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México D.F. Jueves 31 de julio de 2003

ASTILLERO

Julio Hernández López

Un crimen pendiente de esclarecer

El asesinato del suegro del supersecretario particular
Sinaloa y la guerra de cárteles

EL SONORENSE SUPERSECRETARIO particular de la Presidencia de la República deberá aplicar sus nuevos poderes en el esclarecimiento de un caso de impunidad criminal que podría tomar sesgos y dimensiones incómodas conforme avancen los calendarios políticos nacional y de la sucesión sinaloense.

LA NOCHE DEL lunes 17 de febrero del presente año, a la puerta de su casa de Culiacán, fue asesinado Jorge Julián Chávez Castro, notario público que al momento de su muerte era coordinador interino del Consejo Estatal de Seguridad Pública y en diversos momentos de su carrera política había sido presidente del ayuntamiento capitalino y procurador estatal de justicia. Cercano al gobernador del estado, Juan S. Millán, y apreciado en diversos ámbitos de la sociedad sinaloense, Chávez Castro se movía sin guardaespaldas ni protección alguna, de tal manera que cuando bajó de su Jeep Cherokee blanca para entrar a su casa nada impidió que un joven de pantalón de mezclilla azul y camiseta blanca le disparara con una pistola nueve milímetros y le provocara heridas de bala en el hombro izquierdo y, la fatal, en el abdomen (los detectives aficionados creyeron encontrar signos ajenos al narcotráfico o a bandas criminales profesionales por el sitio de los impactos, pues usualmente los matones de oficio dirigen sus disparos a zonas corporales menos falibles).

EL ASESINATO DEL abogado Chávez Castro causó conmoción en la cúpula del gobierno estatal, pues sabidos eran los lazos de amistad y política que unían al fallecido con Millán (a los que sus adversarios añadían la versión de que el notario atendía profesionalmente asuntos de importancia estratégica del gobernador o sus allegados). Pero, sobre todo, corrió la especie de que el crimen era un mensaje que enviaban al gobernador bandas afectadas por presuntos favoritismos hechos desde el poder para cárteles convertidos en oficiales a lo largo del sexenio y, sobre todo, por traiciones o agresiones mayores como habría sido el asesinato de Ramón Arellano Félix en pleno carnaval de Mazatlán, el 10 de febrero de 2002, cuando supuestamente transitaba a bordo de un vochito en sentido vial contrario y habría sido topado por policías locales. Otro dato que dio contexto a la especulación fue el hecho de que a cien metros de donde fue asesinado Chávez Castro se encontraban dos agentes de la Policía Federal Preventiva que nada vieron y nada supieron, según las declaraciones oficiales que hicieron ante el Ministerio Público estatal y que llevaron al procurador Oscar Fidel González Mendívil a considerar "verdaderamente lamentable que ninguno de ellos haya aportado el más mínimo dato que oriente esta investigación" e incluso que ni siquiera habían escuchado las detonaciones; por otra parte, días antes de la acción contra Chávez Castro, un veterano agente estatal del Ministerio Público, Jesús Fernando Sainz Sánchez, había sido levantado (es decir, secuestrado en un automóvil por gente armada) y asesinado.

PERO, ADEMAS DE las implicaciones locales, el asunto ganó presencia nacional porque el asesinado era el padre de la esposa del secretario particular del Presidente de la República, y la relación entre Chávez Castro y Alfonso Durazo no era meramente formal o protocolaria. De hecho, Durazo se protegió bajo el manto económico de su suegro cuando le tocó vivir el terrible desierto del zedillismo, cuando Alfonso fue la única voz firme del primer círculo colosista que se alzó en demanda de justicia verdadera, dando cuerpo a dudas e inferencias por muchos compartidas pero no expresadas públicamente, en el caso siempre oscuro del asesinato de quien fue su jefe y amigo durante largos años. Incluso, cuando Durazo tomó la decisión de renunciar al PRI y apoyar a Vicente Fox Quesada en su campaña presidencial, una de las consideraciones esenciales que tomó en cuenta fueron las consecuencias que ello podría tener para los negocios y la carrera política de su suegro, un priísta de toda la vida que, sin embargo, alentó al ahora superpoderoso secretario particular a caminar nuevos senderos.

EL CRIMEN DE Chávez Castro, a pesar de todas las poderosas voluntades que deberían buscar castigo justiciero, sigue impune. Nada se ha avanzado luego de las primeras, imprecisas, indagaciones. El Congreso sinaloense tiene en estudio la creación de una medalla que llevaría el nombre del abogado y político asesinado, pero pareciera que no se desea ir más a fondo en el asunto, y convertirlo en una simple referencia de mérito cívico.

LA CONVERSION DE Alfonso Durazo en un poderosísimo secretario particular, sin embargo, arroja luz nuevamente sobre el asunto. Ya otro colosista converso a nuevos bandos, Liébano Sáenz, originario también de un estado inmerso en los asuntos del narcotráfico, Chihuahua, vivió ataques políticos durísimos durante el gobierno de Ernesto Zedillo. Hoy, por razones personales, familiares y políticas, el más interesado en que se sepa qué pasó en Culiacán la noche del 10 de febrero del presente año, y lo que esté pasando en la lucha de cárteles del narcotráfico que son beneficiados o perseguidos por la autoridad, debe ser, seguramente es, el propio Alfonso Durazo.

ASTILLAS: MANITA DE PUERCO es lo que los gobernadores confederados le hicieron a Vicente Fox Quesada con la propuesta de la convención nacional hacendaria que se haría con él o sin él, amable disyuntiva ante la cual no le quedó al otrora rejego mandatario federal sino viajar a San Luis Potosí para aparecer como sonriente promotor de lo que la realidad política le impuso... La maestra Elba Esther maneja mensualmente nueve millones de dólares de cuotas sindicales de los profesores, según un reportaje de primera plana de The Wall Street Journal publicado ayer, en el que se le sitúa como la mujer que podría terminar con la parálisis legislativa mexicana. "Vivo muy bien y no soy un ángel, pero nunca he robado ni asesinado", dijo al corresponsal José de Córdoba la inocultablemente multimillonaria profesora a quien el foxismo exoneró de las acusaciones históricas de autoría intelectual de asesinatos de disidentes. Otra frase de exculpación en boca propia: "Nunca he hecho ningún trabajo sucio en la política", a propósito de su labor como delegada priísta en estados donde hubo fraudes electorales, como Chihuahua. La coleccionista de poder también abordó para el WSJ el tema de sus relaciones íntimas con Carlos Jonguitud Barrios: "Si fue o no mi amante, no lo voy a confirmar ni a negar. Es una pregunta que me ofende, porque incluso si fuera cierto, nadie puede decir que eso me hizo ser Elba Esther". Con tantas y tan evidentes virtudes (supermillonaria sin necesidad de robar cuotas sindicales, inocente de cualquier acusación de maldad, marrullería o crimen) es natural que la Alba Esther que no es un ángel sí sea un encanto, según la versión nada interesada que un vecino de la señora Gordillo, llamado Jorge Castañeda Gutman, dio al mismo rotativo neoyorquino: "El presidente Fox la adora"...

Fax: 5605 2099 [email protected]

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