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México D.F. Miércoles 30 de julio de 2003

Secundan escritores el llamado de José Emilio Pacheco a combatir la violencia

Un mayor acceso a la lectura mejoraría la realidad social

Leer sirve como proteína para superar la desolación, opina Elena Poniatowska

''Si el presidente Fox leyera tal vez viviríamos en un país diferente'': José Agustín

ANGEL VARGAS Y CESAR GÜEMES

Uno de los puntos centrales del discurso de recepción del Premio Internacional de Poesía y Ensayo Octavio Paz, entregado la noche del pasado lunes a José Emilio Pacheco fue, como publicamos ayer en este diario, la justificación social de la poesía.

emilio_buenaDijo Pacheco: ''La poesía mantiene viva la lengua, la pone en circulación y la somete a prueba. Si esa lengua se paraliza o se degrada, la barbarie y la violencia llenan su vacío. Sin esa lengua no hay diálogo, no hay polémica, no hay instrucción posible, no hay arte, ciencia ni cultura, no hay futuro. Ocupa el porvenir el corazón de las tinieblas. Se abre a nuestros pies el abismo que nos rodea por todas partes".

Luchar por el libro

La ausencia de lectura es lo que une a los jóvenes que incurren en la violencia en Europa y México, manifestó Pacheco. Y en torno a esa idea se han generado diversas reacciones que se suman a la voz del galardonado.

Elena Poniatowska expresa que José Emilio Pacheco tiene toda la razón. Si hubiera más educación y acceso a los libros, la realidad social mejoraría. En México, Platón es una víctima. Vivimos en uno de los países donde la gente más peligra en la calle. Y esto no es nuevo, basta recordar que aquí la secretaria de Gabriela Mistral, Alma Guillén, resultó atropellada por un autobús hace 45 años. Los ciudadanos no respetan la vida de los demás y eso se debe a que no tiene tras ellos un trasfondo de lecturas y educación. La agresión que se siente hacia el ser humano en el país es muy grande. Nadie en sus cinco sentidos dejaría salir solo a un niño a la calle. Y esta situación que vivimos es en parte el resultado de nuestra paupérrima cultura.

''Podríamos hablar del revanchismo social que se da a diario, por ejemplo, a ver teléfonos públicos destrozados. Por una parte, no existen entre los ciudadanos las mismas oportunidades de acceso a la cultura, por otra, el sistema educativo suele obligar a leer a los niños textos que para su edad los matan de aburrimiento. Sumemos a eso que existe un gusto pervertido por los pasquines en los que aparecen mujeres dibujadas pornográficamente que son prácticamente 'usadas', violentadas. Para ese lector disfuncional, cualquier texto que no les dé violencia, es rechazado, y lo mismo sucede con los programas de televisión.

''La lectura es un alimento y cuando falta equivale a carecer de la proteína más importante que es salir de la desolación."

Para el novelista Sergio Pitol el trabajo de la lectura es de dos vías claras: ''Desde luego uno como escritor se compromete con el lenguaje, a trabajar la palabra, a sacar de la memoria y a encontrar para el lector los mundos perdidos en la infancia o los que se encuentran en otros libros, y eso es una forma de moralidad, de servicio. Coincido con Pacheco, porque si bien la lectura cultiva muchos valores, en la Alemania de 1933, el país más lector del mundo, Hitler da inicio a una serie de actos terribles. En las grandes universidades alemanas maestros y estudiantes participaron en la quema de libros. Así que el libro es un vehículo de civilización, pero no olvidemos otros elementos que arrastran a cualquier ciudadano a violentar las normas sociales. Hay que luchar por el libro porque a muchas personas les puede abrir un horizonte que no cono-cían e inclusive les puede salvar la vida."

Ignorancias abismales

Colaboradora de este diario, la escritora Bárbara Jacobs es terminante: ''La lectura, en particular la de poesía, es el paso más amplio y accesible al conocimiento general y particular. El que no lee es un caballo con antifaz".

Margo Glantz, por su parte, matiza: ''No sé si suscribiría literalmente las palabras de José Emilio, a quien admiro mucho. Pero sí comparto su concepción de que es fundamental la práctica de la lectura, porque leer ayuda a pensar y manejar las cosas de manera distinta. Aunque no sé si con leer baste, pues hay quienes utilizan sus conocimientos para prácticas no del todo correctas".

El novelista Gerardo de la Torre señala: ''Empecemos porque uno de los graves problemas del país es que no se lee, lo cual es causa de ignorancias abismales. De lo que no estoy seguro es de que la lectura sea un acto civilizatorio de tal magnitud que logre paliar el problema de la vida en sociedad. Sí creo que la educación y un conocimiento profundo de los hechos de la existencia influye en el modo social de comportarse. En ese sentido la lectura tiene la misión de arrojar luz sobre las zonas oscuras de la existencia humana. Sólo mediante esa comprensión llegaremos a un mejor entendimiento social. La educación como un todo amplía los dominios de la conciencia. El mundo en que se inserta nuestro país está modelado en general en términos del capitalismo salvaje, que equivale a apropiarse de lo más que se pueda, y ese concepto lleva a la barbarie."

Actividad humanizadora

Autor de cuento, novela y ensayo histórico, José Agustín remata: ''La lectura fundamentalmente debería verse como un placer, un disfrute, pero es trascendente y trae consigo una enorme cauda de efectos. Uno de ellos es lo que se hace con lo obtenido de la lectura. En principio, creo que permite ser más humano; es una actividad por principio humanizadora y, al ser así, la persona que lee debería desarrollar su sensibilidad hacia la naturaleza, su entorno, sus prójimos y el sistema social en que habita. Me parece muy bien lo que dice José Emilio en cuanto a que quienes cometen graves delitos, si se acercaran a la lectura contarían con más probabilidades de observar una conducta distinta.

''Y eso lo extendería no sólo a los que violan en los microbuses y al inframundo que pulula en las grandes urbes, sino también, ahora más que nunca, a nuestros gobernantes, que han dado muestra tremenda de insensibilidad e incomprensión hacia lo que implica verdaderamente la cultura y en particular la lectura. Han tratado de cubrir ese aspecto de una forma absolutamente farisaica, sólo por cubrir el expediente, pero no es algo que entiendan ni les preocupe. Entonces, si el violador leyera y se sensibilizara quizá actuaría diferente; y si el presidente Fox leyera y se sensibilizara tal vez viviríamos en un país diferente."

El discurso firme y esperanzador de José Emilio Pacheco fue de la escritura a la lectura y a la herencia nacional de voces plenas de la poesía: ''No sé explicarme un fenómeno que pone de cabeza las leyes inflexibles del mercado. Dudo que haya otro objeto, bien o servicio en el que el número de productores exceda en mil por ciento al de consumidores. Si todos los que hacemos versos compráramos los libros de quienes se dedican a la misma actividad, el más recóndito cuaderno artesanal sería un best-seller inmediato. Pero de entre las artes, la poesía es la única que está por completo libre del marketing".


Humanista siempre dispuesto a defender grandes causas, manifestó Vicente Fox

Música y poesía deben impedir el brote de nuevos Auschwitz o Treblinkas: JEP

El ensayista enarbola la necesidad de construir una muralla contra la violencia

La libertad de los artistas, patrimonio de la sociedad, expresó el Presidente

CESAR GÜEMES

Dos posturas ante la poesía se hicieron patentes la noche del pasado lunes durante la entrega a José Emilio Pacheco del Premio Internacional de Poesía y Ensayo Octavio Paz: la del poeta, narrador y ensayista mexicano, y la del presidente Vicente Fox. El primero apostó por los valores civilizatorios de la lectura; el segundo, por la cercanía entre creación literaria y democracia.

Luego de afirmar (La Jornada, 29 de julio) que la falta de lectura es el rasgo común entre los jóvenes europeos que atacan con bombas incendiarias los campamentos de refugiados y los jóvenes mexicanos que asaltan a pasajeros de microbuses y violentan sexualmente a las mujeres a bordo, Pacheco hizo un apunte necesario:

''Se me dirá que exagero y omito la terrible condena de T.W. Adorno y de George Steiner: muchos de los verdugos nazis eran grandes lectores de la maraviemilio hg_buenallosa poesía alemana; Reinhard Heydrich, el jefe de la Gestapo y el organizador de la solución final, el exterminio en masa, fue también un músico de primer orden que descansaba de sus ejecuciones ejecutando a Mozart y Haydn.

''No niego estos hechos terribles, sólo respondo que la culpa no está en Mozart ni en Goethe, sino en Heydrich y en los otros verdugos. Suprimir la música y la poesía porque ellos las mancharon con su afición sería empobrecer el mundo y ayudar a que hubiera nuevos Auschwitz y Treblinkas, siempre dispuestos a brotar dondequiera."

Flanqueado a su derecha por el secretario de Gobernación, Santiago Creel, y a la izquierda por el presidente Vicente Fox, Pacheco sólo se movió de su sitio para recibir el Premio Paz y pronunciar su discurso. El mandatario escuchaba muy en su estilo, con la mirada al fondo del auditorio, sin mirar casi a los participantes que hablaban en el podio a un extremo de la mesa. Creel hizo lo opuesto, concentró la vista en los interlocutores.

Temperamento crítico

A los señalamientos de Pacheco, Fox respondió con una cita de Paz: ''De usted, dijo Octavio Paz, 'lo contrario del trueno es el lago, aquello que contempla recibe reflexión'. Pacheco se ha distinguido por todos esos atributos y además posee un temperamento crítico. Su amor por la patria y por la ciudad de México, así como su conciencia de la necesidad de construir una muralla contra la violencia y la destrucción, lo han convertido en un defensor de los valores más importantes del ser humano. José Emilio Pacheco es un humanista siempre dispuesto a defender con su palabra las mejores causas de México y del mundo".

No evitó el Presidente el tema de la relación entre los creadores y la circunstancia política del país. Fue de lo particular a lo general al decirle a Pacheco: ''Usted es un ejemplo de trabajo perseverante y creativo, también una muestra del importante papel que desempeñan en la vida democrática de México sus artistas e intelectuales. Efectivamente, el ejercicio de la crítica y el esfuerzo cotidiano por reflexionar sobre la realidad son indispensables para crear conciencia en toda la sociedad. Con la democracia hemos ganado también el respeto al ejercicio de la libertad de expresión. En la democracia la crítica es garante de la libertad y freno de las expresiones de violencia y abuso de la autoridad. La libertad de los artistas y creadores es un patrimonio de toda la sociedad".

José Emilio escuchaba, atento, reclinado sobre la mesa para tener una mejor perspectiva del hablante. Ya había dejado dicho, evocando los últimos días de la poeta María Mercedes Carranza, quien se suicidó en Bogotá hace un par de semana y cuya última actividad fue ''convocar a todos los colombianos, no sólo a los poetas colombianos, a que le enviaran poemas contra la violencia. Ella esperaba recibir cincuenta o cien. Le llegaron cerca de 30 mil. En la hora tristísima de su muerte, María Mercedes nos dejó esta esperanza, esta confianza de miles y miles de personas en que la poesía no es inútil, y cuando todo se desmorona, aún podemos aferrarnos a ella".

Pacheco dijo no repetir lo que ya había contado de Paz ''en vida y muerte", y recordó un poema que ''escribí hace mucho tiempo para el número de homenaje que le dedicó una revista española: Si te preguntan qué es poesía, responde/ 'En el cincuenta y siete, año sórdido,/ la descubrí viva en un libro vivo./ Su nombre/ era Piedra de sol'. (El sol de piedra/ caía sobre calles que ya no existen)".


Oro en polvo

José Emilio Pacheco

Desde mi adolescencia busqué oro

en todas las corrientes de la montaña.

La arena removida alcanzaría

para urdir un desierto.
 

Y nunca hallé el metal

Sólo monedas de cobre,

piedras, huesos pulidos, baratijas.
 

Me voy como llegué.

No perdí el tiempo.
 

La arena que escapó de entre

mis manos

me dio el placer interminable:

el intento.

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