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México D.F. Lunes 21 de julio de 2003

Se fortalece la hipótesis de que los halcones actuaron como francotiradores

El general Díaz Escobar dirigió actos de provocación el 2 de octubre de 1968

GUSTAVO CASTILLO GARCIA

El general Manuel Díaz Escobar Figueroa -jefe de los halcones- dirigió un grupo de al menos 260 personas para llevar a cabo actos de provocación durante las protestas estudiantiles de 1968, según documentos del Archivo General de la Nación (AGN).

Cada vez son más los elementos documentales que apoyan la teoría de que los 260 hombres detenidos por efectivos del Ejército Mexicano en el edificio Chihuahua del conjunto habitacional Nonoalco-Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968, actuaron como francotiradores desde ese inmueble y fueron enviados de manera separada a los 10 del Estado Mayor Presidencial, que reconoció haber apostado en la plaza el general Luis Gutiérrez Oropeza.

La hipótesis es que esos hombres laboraban como empleados "temporales" en el Departamento del Distrito Federal (DDF), específicamente en la Dirección de Servicios Generales, dependencia de la cual Díaz Escobar era subdirector desde 1966, y trabajaba bajo las órdenes del regente Alfonso Corona del Rosal.

Reportes de la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS) concentrados en el área dedicada a los informes de la Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales (DGIPS) dan cuenta de que Díaz Escobar "platicó" desde el 27 de agosto de ese año con "integrantes del movimiento estudiantil". Inclusive mencionan que "barrenderos" y "panteoneros" del DDF tenían órdenes de actuar como grupo de choque en contra de los integrantes del Consejo Nacional de Huelga (CNH).

Manuel Díaz Escobar, El Maestro o El Zorro Plateado, como se le conocía en el DDF, se encargó de integrar un grupo de seguridad -que en realidad estaba conformado por hombres de escasos estudios que fueron entrenados por militares con licencia- que supuestamente tendría la responsabilidad de cuidar instalaciones importantes como el Metro.

Pero ese no es el único antecedente de violencia en el que la mano de Díaz Escobar estuvo presente. En 1955 un grupo paramilitar disparó contra los seguidores de Salvador Nava Martínez, luchador social potosino que durante varias décadas demandó la apertura democrática en México.

El Zorro Plateado y su grupo, el cual llegó a estar conformado por cerca de mil hombres tres años después, se conocieron como los halcones, grupo de choque que se encargó de reprimir a balazos y golpes a estudiantes y obreros que participaron en la manifestación que iba del Casco de Santo Tomás al monumento a la Revolución, el 10 de junio de 1971.

En 1968, concretamente el 27 de agosto, reportes de la DFS dieron cuenta de la presencia de Díaz Escobar en torno al movimiento estudiantil.

Ese día el CNH realizó una manifestación del Museo de Antropología al Zócalo. Ahí los estudiantes que permanecieron en la Plaza de la Constitución supuestamente izaron una bandera rojinegra a media asta y realizaron pintas en Palacio Nacional. Hipótesis de la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp) consideran que fueron los hombres de Díaz Escobar quienes se encargaron de realizar ambas acciones.

Un primer informe de la DFS del 27 de agosto señala que a las 20:45 horas fue visto "platicando con los estudiantes".

A las 22:35 horas fue visto en compañía de otras tres personas, al tiempo que personal del servicio de "limpia y transportes" había sido apostado en las cercanías del Zócalo.

El primero de septiembre, 260 hombres del servicio de limpia y transportes permanecían en la calle 5 de Mayo, según el reporte de la DFS, y "en dado caso actuarían como elementos de choque, en caso de un ataque de los estudiantes. Arribaron al Zócalo en ocho camiones del DDF".

Durante 1968, distintos informes dan cuenta de la actuación de grupos de civiles que supuestamente realizaban ataques, inclusive en algunos casos con armas de fuego, en contra de estudiantes.

En la caja número 2 mil 910 de la DGIPS existe un reporte del 29 de agosto de 1968, en el cual se menciona que a las cuatro de la mañana de ese día "individuos vestidos de mezclilla llegaron a bordo de cinco automóviles e intentaron tomar por la fuerza la Vocacional número siete de Tlatelolco". Por la tarde de ese mismo día y ante el ataque infructuoso de los desconocidos, tropas del Ejército arribaron al lugar y se enfrentaron a los estudiantes.

Otro elemento que parece casual pero que ubica también a los hombres de Díaz Escobar es la utilización de armas calibre 22 y fusiles M1, de uso exclusivo del Ejército. Este tipo de armamento fue empleado por Los halcones el 10 de junio de 1971, según los reportes de la DFS.

En los disparos que grupos de desconocidos hicieron contra estudiantes, las armas empleadas en los ataques contra las preparatorias cinco, siete y nueve, entre los días 22 y 24 de septiembre, fueron calibre 22, y algunos testimonios recabados por los agentes de la DFS (caja 466 de los documentos depositados en el AGN) indican que también se hizo uso de metralletas.

La trayectoria de Díaz Barragán

A lo largo de su carrera militar, Díaz Escobar estuvo bajo el mando de muchos altos oficiales del Ejército Mexicano y se relacionó con ellos, pero de entre todos destacan tres: los generales Mario Ballesteros Prieto, (jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional), Luis Gutiérrez Oropeza (jefe del Estado Mayor Presidencial) y Alfonso Corona del Rosal (jefe del DDF). Los tres fueron actores principales en lo sucedido el 2 de octubre en Tlatelolco.

En el caso de los dos primeros, Ballesteros Prieto y Gutiérrez Oropeza, según documentos del entonces secretario de la Sedena, Marcelino García Barragán, sus órdenes de sólo detener a los dirigentes del CNH fueron cambiadas por ellos. Inclusive Gutiérrez Oropeza envió a 10 francotiradores a la Plaza de las Tres Culturas, y como dos habían quedado atrapados en los edificios solicitó a García Barragán que los liberara y no los fuera a matar la tropa regular.

Díaz Escobar estuvo encuadrado en el Estado Mayor de la Secretaría de la Defensa Nacional del primero de agosto de 1962 al 31 de enero de 1965, y quedó adscrito al Estado Mayor Presidencial del primero de febrero de 1965 al 28 de febrero de 1973.

Lo anterior, a pesar de que desde 1965 se le autorizó prestar sus servicios en distintos ámbitos bajo al mando de Corona del Rosal. Así pasó del Comité Ejecutivo del PRI a la Secretaría del Patrimonio Nacional, y luego al DDF hasta 1972.

Después del halconazo se le ordenó encuadrarse nuevamente en el Estado Mayor Presidencial, donde a partir del primero de marzo de 1973 se le adscribió como agregado militar en Chile.

Los francotiradores

Documentos de Marcelino García Barragán confirman la existencia de francotiradores actuando contra los estudiantes. Entre las siete y ocho de la noche del 2 de octubre, el general Gutiérrez Oropeza le llamó al secretario de la Defensa Nacional para pedirle que se respetara la vida de dos de sus hombres, a quienes dio órdenes de disparar con metralletas a los que asistieran a la manifestación.

Pero no eran los únicos hombres armados en la plaza. El mismo García Barragán refiere que "una vez controlada la situación, se ordenó a las unidades efectuar la búsqueda de los francotiradores, por lo que se dispuso (que) se tomaran definitivamente todos los edificios, donde se encontraban apostados éstos y se capturaran", recomendando tomar las medidas de seguridad requeridas por el caso.

"Consecuencia de lo anterior, fueron puestos a disposición de las autoridades civiles 230 individuos capturados en el edificio Chihuahua, 130 de los edificios Revolución 1910, Molino del Rey, 20 de Noviembre y Chamizal, así como 2 mil de los capturados que eran concurrentes al mitin."

De acuerdo con los informes obtenidos por la Femospp, inicialmente los hombres de Díaz Escobar eran alrededor de 300. En su declaración ministerial en torno a lo sucedido el 10 de junio de 1971, El Zorro Plateado menciona que ese era el número de trabajadores eventuales que se contrataban para hacer labores de limpieza, cuidar panteones y bosques del Distrito Federal.

Según los reportes de la DFS, en agosto de 1968 un número cercano a los 260 hombres fue apostado en calles del Centro de la ciudad de México para actuar como elementos de choque contra los estudiantes. Para el 2 de octubre un número similar fue detenido en calidad de francotiradores en la unidad habitacional Nonoalco-Tlatelolco por el Ejército Mexicano.

Supuestamente los francotiradores "civiles" fueron puestos a disposición de autoridades civiles, pero hasta hoy nada se sabe de su destino final.

Lo cierto es que personal bajo el mando de Díaz Escobar llegó a bordo de camiones pintados de blanco y se encargó de limpiar y lavar la Plaza de las Tres Culturas entre la noche del 2 y la madrugada del 3 de octubre.

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