México D.F. Miércoles 4 de junio de 2003
El Metro Pino Suárez sirvió de
escenario para una presentación simultánea
Curiosidad y asombro de metronautas en la realización
de 14 performances
Las propuestas se incluyen en SUBcutáneo,
proyecto coordinado por Pancho López
CARLOS PAUL
Curiosidad y desconcierto, risa y asombro de miles de
metronautas fue lo que propició ayer la presentación,
de manera simultánea, de 14 performances realizados dentro
de la estación Pino Suárez del Sistema de Transporte Colectivo
Metro.
Ya fuera en horas pico u horas de poca afluencia, decenas
de apresurados viajeros aminoraban el paso hasta detenerse y arremolinarse,
desde medio día y hasta las nueve de la noche, frente a las 14 vitrinas
en las que se desarrollaron las distintas propuestas agrupadas con el título
de SUBcutáneo, acciones bajo la piel de la ciudad,
proyecto coordinado por Pancho López.
En
el pasillo de transbordo de norte a sur, Niña Yhared (1814) es la
Sílfide fucsia, "ser fantástico que vuela y se hace invisible,
que luego de su captura en el Metro, es exhibida en una jaula como un fenómeno".
Se muestra como un ser nostálgico que pide ayuda a los que la miran,
mientras sus huellas quedan sobre el cristal que la aprisiona.
Laura Plancarte y Camila Villegas, con su Identidad
vacía, congregan más curiosos. Con música de Paulina
Rubio, entre otras rolas, estás jóvenes se dan a la
tarea de ofrecer la identidad (la ropa) de la ''modelo en turno" (Laura
Plancarte) que se exhibe en la vitrina. Más de una chica cumple
su sueño, sin pensar quizá, que lo que le vendían
era una falsa identidad femenina.
En otra parte, mientras Ricardo Velasko pinta, literalmente,
con el hemisferio derecho de su cerebro, trabajo que logra al haberse adaptado
un aparato especial en esa parte de la cabeza, Pancho López exhibe
cientos de tarjetas ''recargables" del Metro neoyorquino, para comparar
el uso de éste con el nuestro.
Más adelante Eduardo Flores dibuja el rostro de
quien así lo desee para luego pegarlo en su vitrina, como encuentro
y rencuentro de miradas y rostros. Junto a él, Demián Mondragón,
Homo Sapiens Ritualis Hedonista, realiza ''un ayuno, para luego hacer un
des-ayuno".
Frente a ellos, Rivelino Díaz trabaja con un sello
que dice obsoleto, con el que, sobre la pared, va formando la palabra naco,
al tiempo que exhibe una tarjeta en la que se pregunta: ''¿Quién
puede determinar si soy naco o no?"
Cotidianidad vuelta metáfora
Oleadas de personas van y vienen sin cesar. Amas de casa
y empleados de todas las edades, niños y jóvenes con uniforme
de distintos grados y escuelas, invidentes, roladores con el chemo
en la mano, travestis, vendedores ambulantes rumbo a la chamba, maestros
dirigiéndose al plantón en el Zócalo, parejas tomadas
de la mano y otros tantos hombres y mujeres con origen y destino desconocidos
transitan a toda hora.
Sus miradas se acercan y alejan de las vitrinas. Después
de un tiempo, ya no son sólo espectadores, sino juez y parte de
una cotidianidad trastocada, vuelta metáfora.
Por el pasillo de sur a norte, mientras Brama Santos mide
su ego como creador, como una sátira del papel del artista en la
sociedad, Edith Medina intenta por todos los medios cosmetológicos
a su alcance transformar su cuerpo. Desea ser una mujer hermosa y delgada,
de pechos grandes, pelo rubio y nalgas firmes.
Toti
dibuja en la pared de su vitrina las siluetas de mujeres, niños,
ancianos, jóvenes para al final ponerles una banda de tres colores
(verde, blanco y rojo) con la leyenda: Calidad exportación.
Asimismo, Verónico, entre unos paréntesis
marcados en la vitrina, se propuso bailar enmascarado hasta las 21 horas.
A las 16 horas aún seguía sudando.
Por su parte, María Eugenia Chellet con teléfono
y directorio en mano, inquiere al usuario: ¿Es el teléfono
una nueva esclavitud? ¿Podrías vivir sin teléfono?
¿Cuántas relaciones amorosas están basadas en él?
¿El teléfono genera relaciones superficiales? ¿Has
usado el hot line?
A su vez Thereza López propone una alegoría
de todas las ocasiones que ha solicitado trabajo y la han rechazado: ''Lo
sentimos pero no aplicas para el puesto".
Libertad Díaz, en su performance, pega y
despega palabras, su fotografía y sus datos: ''Cercenado el seno
derecho y a mordidas el pezón izquierdo", ''Sentí mi nada",
''Dejar de respirar", ''Quiero ser mexicana", ''Estrangulada", ''El cuchillo
que rasgó mi falda", ''Violada vía anal y vaginal", ''Evocada",
''Un día regresaré" son algunas de las expresiones que combina
al azar sobre el tema de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez
y la impunidad por esos homicidios.
|