REPORTAJE /ELECCIONES EN NUEVO LEON

Las confrontaciones podrían provocar abstencionismo el 6 de julio

Entre los candidatos de PRI y PAN no se ven diferencias

A un mes de las elecciones las campañas lucen sin cohesión, coyunturales, deshilvanadas. La mayoría de la gente no identifica un mensaje claro, concreto, de ambos contendientes

ROSA ELVIRA VARGAS Y DAVID CARRIZALES ENVIADA Y CORRESPONSAL

Monterrey, NL, 3 de junio. ƑCuál es realmente la diferencia entre los candidatos del Partido Revolucionario Instirucional (PRI) y Partido Acción Nacional (PAN) a la gubernatura de Nuevo León? Si sólo con base en sus promesas, no parecen muy diferentes: "Mi plan de gobierno es estatal, no panista; mi reto no es sentarme en la silla sino gobernar con y a partir del ciudadano'', ofrece el candidato panista, Mauricio Fernández Garza. A su vez, Natividad González Parás, de la Alianza Ciudadana, se promueve como un político incluyente: "voy a privilegiar la construcción de consensos y a gobernar en la pluralidad''.

Acaso no haya diferencias, pero sí hay matices y Liliana Flores Benavides -dirigente estatal de los deudores de El Barzón y antigua luchadora de izquierda- es contundente a la hora de señalarlos: "En términos de los intereses económicos que representan, ninguna diferencia; en todo caso, la distinción que puede hacerse es que mientras Mauricio puede hablarse de tú con los empresarios del Grupo Monterrey, porque es uno de ellos, Nati sólo sería su empleado''.

Un solo dato ilustra lo anterior. Desde hace muchos años opera en Nuevo León el despacho de abogados Santos, Elizondo, González Cantú. Los hilos e intereses de ambos partidos se entrelazan ahí: uno de los socios es el ex gobernador Eduardo A. Elizondo, priísta y padre del actual gobernador interino, Fernando Elizondo, del PAN; otro socio es Luis González Parás, priísta y hermano de Nati. De ese bufete surgió también Luis Santos de la Garza, ex senador del PAN, y ahí mismo tiene su oficina Juan Francisco Rivera Bedoya, ahora candidato del PRI a la alcaldía de Guadalupe y ex secretario de Gobierno en el sexenio de Jorge Treviño (PRI).

Así ha sido la política de Nuevo León durante décadas. Fernando Canales Clariond, el primer gobernador panista, es primo de Benjamín Clariond Reyes Retana, el último gobernador del PRI, quien remplazó a Sócrates Rizo García cuando éste pidió licencia al cargo. Los Clariond son prominentes miembros del sector empresarial (Grupo IMSA).

En esta contienda, buena parte de los señores del gran capital apoya al PRI. Además del respaldo de Eugenio y Benjamín Clariond Reyes, Nati tiene el abierto aval de Miguel Barragán, concesionario de la Coca Cola, y de José Maiz García, uno de los principales empresarios de la construcción, dueño del equipo de beisbol Sultanes de Monterrey y, pequeño detalle, su suegro.

Al mismo tiempo, en los corrillos locales se insiste en que los empresarios del Grupo Monterrey no se sienten muy cómodos con la personalidad y el pasado filo-izquierdista de Mauricio. Aunque sus vínculos sanguíneos con la mayoría del también llamado Grupo de los 10 son muy fuertes, no se descarta que algunos pudieran estar jugando con las dos cartas. Argumentan además que no sería ni el primer lugar ni la primera vez que así ocurriera.

Fernández Garza lo niega tajante. "Tengo todo el apoyo de la iniciativa privada, enterita''.

Tanta confianza nace de su pertenencia a ese círculo. La fortuna familiar le viene de los dos lados: su padre, don Alberto Fernández Ruiloba, recientemente fallecido, fue uno de los fundadores del panismo estatal y era dueño de la empresa Pigmentos y Oxidos. Y su mamá, Margarita Garza Sada (considerada la mayor coleccionista de arte de América Latina), tiene también el capital que le da su pertenencia al Grupo Monterrey.

En esa línea genealógica, el candidato panista es primo herma- no de los Garza Lagüera, dueños del Grupo Femsa; también de los Sada González, del Grupo Vitro y de los Garza Medina, de Grupo Alfa. Son, pues, parte de los empresarios más ricos del país.

Ningún análisis político puede soslayar que Nuevo León contribuye con 11 por ciento de las manufacturas del país y con más del 6 por ciento del producto interno bruto. Además, los empresarios siempre han actuado en política.

ƑDónde está, pues, la diferencia entre Mauricio y Nati?

El candidato del PRI se deslinda: "hay una diferencia de matiz ideológico importante y la hay también en el ejercicio de la función pública, donde el oficio cuenta''. Acusa al PAN de haber gobernado sin programas sociales, de tener una visión conservadora en el ámbito educativo y ninguna capacidad para conciliar a la población. Dice que en este sexenio "todo se hizo con decisiones solitarias... Sus modos son gerenciales y con gente que ha estado siempre en el ámbito privado. Ahí están las pruebas''.

A su muy particular modo, el abanderado del PAN también pinta su raya: "No se vale votar por la historia; la gente sabe que va a votar por Mauricio, no por Canales. En el PRI siempre dicen que hicieron esto o lo otro, pero nunca dicen que no pagaron las obras. Ahí está el Metro. Sí, lo hicieron, pero lo tuvo que pagar el gobierno de Canales. Que se diga también la deuda que heredaron a la administración panista. O la gente entiende lo que estoy haciendo, o paso...''

Sin embargo, al mantener la campaña ubicada sólo en el terreno de la confrontación y el escándalo, esos rudimentos de debate se diluyen.

Así, a un mes de las elecciones, las campañas lucen sin cohesión, coyunturales, deshilvanadas. La mayoría de la gente aún no identifica un mensaje claro, concreto, de ambos contendientes.

Por eso, a estas alturas apenas se sabe más allá de los meros trazos generales de una contienda dominada por la mercadotecnia y que tiene lugar en un ambiente de guerra sucia que, al ser atizada por los medios electrónicos, impone la agenda cotidiana en los cuarteles de campaña.

Los candidatos muestran, en efecto, cierto pudor para atacarse frontalmente. Dejan la tarea en sus respectivos líderes de partido: a Abel Guerra, presidente del PRI, candidato a diputado local y el más cercano contrincante de Nati en la elección interna, y a Carlos Domínguez Ahedo, líder del PAN, canalista de siempre, y ahora muy atareado tratando de empanizar la campaña y conseguir para Mauricio "el voto de la marca...''

Los candidatos tienen su propia lectura. Para Nati, esta vez sólo se da una redición de la guerra sucia que ya libraron hace seis años ambos partidos: "entonces le funcionó al PAN... porque nosotros éramos gobierno. Ahora no lo somos y la evaluación del ciudadano no les favorece, además de que estamos más preparados para la guerra sucia''.

En San Pedro Garza García -en una finca propiedad de su familia que ha servido de oficina a sucesivas campañas panistas desde la época de Manuel J. Clouthier- Fernández Garza plantea que de continuar la guerra sucia se provocará un gran abstencionismo el 6 de julio, que perjudicará sobre todo al panismo.

Y como si de todos modos los cálculos ya estuvieran hechos, encara: "Yo no puedo hacer una campaña populista ni mentirosísima como la de mi contrincante. Conmigo no vale llevarle a la gente un de catálogo de buenas intenciones''.

En este cuadro, al PT y al PRD, las otras fuerzas de cierto peso en esta lid, sólo les queda aquí jugar el rol de espectadores críticos, de denuncia y, diríase, de utópica alternativa.