México D.F. Lunes 26 de mayo de 2003
Lula y Chávez también provocan aplausos
Castro se lleva la ovación del día; presidentes de AL hablan de alianzas
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 25 de mayo. Nuevamente Fidel Castro fue quien atrajo todas las miradas y provocó una intensa ovación -la más fuerte del día- en el recinto del Congreso, durante las ceremonias de toma de posesión del nuevo presidente argentino. Cuando el mandatario cubano entró en el recinto legislativo, se generó un verdadero tumulto, casi todos los legisladores se pusieron de pie y hasta los empleados del lugar comenzaron a aplaudir. Al mismo tiempo, en las calles, donde se estaba escuchando la transmisión desde el recinto, los bombos (tambores) resonaron.
Sólo los aplausos durante el discurso de Néstor Kirchner, que provocó más de una lágrima entre la barra (grupo de seguidores) del exterior, pudieron compararse a las expresiones populares ante la mención de la presencia de Castro.
Junto con el líder cubano, hubo aplausos y ovaciones para el presidente venezolano Hugo Chávez, y también para el de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, que se convirtieron en los tres invitados más populares.
Este lunes el mandatario cubano se reunirá con invitados especiales al mediodía y luego se entrevistará con Kirchner. También hablará en el aula magna de la facultad de derecho. Todos quieren verlo, y anoche se vieron muchas lágrimas en los rostros de los más viejos piqueteros (desempleados) y militantes que soportaron el viento y el frío para esperarlo a su llegada al hotel.
Chávez también fue invitado por diversas organizaciones a dar una conferencia en la misma facultad, dos horas antes que Castro, y cosechó muestras de apoyo entre manifestantes. Esta mañana el venezolano mantuvo una larga reunión con su par brasileño, y dijo a este periódico que Lula aparece como el hombre llamado para "asumir el liderazgo del cambio" en América Latina.
También adelantó que en su encuentro con el presidente Kirchner le propondrá una "alianza estratégica", y sostuvo que había llegado a Argentina "para vivir un momento clave en la historia del país", en el contexto de un "escenario de cambios que es nuestra América Latina".
Argentina -sostuvo- había sido "fundida por el neoliberalismo", pero empezó su recuperación social con la presencia activa del pueblo en las calles. "No es un tiempo fácil, pero estamos viendo el valor para enfrentarlo", añadió.
Por otro lado, todos los mandatarios consultados coincidieron en reconocer a Eduardo Duhalde el enorme valor para enfrentar la crisis durante su presidendcia transitoria, y su preocupación por acercar a Argentina al resto de los países de América Latina.
Castro le agradeció personalmente su valor al apoyar a Cuba en momentos críticos, cuando en la última votación contra la isla, en Ginebra, Argentina decidió abstenerse, dejando así de lado la política de alineación automática con Estados Unidos. "Los argentinos, más allá de diferencias de opiniones, deben reconocer que el presidente Duhalde enfrentó uno de los momentos más difíciles del país, con una sociedad descreída", expresó el cubano.
Ricardo Lagos, por su lado, consideró este momento "un buen comienzo" para Kirchner. El mandatario chileno, quien recorrió las calles de Buenos Aires, donde nació una de sus hijas, sostuvo que es visible que "están vigentes los mismos ideales de un mundo mejor, como hace 30 años, cuando estuvo en Argentina Salvador Allende para la asunción presidencial de Héctor Cámpora".
El brasileño Lula, quizás el más activo de la jornada con varias reuniones, sostuvo que las relaciones con Argentina pasan por "su mejor momento", en una carta difundida aquí, y confió en que eso sirva para consolidar la integración de América del Sur a todo nivel.
Lula, quien partió esta tarde de Buenos Aires, invitó al saliente presidente Duhalde para que viajara en su avión, ya que el ex mandatario y su esposa decidieron tomar unas vacaciones en Brasil. Así que prácticamente al culminar la ceremonia de asunción se dirigieron al aeropuerto.
En tanto, el fuerte operativo de seguridad no desalienta a quienes llegan a los alrededores de los hoteles donde se alojan los mandatarios, la mayoría para ver Castro y Chávez, convertidos ahora en la meta de las movilizaciones populares.
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