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México D.F. Miércoles 6 de agosto de 2003

 
Reflexiones del Infonavit sobre reportaje de primera plana

Señora directora: En relación a la nota principal de las ediciones del lunes y martes pasados en La Jornada, me permito compartir algunas reflexiones que, si bien fueron comentadas con su reportera por Víctor Manuel Borrás Setién, director general del Infonavit, no se reflejaron en las notas de referencias, quizás por falta de espacio.

1. Los recursos aportados al Infonavit entre 1972 y 1992 se canalizaron hacia el otorgamiento de un millón de créditos para trabajadores. Estos trabajadores que, en su gran mayoría, percibían ingresos entre uno y dos salarios mínimos pagaron una tasa de interés nominal de sólo 4 por ciento anual por su crédito. Sin embargo, hacia finales de la década de los 70 y principios de los 80, el país comenzó a experimentar un incremento en la inflación, llegando a niveles superiores a 100 por ciento anual. Resultaba obvio que la tasa de interés cobrada a estos trabajadores, era insuficiente para retribuir al resto de los derechohabientes. Esto explica el porqué el fondo de ahorro prácticamente se diluyó, tal y como expresó el director general del instituto, en la conversación sostenida con la reportera en días pasados.

2. La ley que dio origen al Infonavit preveía la canalización de créditos hacia los más necesitados, especificando claramente que las aportaciones recibidas NO causarían intereses. De este modo, un millón de trabajadores de muy bajos ingresos adquirió una vivienda en condiciones excepcionales, pero el resto de los aportantes vio diluido el valor de su dinero. La inflación menoscabó el ahorro del país entero, no sólo el de los derechohabientes.

3. En la nota del lunes 4 de agosto, se citan algunos párrafos del libro Diálogos Infonavit, 30 años, pero no se recogen otros que explican esta situación, ni los que hacen referencia a la solución que fue concebida por los trabajadores, empresarios y el gobierno de modificar la Ley del Infonavit en 1992, estableciendo el pago de intereses a las aportaciones de los trabajadores y el otorgamiento de créditos utilizando el salario mínimo como referencia. En dicho documento, también se menciona la reforma de 1997, donde se obliga al instituto a retribuir con intereses equivalentes al incremento a los salarios mínimos del Distrito Federal, a las subcuentas de vivienda de los trabajadores.

4. Hoy en el Infonavit estamos dando cumplimiento a nuestros dos mandatos de ley. El ritmo de otorgamiento de crédito sigue creciendo. De menos de 100 mil créditos en 1995, se otorgaron 199 mil en 1999 y para el presente año alcanzaremos a una cifra histórica de 300 mil créditos -y no 275 mil como se afirma en la nota-. Los trámites para la obtención de un préstamo se han simplificado y el trabajador puede solicitar su crédito el día que quiera; sólo necesita contar con 116 puntos -no 160 como se establece en el recuadro "Nuevos criterios para otorgar un crédito"-. Del mismo modo, estamos retribuyendo intereses reales a la subcuenta de vivienda. En 2001 se pagaron intereses reales de 2 por ciento y en 2002 este rendimiento aumentó a 2.5 por ciento.

5. En las notas se recogen posturas señalando que el Infonavit se ha apartado de su cometido social. Se señala que, ante estos cuestionamientos, el director general del instituto respondió con una frase corta: "Prestaremos lo que (el trabajador) nos pueda pagar... por ningún motivo regresaremos a esquemas populistas que llevaron al instituto a una cartera vencida de más de 40 por ciento".

La respuesta no fue esa frase corta. Víctor Borrás destacó la orientación actual del instituto, ejemplificándola con los subsidios que por primera vez en la historia del gobierno federal canaliza a derechohabientes de menores ingresos; las mejoras en la atención y el servicio; el crecimiento de la oferta de vivienda al alcance de quienes menos ganan -65 mil viviendas en este año con precio menor a 155 mil pesos-, y con la necesidad de vincular la función social del Infonavit al tiempo de garantizar su viabilidad financiera. Tal y como lo expresó en la entrevista: "A los trabajadores mexicanos lo que más les interesa es tener créditos para sus casas y buenos rendimientos en la subcuenta de vivienda en los próximos 100 años".

Agradezco la atención que preste a estas líneas y le envío un cordial saludo.

Lic. Vicente Rodríguez Woog, coordinador de Comunicación Social


Respuesta de la reportera

Señora directora: En relación con la carta enviada por el coordinador de Comunicación Social del Infonavit, Vicente Rodríguez Woog, quiero precisar que las notas principales de los días 4 y 5 de agosto de nuestro diario fueron elaboradas, por supuesto, no sólo a partir de la entrevista concedida por el director general del Infonavit, Víctor Manuel Borrás. En las mismas, como se advierte, se incluyó información oficial del organismo (Informe anual de actividades 2002, el libro Diálogos) y en particular una conversación (grabada) con el propio Rodríguez Woog.

Por lo demás, lo que parece ser el centro del asunto es adónde fueron a parar las cotizaciones que por dos décadas aportaron millones de trabajadores mexicanos para su fondo de vivienda. Ahí, el contador Borrás coincide plenamente, como se advierte en su misiva.

Tampoco ofrece mayores explicaciones en su carta a otro hecho irrefutable: contra los poco más de 12 millones que actualmente cotizan en el Instituto Mexicano del Seguro Social, 5 millones cuentan con los puntos suficientes para solicitar crédito y resulta que a lo largo de sus 31 años de existencia, el organismo ha otorgado 2.6 millones de préstamos. Estos son datos oficiales del instituto.

A partir de la publicación del reportaje, en esta redacción se han recibido numerosas llamadas de trabajadores aportando su testimonio: cantidades irrisorias de rembolso -460 pesos por 20 años de trabajo, por ejemplo- sin que nadie, hasta ahora, se hubiera tomado la molestia de brindar siquiera un "usted disculpe", ya no digamos alguna explicación creíble.

En cambio lo que sí es causa de resquemor del funcionario es el monto consignado en las notas sobre los créditos otorgados por el Infonavit y la promesa de brindar "buenos rendimientos en la subcuenta de vivienda en los próximos 100 años". Subraya que la meta a diciembre es de 300 mil préstamos. Señora directora, estamos en agosto de 2003. Ya se verá.

Fabiola Martínez, reportera


Enaltece el STUNAM valores del cardenismo

Señora directora: Los defensores de los derechos humanos del STUNAM hacemos los siguientes comentarios de voz de juicio al escrito de Julio Moguel (Masiosare 03/08/2003, La Jornada) titulado "¿Pena de muerte al cardenismo?"

El cardenismo representa la querencia de la patria, su tierra, sus ciudadanos, la disminución del sufrimiento mediante el bienestar social y la solución de problemas.

El cardenismo es la metademocracia que se acompaña de valores de mexicanidad, expresado en lo más hermoso: la soberanía Estado nación.

El cardenismo erradica la inhumanidad, la amoralidad, y tiene como emblema la libertad, la tolerancia, el diálogo, la equidad, la justicia.

El cardenismo traduce políticas públicas encaminadas al progreso y con prospectiva en los recursos naturales.

Por eso el cardenismo sigue en nuestro corazón porque traduce conciencia, madurez, creatividad, coraje, flexibilidad que dan vida.

Promotores y defensores de derechos humanos del STUNAM: Francisco Castro Meléndez, Adrián Pedrozo Castillo, Alicia Andrade Rodríguez, Mariano Flores Nieto, Ana María Solares Basaldua y varias firmas más


N. de la R. Por un error, ayer se publicó en la página 40 la fotografía del maestro Enrique Ruelas, creador del Festival Internacional Cervantino, cuando en realidad debió aparecer la de su hijo, Enrique Ruelas Barajas, subsecretario de Innovación y Calidad de la Ssa. Ofrecemos disculpas al entrevistado y a nuestros lectores.


Invitación

A analizar las experiencias sobre la no violencia activa

Queremos que personas y organizaciones expongan su visión y experiencia sobre la no violencia activa. Creemos que el siglo XXI sólo debe albergar instituciones transparentes, igualitarias, que promuevan el desarrollo sustentable, la seguridad y la paz globales. En la realidad, existen instituciones como la Organización Mundial de Comercio (OMC), que han enfrentado protestas ciudadanas en todo el mundo por no cumplir estos requisitos. Dado que la próxima reunión de la OMC se llevará a cabo en México y la sociedad civil estará presente para exigir un comercio justo, mayor democracia y que los estándares ambientales, de salud y bienestar humano no sean subordinados a los intereses corporativos, creemos indispensable impulsar el uso de la no violencia, pues esta herramienta ha demostrado su eficacia y radicalidad en diversos momentos de la historia. La cita es este miércoles 6 de agosto de las 15:30 a 20 horas en el Club de Periodistas, ubicado en Filomeno Mata 11, colonia Centro. Informes en Greenpeace, teléfonos 55 30 21 65 y 55 30 89 67.
 
 
 

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