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E C O N O M I A
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México D.F. Jueves 7 de agosto de 2003

Desafiará restricción de la UE a importar alimentos modificados, advierten ambientalistas

EU usará la reunión de la OMC para imponer el "orden transgénico mundial"

Pretende subordinar a países pobres a la agenda corporativa, dice organización ecologista

ELIZABETH VELASCO C.

En el contexto de la quinta Reunión Ministerial de la Organización Mundial de Comercio (OMC), a celebrarse en Cancún, Estados Unidos (EU) utilizará al organismo internacional para "desafiar" la restricción impuesta por la Unión Europea (UE) a la importación de alimentos genéticamente modificados, y "forzar" a los países del sur a integrarse al "orden transgénico mundial", advierte Greenpeace.

A unas semanas de que el Parlamento Europeo aprobó una estricta reglamentación que obliga a identificar con etiquetas los alimentos modificados genéticamente -norma que generó airada protesta del gobierno estadunidense-, la organización ambientalista internacional prevé la "manipulación" de la cumbre de Cancún, el próximo 11 de septiembre, por EU.

El propósito: "Debilitar el consenso mundial en bioseguridad" y "subordinar a los países del sur a la agenda corporativa de la OMC", haciendo ver que una reglamentación contra los granos transgénicos es considerada una "traba" al comercio.

Aquella fecha coincide con la entrada en vigor del Protocolo de Cartagena sobre Bioseguridad, primer acuerdo global que legalmente permite el ejercicio del derecho de los países a rechazar los transgénicos, sobre la base del principio precautorio. Al menos dos tercios de los firmantes del protocolo son países en desarrollo.

Ese acuerdo, al que EU se negó a pertenecer, pretende ser bloqueado por ese país una vez más en ocho años. Según Greenpeace, "cuando el Protocolo de Bioseguridad de Cartagena entre en vigencia -el 11 de septiembre de 2003- se producirá un enfrentamiento entre el protocolo y la OMC". Y es que el gobierno estadunidense insiste en eliminar el protocolo y favorecer las reglas de la organización, asegura.

En el documento La guerra de Estados Unidos contra el sur y la bioseguridad mundial, esa organización recapitula las acciones de EU en su intento por "socavar" la nueva regulación europea sobre identificación y rastreo de los alimentos modificados genéticamente, para "forzar" la aceptación de los transgénicos en los países en vías de desarrollo.

La batalla data de los años 90, cuando EU junto con exportadores de Canadá, Australia y algunos países latinoamericanos, entre ellos Argentina, entablaron una demanda ante la OMC por la moratoria europea contra los transgénicos que en 1999 establecieron Francia, Italia, Bélgica, Grecia, Dinamarca, Austria y Luxemburgo.

En mayo pasado el gobierno estadunidense interpuso otra queja formal ante la OMC por la moratoria de la UE para liberar el comercio de los transgénicos.

Pese a que la moratoria podría ser levantada, luego de que el Parlamento Europeo aprobó la reglamentación que obliga a identificar los alimentos modificados genéticamente, EU "utiliza tácticas de pánico al intentar forzar a los mercados a adquirir cultivos transgénicos y a no priorizar las medidas de bioseguridad" que los restringen.

Greenpeace hace un recuento de esas tácticas. Países en desarrollo como Bolivia, Sri Lanka, Tailandia y Corea del Sur fueron forzados a revocar restricciones contra productos agrícolas derivados de transgénicos, incluso "sin la presentación formal de la queja estadunidense ante la OMC".

Debido a que más de 37 países han puesto en vigor o anunciado leyes que limitan importaciones de transgénicos y/o requieren la identificación y etiquetado de granos modificados genéticamente -situación que ocasionó un desplome en las exportaciones de maíz estadunidense de 305 millones de dólares en 1996 a 2 millones en 2001-, el gobierno de EU y la industria de los transgénicos han lanzado una nueva "ofensiva". Según Greenpeace: se obliga a los gobiernos en desarrollo a "una aceptación forzada de los granos como ayuda alimentaria." Es el caso de la decisión "que tomó el Senado de EU en días pasados de no seguir apoyando con medicamentos a países con problemas de VIH/sida, tuberculosis o malaria, si se niegan a recibir ayuda alimentaria transgénica".

Soberanía alimentaria

Esa organización advierte, además, que el otorgamiento de patentes a los transgénicos obligará a los agricultores que los cultiven a erogar mayores costos de producción, generando dependencia hacia corporaciones como Monsanto, responsable de 91 por ciento del territorio sembrado con trasgénicos en el mundo. Ejemplo de esa "dependencia" que mina la "soberanía y seguridad alimentaria de los pueblos", dice, es México.

El apremio de EU a usar a la OMC como "arma política" ante la ratificación y entrada en vigor del protocolo es, no obstante para Greenpeace, la oportunidad para que "la mayoría de los países reafirme su compromiso con la protección de la riqueza biológica y la salud humana". En Cancún -sugiere- los países del sur podrán retomar las estancadas negociaciones para eliminar por completo los alimentos modificados genéticamente de los acuerdos agrícolas de la OMC.

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