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P O L I T I C A
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México D.F. Jueves 7 de agosto de 2003

ASTILLERO

Julio Hernández López

La payola

De la artistiada y otras politiquerías

UN DIRECTIVO DE la compañía disquera Universal Music México dijo el pasado martes que, por problemas económicos, su empresa dejará de pagar, a partir de este mes, entre 2 y 4 millones de pesos como soborno para que radiodifusores promuevan su musical mercancía. Jorge Avila, quien es gerente de compilaciones del departamento de mercadeo y estrategia de la empresa grabadora de música, aseguró que "todas" las estaciones mexicanas de radio ("la 97.7, la Ke Buena, la que sea") reciben ese embute denominado en el medio payola, y que un programador de canciones en la radio "tiene un sueldo mayor que cualquier secretario de Estado" (las palabras de Avila no son un arrebato de un ejecutivo de orden menor: el 8 de diciembre de 2002, Jesús López, presidente de Universal Music Latinoamérica, había censurado la tal payola ante Jordan Levin, de The Miami Herald).

LA SUSODICHA PAYOLA (y su equivalente en el periodismo, el chayo) ha sido hasta ahora como los creyentes dicen de su Dios: existe, pero nadie puede comprobarlo (aunque, en Los Angeles, California, en años anteriores, Fonovisa, entonces propiedad de Televisa, fue castigada en un juicio federal por esa práctica corruptora). En la radio, tal embute se paga para aparentar que ciertas canciones son todo un éxito popular y que su continua programación se debe a peticiones de los escuchas. Cosa parecida sucede en una parte (afortunadamente decreciente) del periodismo mexicano (hasta Ricardo La Volpe calculó, en junio pasado, aunque luego las críticas de los medios le hicieron retractarse, que 70 por ciento de los periodistas deportivos eran corruptibles hasta "con una comida o un cafecito"). El mismo Presidente de la República dijo, en alguno de esos días de odios concentrados contra la prensa, que a su llegada a Los Pinos había encontrado nombres de periodistas que recibían dinero público para dejarse manipular. Por desgracia, el jefe del Estado mexicano prefirió ser cómplice de esa corrupción, al saber de la comisión de un delito y no denunciarlo. Pero no sólo eso: ya instalado en el poder, ha privilegiado prácticas palaciegas de ayuda e impulso a intereses comerciales de sus periodistas favoritos y favorecidos.

UNA ESPECIE DE payola al revés estaría sucediendo con preocupante frecuencia en el expediente de conflicto de intereses y tráfico de influencias que vive el matrimonio de Los Pinos con la Fundación Vamos México. Cantantes populares de renombre, deportistas exitosos y otros acarreadores de dinero y popularidad son llevados al regazo político y financiero de la señora Marta, entre sentidos discursos de generosidades, filantropías y amor por México (pronto podría traer a SchWARzenegger, para hablar de político a política). Entre el volar de crinolinas declarativas destaca la insistencia de que esas presentaciones, que normalmente cuestan millonadas de pesos, son realizadas gratuitamente y sin interés encubierto alguno. No debe dejarse de lado la urgente necesidad de hacer transparentes esas operaciones que lo mismo pueden servir para blanquear recursos que para transferir trianguladamente hacia arcas de una fundación particular dineros que luego serían pagados de maneras disfrazadas por el aparato gubernamental. Nada en el mundo profesional de los espectáculos resulta gratis, ni siquiera las presuntas complacencias radiofónicas o la elaboración de las trampeadas listas de popularidad.

PODRIA TAMBIEN RECURRIR al argumento de la payola el ex presidente Carlos Salinas de Gortari para satisfacer el requerimiento del censor nacional asentado en Chilangolandia, Andrés Manuel López (c)Obrador, de que cuantifique y explique el origen de su fortuna: pagos discretos, subterráneos e incomprobables por tocar las canciones que los contratistas e inversionistas interesados quisieran, a cargo del dj de la familia, Mister ten per cent, Raúl de nombre, actualmente en las frecuencias de XH-Almoloyita (por cierto, Ƒpor qué no le pregunta el Peje a su aliada política para asuntos de la Asamblea Legislativa del DF, María de los Angeles Moreno, quien ha vuelto a defender al ex presidente Salinas y ha pedido al tabasqueño que pruebe sus acusaciones o calle para siempre?). La payola política salinista: no pago para que me peguen; pago (con dinero del erario) para que me pagues (mi religiosa comisión).

O LA PAYOLA del zedillismo. Los arreglos con los banqueros para que siguieran viviendo tan bien como siempre mientras sus empresas quebradas eran salvadas a cuenta del dinero de todos. Y la payola del panismo salinista-zedillista de barbas diegas que se estremecen en cada declaración enfática, mientras la paridad cambiaria y otros indicadores económicos crujen ante la amenaza de tocar con algún pétalo legislativo justiciero el andamiaje de complicidades llamado Fobaproa-IPAB.

PERO, MIENTRAS TANTO, Ƒqué estación escucha y con cuál canción lo podemos complacer?

ASTILLAS: YA ANTES HUBO asesinatos en la lucha de priístas por el poder. Ahora, en el estado de México (donde el PAN, por sus propias culpas, supo en años recientes lo que era el rigor policiaco acentuado por estrategias electoreras), el gobernador Montiel le ha mandado un mensaje a Roberto Madrazo, con la detención del diputado federal electo Eduardo Bernal, a causa de un presunto delito cometido ocho años atrás. Si así están los calentamientos previos al arranque de la temporada, Ƒcómo irá a estar la final?... Contra su larga historia de riguroso cumplimiento escritural burocrático, razones estrictamente personales obligaron ayer a este tecleador a tomarse una impensada tarde de falso descanso. Retomada la tecla, ha de agradecerse la atención de algunos lectores que, en su comprensible desesperación por no encontrar su diaria dosis de pesimismo astillero, creyeron posible que se hubiera dado un ataque boxístico tumbador de dientes de algún virtual diputado ecologista-salinista o que alguna sombra de censura pudiera abatirse sobre este territorio de la irreverencia en letras de molde. Al respecto, nunca será suficiente repetirlo: en La Jornada hay un absoluto respeto al contenido de esta sección. Los únicos cambios posibles al texto maquinado por este escribano llegan a ser mínimos e insustanciales, derivados en todo caso de la sana corrección gramatical que los compañeros de la Mesa de Redacción puedan amablemente hacerle a los dislates originales. Por órdenes de la directora, Carmen Lira, este astillador redacta incluso la cabeza y los sumarios de la columna. Y, a pesar de los enojos de algunos lectores que aspiran a unanimidades y dogmatismos amparados en santas causas ideológicas (es posible, y celebrable, la crítica y el pitorreo de priístas y panistas, pero nunca de los intocables gurús perredistas), Astillero es una de las varias demostraciones diarias en La Jornada de pluralidad y respeto a la libertad de expresión. šUf, lo que ha de escribir uno para justificar una falta no anunciada ni programada en quién sabe cuántos años de infructuoso tecleo!...

Fax: 5605-2099 [email protected]

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