanzar. Hablemos con el corazón en la mano y llevemos a la práctica las soluciones".

Eulogio Olivera, presidente de la Cuauhtémoc, acusó: "Actuar fuera de la legalidad es generar violencia", en alusión al brecheo que iniciaron los zoques a pesar de que existe una resolución del Tribunal Agrario que reconoce que las tierras en disputa pertenecen a la colonia, y por eso insistió: "Esto no es un problema agrario, sino social".

Después de agregar que la tierra es de quien la trabaja, mencionó que los chimalapas tienen 460 mil hectáreas y los colonos apenas 10 hectáreas, que deben repartir entre sus familiares. "Hagamos un análisis de conciencia y reflexionemos, es justo un principio de buena voluntad", expuso, y aclaró que los de la Cuauhtémoc no expulsaron ni amenazaron a las familias de Chalchijapa.

Sin embargo, conforme avanzaba la reunión, los colonos condicionaron el retorno de las familias de Chalchijapa a que éstas se asumieran como colonos y que Tomás Romero fuera reconocido nuevamente por los zoques como comunero de Santa María Chimalapa. "Fue expulsado porque no se sometió a sus caprichos ni intereses", señaló Olivera.

Trinidad Isabel Colorado, habitante de Chalchijapa, aclaró que los de la Cuauhtémoc no respetaron el pacto de civilidad. "Nos amenazaron con armas que ni conozco y nos quitaron las pocas cosas que teníamos. Nos dijeron 'únanse a nosotros; si no, tienen 10 días para dejar la zona'. El error que cometimos es trabajar nuestras tierras y queremos seguirlo haciendo, pero libremente, además de que pedimos que quiten el portón que impide el paso a nuestras parcelas".

Los señalamientos de los colonos fueron rechazados por los comuneros de Santa María, quienes aclararon que a Romero lo castigaron porque no llevó a cabo los tequios y aclararon a los colonos que sus decisiones como comunidad son internas.

Ante la probabilidad de que no se lograra ningún avance y que incluso se rompiera el diálogo, el gobernador de Oaxaca, José Murat, intervino en varias ocasiones para aclarar situaciones y calmar los ánimos. A los colonos les dijo que hay municipios que se gobiernan por usos y costumbres, como es el caso de Santa María, y que las decisiones son internas y reconocidas por la Constitución local.

A ambas partes les aseguró que hay disposición de su gobierno para resolver el conflicto y terminar con la violencia y enfrentamientos. "Resolvamos este asunto en forma inteligente", pidió insistentemente, y les dijo que la de ayer era la sexta reunión que en pocas semanas había sostenido con colonos y comuneros.

Después, ante los medios de información, Murat confió en que la disputa se resuelva a más tardar en diciembre: "mi gobierno coadyuvará para que así sea".